𝐒||Audrey es una escritora exitosa, su vida es perfecta y está llena de cosas grandiosas, pero ....¿Qué pasara si de la nada aparecen sus hermanos y se enamora del ángel más buscado el universo?
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💯% mía
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Audrey se encontraba con sus hermanos en la sala de reuniones, hablando del siguiente destino hacía donde tenían que ir.
Por el otro lado estaba Christopher, sollozando, pues en el fondo no era tan malo cómo le hizo ver a los que le rodeaban. Christopher sólo quería un padre que le prestase atención, una madre que lo amará, él sólo quería sentirse querido.
Mientras tanto, en la sala de reuniones, el interrogatorio hacía Audrey no cesó.
-¿Qué te dijo qué?.—Se sorprendió Marco.
-Me dijo que me amaba, y que busca venganza porque sus padres jamás le prestaron atención.—Le respondió la castaña a su hermano.
-Por esa regla de tres yo ya hubiese acabado con todo esto.—Intervino Dean.
-En realidad él puede cambiar, solo necesitamos hacerle ver que la venganza no es la solución.—Dice Audrey.
-¿No te estarás enamorando del ángel verdad?.—Le pregunta Drake a su hermana, mirándola de refilón.
-No, que va.—Alza las manos al aire Audrey.
-Tenemos que ir al cementerio.—Nos comunica Corbyn.
-¿Ahora?.—Le pregunta Olivia.
-Si, ahora.—Le contesta el castaño a su esposa.
-Si no hay más remedio.—Alza los hombros Olivia.
Tras salir de la guarida, se dirigieron hacía el cementerio, llegando a este media hora después.
El primer paso lo dio Dean, abriendo la puerta del cementerio, dónde se encontraron con un perro del infierno.
-Necesitamos que pare.—Dice Dean volviendo a cerrar la puerta.
-Se supone que hay demonios aquí, ¿No?.—Mira Audrey a todos.- Pueden pararlos.
-No tenemos ese poder querida.—Se dirige Zach a Audrey.
-¿Entonces? ¿Para que servís?.—Les pregunta Audrey a los demonios.
-Para hacer el moñas.—Interviene Drake.
-¡Oye! Más respeto.—Da un paso hacía delante Corbyn.
-Llamaremos a Crowley.—Saca Dean como puede su móvil.
«En la llamada»
-¿Qué queréis ahora?.—Pregunta Crowley.
-Necesitamos que calmes a tu mascota.—Le contesta Zach.
-Pasarmelo.—Les pide Crowley.
En ese momento, Dean abrió la puerta del cementerio de nuevo, acercándose como puede al perro del infierno.
-Julieth soy papá.
-Hskdkdkdksksb.—Ladra el perro.
-Buen chico.—Le dice Crowley al perro.
-Gracias, adiós y buenas noches.—Le habla Dean con sarcasmo.
-Ok, ok.—Termina Crowley la conversación.
«Fin de la llamada»
-¿Pasamos ya? O nos damos unas vacaciones aquí.—Les dice Audrey con sarcasmo.
-Ya vamos.—Le da una mala mirada Olivia.
-¿Qué te pasa?.—Le pregunta Drake.
- Qué no me gusta que me metan prisa eso es lo que me pasa.—Le responde Olivia.
Minutos después tras aquella escena, entraron al cementerio.
Drake y Dean tomaron dos palas, comenzando a cavar.
Tras hoeas cavando, encontraron aquello que necesitaban...El arma de Caín.
- ¿Qué dice la inscripción del arma?.—Les preguntó Audrey.
-Dice que solo hay una persona digna de tomar el arma.—Le contesta Marco.
-Tenemos que preguntarle al ángel.—Se le ocurre a Jack.
-¿Y por qué no a nosotros?.—Se dirige a él Zach.
-Sois demonios, los ángeles tienen más relación con la historia de Caín y Abel.—Le contesta Jack.
-Vale, entonces Corbyn y yo nos quedamos tranquilos.—Se cruza de brazos Zach.
-Y Olivia.—Le corrige Corbyn.- Que por si se te ha olvidado es la hija del diablo mayor.
-Sí, tú suegro.—Le dice Zach con media sonrisa a Corbyn.
-Pues mi puta gracia.—Le dice Corbyn a Zach.
-Cero peleas.—Los trata de calmar Olivia.
-¿Qué vamos a hacer ahora?.—Pregunta Marco.
-Ir de vuelta a la guarida y preguntarle a Christopher sobre esto.—Le responde Sam.
-Está bien.—Responde Drake, comenzando a caminar hacía el exterior del cementerio.
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Bueno hasta aquí el capítulo 10 hasta el próximo capítulo 11
