Último Ocaso

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El atardecer se convierte en obra maestra, cada día distinto al anterior, cada vez más hermoso reflejando todo su esplendor, tomando de regencia ese bello paisaje que se creó, Tania dio lo mejor y en su maquillaje lo recreo, naranja y rojo su rostro reflejaba lo que con sus ojos observó.
Ya preparada para la ocasión y sin nada más que hacer en su habitación, su reflejo una última vez miró, su ropa combinada de rojo y negro en esta ocasión.
Las escaleras bajó, y despidiéndose de sus padres ella salió, caminando por las calles oscuras un aire fresco la abrazo, haciendo que sus mejillas enrojecieran.
Al lugar llegó, y cuando ingresó se dispuso a bailar como nunca bailó. Dejándolo todo al unísono de la canción la noche se esfumaba, en el baile a unos chicos conoció, todos muy graciosos y con todo el respeto le ofrecieron en su casa dejarla, ella aceptó.
4 am y estaban de lo mejor, se divertían y reían, parecían amigos de toda la vida.
Cuando el lugar cerró, en su auto se subió, su dirección le compartió a su amiga para que sepa donde iba, y aquellos tuvieron la idea del after en casa de uno de ellos.

Lo siguiente que ocurrió no te lo comentaré yo, en memoria a Tania y tantas personas que se dejaron en peligro en noches de verano, e incluso aquellos que no, los que sin ser provocativos aún así su final llegó...
Por el mundo en el que vivimos que las amistades de años pueden traicionarte y una amistad de semanas puede volverse una verdadera, pero, ¿Cómo saberlo?, ¿cómo confiar en alguien hoy?...

Así fue cómo ese fue su último ocaso, la persona bella que con tanto anhelo se maquilló para salir a bailar, hoy está siendo parte de él, y en su familia un dolor interminable, la partida de un ser de luz por unos simples extraños, ¿qué pretenden?, ¿qué tienen en mente?, es aterrador como piensan algunos y disfrutan del dolor.

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