Capítulo IX: El fuego mata a las arañas... o tal vez no.

488 38 12
                                    

Apretó más la almohada contra su rosto, al escuchar nuevamente el sonido de una llamada entrante; Harry estaba tratando de comunicarse, desde algunas horas atrás, con él.

—¿Qué sucedió? —susurró, retirando la almohada de su rostro cuando la canción cesó —. ¡Yo no soy gay! —por supuesto que no lo era, a él le gustaban las chicas. La primera prueba de ello fue Liz, su primer interés amoroso. Después le empezó a gustar Gwen, quien fue su primera novia y el amor de su vida, y ahora le gustaba Mary Jane. A él no le gustaba Harry. No podía gustarle. Todos esos recuerdos que, desde algunas horas atrás, se colaban, inconscientemente, en su cabeza eran solo cosas de niños. Pero, a pesar de creer en eso, no podía dejar de preguntarse por qué se había dejado besar él. Por qué razón le había permitido dejarle un pequeño hematoma en el cuello y que estuviera semi desnudo sobre su cuerpo. Cerró los ojos, ante este último pensamiento, al sentir que su rostro enrojecía nuevamente. Si Bernard no hubiese tocado la puerta, no podría decir a ciencia cierta cómo hubiese concluido aquella peculiar situación. Porque, ciertamente, para su molestia, no le había desagradado; inclusive le había provocado una molesta erección. Pero trataba de justificarlo en el hecho que Harry tenía más experiencia en el tema, aunque para su consciencia ya no era suficiente. Volvió a colocarse la almohada en el rostro, como si de esa forma pudiera ahogar su frustración.

—Simplemente eran cosas de niños... Eso solo sucedió porque estaba en shock al recordar aquella tonta promesa —empezó a recitar aquella pequeña oración, tratando de convencerse de que la situación en que se habían visto implicados no tenía nada que ver con el hecho de que ellos fueran homosexuales; por lo menos no él.

Al escuchar un pequeño toque en la puerta, y creyendo que era su tía, descubrió su rostro, pero a quien se encontró, mirándole fijamente, fue a Harry. Por lo cual, por instinto, se sentó en la cama.

—Me encontré con tu tía en la entrada —respondió, a la pregunta no formulada de Peter—. Decidí venir porque no contestabas mis llamadas

—Estaba dormido —mintió, sin ser capaz de mirarlo.

Harry suspiró, sabía que Peter le estaba mintiendo porque no quería hablar sobre lo sucedido, pero él necesitaba hacerlo. Quería saber si Peter sentía algo por él, ya que, desde que este aprovechó la intromisión de Bernard para marcharse, aquella pregunta no dejaba de acosar sus pensamientos.

—Peter...

—¿Si? —respondió con desgana. No quería entablar una conversación sobre el tema que, estaba seguro, quería tratar Harry.

—Lo que sucedió... Ese beso... —suspiró por la frustración que la situación le generaba.

Peter miraba al piso; no quería hablar del tema, o que Harry siguiera mirándole.

—¿Puedes por lo menos mirarme? —en otras circunstancias se hubiese avergonzado por utilizar ese tono de voz que reflejaba su desesperación, pero en ese momento lo único que le importaba era que Peter lo escuchara—. Sé que este tema no es agradable de tratar, pero lo que sucedió entre nosotros...

—Entre nosotros no sucedió absolutamente nada, Harry —dijo, interrumpiéndolo, mirándolo esta vez a los ojos. No quería escuchar de boca del mencionado aquella vergonzosa situación—. Me impactó saber las cosas que hacíamos cuando éramos niños, pero éramos solo eso... niños; todos esos... besos e infantiles promesas no significan nada. Ni siquiera... eso que sucedió hace algunas horas atrás —no sabía que expresión tenía Harry, y tampoco deseaba verla, en ese momento encontraba más interesante observar el piso, lugar que se percató que miraba nuevamente al finaliza su oración, tal vez tratando de ocultar el leve rubor que le provocaba recordar aquel incidente —. Lo siento, pero no... me gustas de esa forma. A mí me gustan las mujeres; yo no soy homosexual —apretó la sabana que cubría la cama, tratando de infundirse valor para proseguir —. Si eres... de esa forma, no tengo ningún problema con eso; tú siempre serás mi amigo, pero jamás podría verte de forma diferente; lo siento, solo te veo como... mi hermano

Back in BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora