Capítulo 17

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El sol calienta mi piel y cierro los ojos con la cabeza en alto intentando llenar mis pulmones.

No siento nada.

No siento absolutamente nada.

Las personas pasan a mi alrededor, lo sé, pero no las siento, no escucho nada mas que un pitido extraño en mis oidos y parece que no voy a hacerlo.

Jules.

Jules.

Jules.

¿Me dejaste?

La idea no parece real, es imposible.

Es tan lejano.

No.

No lo es.

Jules.

Jules.

Por favor, no te siento.

Abro los ojos, buscando a mi alrededor.

¿Qué cosa?

No lo se.

Jules.

Vuelve a mi, creo que estoy algo perdida.

No puedes dejarme sola.

Mis manos tiemblan, solo lo noto cuando las miro, asimilo mi cuerpo sintiéndose adormecido y finalmente, asimilo la sensación de asfixia.

Mi piel se eriza y me abrazo a mi misma porque Jules no está.

¿Nunca volveré a abrazarlo?

Nunca volveré a escuchar su risa.

Nunca volveré a ver sus ojos mieles.

- Jules - llamo, muy bajo, como si fuese a escucharme.

Pero no.

Estoy en la vereda, frente al hospital.

Lo han declarado muerto.

Jules se fue.

- Oh, dios - el jadeo me basta para que mis ojos se llenen de lágrimas, pero es una leve llovizna la que moja mi rostro.

Es la lluvia la que me abraza y me recuerda que sigo aquí, aunque siento que me fui con él.

Un grito me hace parpadear, Mélanie se acerca, llorando, quebrada. Veo detrás de ella a Cristina y tan...rota.

Jules, nos dejaste amore mio.

¿Cómo voy a ser fuerte sin ti?

- Stella.

La voz llorosa de Cristina me hace parpadear y una vez que sus brazos me rodean, empapándonos bajo la lluvia, el dolor parece clavarse como millones de agujas por cada pequeña parte de mi cuerpo.

Duele tanto que no puedo siquiera levantar los brazos.

Jules, lo siento, no puedo consolar a tu madre.

Jules.

Creo que no puedo con mi propio corazón.

- Stella, cariño.

Mis ojos conectan con los llorosos de Cristina y quiero morir, quiero seguir a Jules.

Aun con el nudo en mi garganta pronuncio, tan bajo y arruinado que es inentendible.

- Se fue.

Se fue y se llevó todo de mi con él.

La razon empieza a asimilar la situación en mi cerebro y me lo imagino.

No verlo, no escucharlo, no sentirlo nunca más.

¿Qué clase de universo existe sin Jules y su corazón?

- Stella, estás...estás asustándome, cariño.

Giro la cabeza, mis ojos enfocan la ventana de su habitación.

¿Qué hay de su futuro?

Del nuestro.

De sus sueños.

De nuestro amor.

Amor.

Un gemido lastímero brota de mi garganta y mis piernas temblorosas me dejan caer, no duelen mis rodillas raspadas que recibieron todo el impacto.

No duelen nada en comparación a mi corazón.

Jules...

- Nunca...nunca le dije todo lo que quise decirle, nunca le dije lo mucho que lo amaba, nunca...yo nunca le dije que soñaba una vida con él.

Quiero morir, arrodillada en la acera, quiero seguirle a donde sea que vaya y explicarle.

Decirle.

Dejarle leer mi diario.

Todo lo que nunca pude decirle.

Jules.

Jules.

Jules.

Ya no aguanto.

Jules.

El aire no llega a mis pulmones.

Jules.

Sabes que no puedo sola.

Jules.

Solo dime una última vez que sabes lo mucho que te amo.

Jules.

Jules.

Jules.

Solo dime que sabes que no importa donde estemos, te tengo y me tienes.

Dear diary, I met a boy | Jules BianchiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora