Escritora Fantasma

7 2 0
                                    

Algunos años atrás tuve la sospecha de que mi hermana mayor era una ladrona, hoy lo puedo afirmar con la patrulla que se la lleva a la comisaría, ¿Qué pasará por su mente?, ¿estará arrepentida?, ¿un ladrón se arrepiente cuando el policía descubre la verdad?, lo dejaré anotado, el día que pueda hacerle una entrevista se la daré con curiosidad.
Mientras tanto que se la lleven, que pague por lo que a hecho, sus malas intenciones son pagadas con lo que se merece.

Cuando ya no pude observar más el patrullero me dirigí dentro de la casa familiar, mi madre lloraba, no se lo creía, solo acaricie sus hombros y luego subí a mi habitación, demasiado drama en solo un día, necesitaba tiempo a solas.
Tomé mi computadora y empecé a escribir, "Familia u enemigo" así lo titulé, por supuesto que debía cambiar los nombres originales, pero ese ya no era problema mayor ya que se me ocurrían al instante. Tiempo después de un par de palabras observé que se había hecho de noche, me sorprendió ya que nunca se me había ido volando el tiempo como ahora, decidí tomar una ducha rápida antes de bajar y encontrarme con que la casa estaba vacía, ningún alma habitando aparte de mi sola presencia, fui a la cocina y de la isla tomé una manzana, me senté en el sofá de la sala de estar y no encendí el televisor, observé atenta el jardín por el gran ventanal, parecía estar grabando una película de terror afuera, pero lo que las dolía era ver a mi mamá llorar desconsolada mientras el cuerpo de mi hermano se encontraba en el suelo lleno de sangre, la ropa de mi padre lo delataba, tranquilizaba a mamá -era lo mejor, Iowa, lo sabes- le di un mordisco a la manzana, la policía comenzaba acercarse, los vecinos habían presenciado la escena completa, y a mi que ya tenía la cabeza llena de novelas policiales se me hizo de lo más normal, no me sorprendía tener una familia como la que me había tocado, pero era cansador tener que declarar luego.

Al funeral de mi hermano no asistió mamá, estaba devastada, la familia que formó y crío no la definían como el alma bondadosa con el que ella era caracterizada.
Al llegar a casa ella estaba encerrada en su habitación, decidí dejarla en paz y volver a escribir, las palabras solo surgían solas, la trama se desenvolvía sin mayor problema y cuando quise tomar un descanso ya había acabo el libro, aún sin la entrevista a mi querida hermana, pero ya lo haría en algún momento, guarde el escrito y apagué el equipo, un alma en pena escribiendo luego de su muerte, alguien encontraría el borrador y lo publicaría, o pensaría que ea basura, todo es posible, mientras tanto mamá ya me visitaría en el cielo, mi hermano se sentía orgulloso de mí, y así, volvimos a nuestros cuerpos, ambos asesinados por nuestro padre, esta vez se había hecho justicia, y en la familia no hay quien quede libre con nuestros antecedentes, sueños arrebatados, y un muerto colgado, papá también nos quería visitar, ahora estábamos todos, mi hermana no contaba con pelearse con sus compañeras terminaría muerta, y mamá deprimida la consumió toda la culpa.

Breves Relatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora