Resumen: Sábado por la noche haciendo tarea y Miles propone jugar algo.
Nota: Palabras en cursiva significan qué hablan en español.
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“Nunca tuve mucha fe en el amor o en los milagros Nunca quise arriesgarme a perderte Pero, nadar en tu mundo es algo espiritual...
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Rodaste los ojos. Terminando por abandonar la tarea que hacías y mirándolo con una ceja alzada desde el escritorio donde te encontrabas.
—Bien, señor divertido. Tu empieza entonces—. Dije acercándome a él y sentándome a su lado en el sillón.
—¿Verdad o reto?—. Pregunto dándome una mirada como si supiera perfectamente a dónde quería llevar la conversación.
Entre cerré los ojos y lo analice. Era mi mejor amigo y se suponía que sabía todo de mí, ¿de dónde venía esta repentina necesidad de jugar un juego de secundaria?
—Verdad—. Conteste sin más esperando una pregunta cualquiera.
Sonrió de forma maliciosa y se reclinó en el sillón pareciendo confiado de su pregunta.
—¿Cuál es la cosa más kinky qué has hecho en la cama?
Fruncí el ceño.
Sabía el tipo de cosas que hacía Miles en la cama y lo mucho que le gustaba utilizar ciertas cosas —por rumores escolares—, pero no me esperaba que me preguntara algo así porque siempre evitamos hablar de nuestra vida sexual con el otro más allá de mencionar encuentros fugaces con alguien.
De todos modos pensé unos segundos mi respuesta.
—Depende de lo que tomes como kinky porque podría decir que he usado esposas o que también he hecho un poco del rol dominante—. Terminé por decir y me arrepentí al segundo.
Miles ensanchó su sonrisa y un brillo diferente en sus ojos apareció.
—Definitivamente considero esas cosas kinky—. Dijo pasando su lengua por su labio inferior como siempre hacía cuando estaba nervioso o se pensaba mucho las palabras—. Siempre supe que tenias un lado secreto, ma.
