CAPÍTULO 15

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Freya

Una punzada en mi vientre bajo hace que abra los ojos. El dolor es fuerte, siento los brazos adoloridos, mis muslos sensibles, la garganta seca. Me duele todo.

Solo deseo que todo haya sido un maldito sueño.

Pensamiento que se desvanece cuando noto que no estoy en mi habitación y observo mi cuerpo completamente desnudo. Los recuerdos de anoche se aclaran en mi mente logrando que me salgan lágrimas.

"Soy una maldita zorra" "Como le pude hacerle esto a Jacob"

Me levanto sintiendo un pequeño dolor en la zona de la cadera y observo el lugar. Paredes blancas, cuadros abstractos, una repisa empotrada, el cuarto de baño, una tv y por último el balcón que da una vista perfecta hacia el océano.

Intento taparme con las sábanas soltando el grito de frustración y culpa contra la almohada. Mi cabello esta revuelto y el lindo vestido que utilizaba ayer esta tirado contra la repisa. Al levantarme voy hacia el espejo de cuerpo completo que esta al lado del balcón.

Me atraganto con mi saliva al ver mi cuerpo. Marcas de sus grandes manos por todo mi cuerpo. Chupetones en mis senos y vientre, rasguños en mis brazos y moretones en mis muslos. Las lágrimas salen en cantidad bañando mis mejillas de estas.

¿Como puede aceptar esto? ¿Cómo carajos veré a la cara a mi novio?

Mando mi vista hacia el océano tapándome con la manta blanca tratando de calmar mis llantos hasta que la puerta se abre. No me atrevo a voltear. No quiero ver su perfecta maldita cara ahora.

Me mantengo en silencio sintiendo el olor del mar calmando mis temblores. Lo que paso anoche estuvo mal, fue un maldito error pero no puedo solo culparlo a él. Caí en la tentación del Diablo y ahora estoy pagando por esto.

—Levántate. Partirmos a las tres.

Habla neutro caminando por el lugar. Miro sobre mi hombro y lo noto sacando una camisa del armario. La sorpresa de verlo solo con una toalla es tan grande que recuerdos de anoche me invaden de manera rápida.

—¿Qué? ¿Acaso te gusta la vista?

Ruedo los ojos por su manera altanera de hablar y me limpio el rastro de las lágrimas que quedan manchando la manta. Miro de nuevo el paisaje y de un movimiento rápido soy empotrada contra la pared.

Sus ojos azules me observan de manera seria, mirándome los labios y luego los ojos.

—Vuelves a rodear los ojos y te juro que te haré gritar más de lo que gritaste ayer.

Me recorre todo el cuerpo con esa mirada electrizante que me hace sentir deseada. Maldición, trato de apartarme pero me encarcela con sus brazos tatuados y firmes.

—¿Qué?. Acaso sufres de amnesia.

—Idiota — trato de apartarlo pero estar solo con la manta tapando mi cuerpo no ayuda. Es tan jodidamente perfecto que lo odio.

—Tus intentos de taparte no van conmigo. — me sujeta del mentón sonriendo ladino — Ayer vi todo lo que quería ver. Aunque todavía me falta recorrer más.

—Jacob es tu primo, jodido idiota. — me salen lágrimas involuntarias — Y aún así lo traicionaste.

—Él es tu novio y aun así lo engañaste.

"Cabrón, Maldito cabrón se mierda"

Lo miro llena de rabia y de un zarpazo lo alejo de mi. Su mirada de incredulidad me la paso por la mierda y me alejo de ahí viéndolo por última vez masajeando su mejilla por el golpe.

Obsesiones que Hieren (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora