☂︎ MIDNIGHT RAIN
❛ rain, she wanted it comfortable
i wanted that pain
she wanted a husband
i was making my own name ❜
❝donde elaine hace un trato
con el diablo, porque junto él
se siente s...
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—❝MIDNIGHT RAIN capítulo tres: cansancio!
—Ketterdam, Kerch❞
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EL TACTO DE CUALQUIER HOMBRE sobre su cuerpo ya ni siquiera le importaba, si bien le resultaba repugnante y la llenaba de ansias por escapar, no se movía de su sitio. Se quedaba estática en su lugar, esperando a que terminara y poder descansar un poco antes del siguiente cliente. Pero luego de lo sucedido, su padre no le daba ni el más mínimo espacio para si misma. En cuento terminaba con un cliente entraba el siguiente y esto solo destrozaba las pocas partes de su cuerpo que le seguían perteneciendo.
Moon no sentía sus extremidades. Ni siquiera era capaz de sentir el dolor que le provocaba el movimiento brusco del aquel hombre sobre ella. Era como si su cuerpo ya estuviese muero y solo su cerebro luchase por continuar con vida. Era cuestión de tiempo antes de que su cerebro se apagara y todo rastro de la dulce rubia, que añoraba regresar con sus padres, desapareciera.
—Eres tan hermosa.— escuchó la ronca voz del delgado mercader sobre su cuello, sobre el cual dejaba serias marcas.— Podría pasar toda mi vida así, en tu interior.— tomo con fuerza el cuello de la menor y lo apretó, de la misma forma en la que lo hacía desde que la visitó por primera vez. Su agresividad era notable, incluso había llegado a provocar desmayos en la chica más de tres veces.
El aire que entraba a su sistema comenzó a eliminarse y al contrario que en las otras ocaciones, Moon sintió aquella como la oportunidad de dejarse ir. Rezo a los santos que esta vez no solo le provocara un desmayo, sino que simplemente acabara con su vida de una vez por todas. Pero cuando pensó que así sería, el pesado cuerpo del Mercader se le fue arrebatado de encima.
—Su tiempo ha terminado.— escuchó la voz de uno de los guardias de su padre, quien junto a otro sostenía al desnudo hombre.
—Suéltenme. Pagaré por otras horas.— se quejó el mayor, intentando liberarse del agarre de los dos guardias, pero no lo logró. Eran demasiado fuertes.— Pagaré una fortuna.— intentó convencerlos, por el contrario de sus deseos, uno de los guardias lo lanzó al suelo con fuerza, impidiendo a su vez que se levantara.
