Capítulo XIX: Black cat.

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Diariamente se posaba frente a la mansión Osborn con la esperanza de verlo, pero sin atreverse a propiciar un encuentro. Debido a los acontecimientos de casi dos semanas atrás, había decidió alejarse.

No quería lastimar nuevamente a Harry.

No deseaba que se repitiera la historia de Gwen.

Sabía que esta vez debía alejarse si quería protegerlo, pero su voluntad flaqueaba constantemente.

Se había percatado que Johnny vivía nuevamente con Harry y, aunque eso lo aliviaba, también lo molestaba. Las pocas veces que los había visto juntos, Harry parecía muy a gusto con su presencia, incluso parecían más cercanos que antes. No podía evitar pensar en esto cada vez que veía como Johnny lo llevaba abrazado o cargado.

Harry tenía a alguien que no le haría daño. Eso debería ser suficiente para hacerle saber que había tomado la decisión correcta... pero no lo era. En su egoísmo, nada estaba bien.

Y nuevamente casi parecía poder escucharla. Susurrándole sus deseos más oscuros, haciéndole ver que odiaba que Harry tuviera a alguien que no fuera él.

Ese era un buen justificante para alejarse cada noche que lo observaba. O cada mañana que lo anhelaba desde la distancia.

Se conformaba con eso, pero todo cambió cuando vio a la figura oscura asechándolo. Hubo golpes, pero no pudo saber más allá de que se hacía llamar Venom.

Era él, estaba seguro de ello. Pero fue arrojado algunos metros antes de que pudiera averiguar quién era el huésped nuevo.

Sabiendo que Johnny no permitiría que lo lastimaran, decidió ir a curarse las heridas que la lucha le había generado. Pero Harry ya no estaba al día siguiente.

Se atrevió a entrar por una ventana cuando al anochecer no lo vio y, angustiado porque Venom pudiera haberle hecho daño, fue a buscarlo como Perter Parker, pero Bernard le informó que Harry se había marchado.

Trató de convencerse de que había sido lo mejor, pero no lo logró. Tampoco pudo encontrar a Venom.

Cuando recibió el mensaje de Harry, por un momento creyó que todo podría ser como antes. Por algunas horas pudo deshacerse de todos los pensamientos de duda que lo embargaban. Sus pensamientos y deseos estaban concentrados en su encuentro. Sin embargo, Harry jamás llegó y su mundo nuevamente pareció hundirse en la oscuridad.

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Peter suspiró cuando la alarma sonó y se dejó caer al piso, esperando. Pero no tuvo que hacerlo mucho cuando un brazo elástico intentó retenerlo. Lo esquivó y lanzó una telaraña a Susan cuando esta intentó retenerlo en el aire.

—No vengo en busca de problemas —esquivó de nuevo un brazo de Reed —. Solo necesito una respuesta —se lanzó al piso, quedándose en su lugar con las manos levantadas—. Perdón por... la intromisión.

Reed se relajó y posteriormente Susan también.

—Lograste burlar la seguridad —dijo pensativo Reed—. Veo que son ciertos los rumores sobre tu inteligencia.

—¿Rumores?

—Deberé realizar algunas modificaciones. — Se perdió momentáneamente en sus pensamientos hasta que Peter se aclaró la garganta. Pero solo se disculpó y marchó.

—Discúlpalo, demostraste que su sistema no es eficaz —Susan dijo, sonriendo—. ¿Qué deseas, Peter? Johnny nos lo dijo —mencionó, cuando Peter se quedó pasmado.

—Supongo que esto es inútil —Se quitó la máscara y se rascó detrás del cuello—. Estoy buscando a Harry... Bernard dijo que vino aquí.

La expresión de Susan cambió, pero antes de que pudiera responder, otra voz se escuchó.

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