CAPÍTULO 26

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Freya

Estar a temprana hora del día en una habitación que no es la mía y que además este cocinando no fue mi idea de empezar la mañana. Pero no podía negarme a las suplicas y caritas de perro que me daba la pequeña de los Müller hace algunas horas.

Dormir 4 horas no es bueno para la salud, pero el disfrutar la fiesta de cumpleaños junto a mis amigos y los pequeños fue lo mejor.

Ahora mismo estoy tratando de no hacer tanto ruido mientras que Luana esparce la harina en la encimera para moldear las galletas.

-Creo que ya esta. - suelto una risita al verla llena de harina - ¿Qué pasa?

-Tienes un poco de harina por aquí - busco un pañuelo en uno de los cajones de la repisa y me acercó a ella limpiando su carita.

-Gracias.

Musita alegre bajándose de la silla.

-De nada, ahora ve a bañarte, yo moldeare las galletas y las pondré en el horno.

-Esta bien.

Se acerca dándome un beso en la mejilla y tal acción me hace sonreír. Adoro que sea una niña alegre y feliz a pesar de estar rodeada de un mundo cruel y despiadado.

Al terminar de moldear las galletas las coloco en el horno y me pongo a limpiar todo. Dejo los utensilios de aseo en su lugar y el asombro que tuve cuando ingrese al lugar sigue. El lugar tiene una estructura rústica y medieval.

Grandes habitaciones con una sala de estar más grande que la mía, su balcón principal da una vista maravillosa del paisaje junto con la piscina personal que tiene.

Al parecer hasta en esto es exigente el alemán. Mostrando sus riquezas y poder, me acerco al horno viendo que falta poco para que estén las galletas y al voltear termino botando la pequeña caja que tenia en las manos por el susto de ver a la persona que esta frente a mi.

Recostado sobre la columna de la pared con los brazos cruzados y el rostro vacío y neutro. Como si mirada a su más grande enemigo. Paso saliva al notar que solo tiene la toalla puesta y las demás partes de su cuerpo están a la vista botando agua. El cabello mojado hace que parezca más joven de lo que es y los tatuajes lo hacen ver más espeluznante.

-¿Te quedarás todo el día viéndome? - masculle - O tendré que llamar a la empleada a que linpie tu baba.

Imbécil

-Pierde cuidado, no ando viendo nada. - me volteo para ir a ver las galletas pero su agarre en mi brazo me detiene.

Ese maldito hábito de cogerme del brazo. Acaso no puede hablar como una persona normal.

-Te gusta mentir, no es así. - sonríe ladino reparandome de pies a cabeza - Linda ropa.

-Idiota - me alejo a paso rápido acomodando mi blusa - Y no se de que habla.

-No sabia que era una nerd señorita Johnson. - me detengo al escuchar esas palabras y lo observo de reojo - Acaso no le enseñaron que mentir era malo.

No digo nada, es como si mi cuerpo no respondiera a ninguna de mis órdenes.

-Ese noche yo estuve en su departamento - se acerca poco a poco como un depredador listo para atacar a su presa - Hablamos, nos besamos y luego que... - llega hasta mi posando una de sus manos sobre mi mejilla tocando delicadamente - ¿Le di el regalo?, si. ¿Hable incoherencias?, también.

-A que quiere llegar......

-Shh - dos de sus dedos se posan sobre mis labios deteniendo mi habla - Me sorprendió su acto de manipulación y el como me robo el celular. Ya que tenia entendió que usted nunca me besaría por voluntad propia.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2023 ⏰

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Obsesiones que Hieren (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora