xi. la invocadora

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—❝MIDNIGHT RAINcapítulo once: la invocadora y la amplificadora

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MIDNIGHT RAIN
capítulo once: la invocadora y la amplificadora

—Ketterdam, Kerch

          ELAINE GRUÑÓ POR QUINTA VEZ desde que entraron al edificio, pero esta Kaz se detuvo en seco, girándose hacia ella para buscar una explicación a sus quejidos

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ELAINE GRUÑÓ POR QUINTA VEZ desde que entraron al edificio, pero esta Kaz se detuvo en seco, girándose hacia ella para buscar una explicación a sus quejidos. La chica ni siquiera lo observaba, su vista estaba fija en las prostitutas que se movían a su alrededor, dirigiéndoles miradas que a ninguno de los dos les agradaba por completo.

— ¿Qué te ocurre? ¿Te estás transformando en un caballo o algo así?— cuestionó, con su ceño fruncido.

— Muy gracioso, Brekker.— fingió una risa mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho. Tenía una constante molestia en su estómago cada vez que veía aquellos ojos lujuriosos clavados en el cuervo.— Mira, se me salió hasta una carcajada por tu chiste.

— Ya basta, ¿qué te está molestando? ¿Quieres salir de aquí?— su mirada se llenó de una honesta preocupación. Estaba dispuesto a cancelar su reunión de aquella tarde solo para que ella volviese a casa y se sintiera cómoda.— Me puedes esperar fuera si quieres...

— No.— se negó rotundamente, acercándose más a él cuando una chica pasó por su lado en un intento de acercarse al cuervo.— Me molesta que miren tanto hacia acá. Te están mirando como si te quisieran comer, es incómodo y perturbador.

Kaz liberó una pequeña sonrisa ante la mueca frustrada que la chica llevaba en el rostro. No creía en sus palabras, porque él estaba seguro que las miradas iban dirigidas a ella y lo perfecto que le quedaba el vestido color vino que le había regalado la noche anterior.

El cuervo realmente se preguntaba cómo alguien no podría observarla si se veía tan bien en aquel instante, pero no lo admitiría en voz alta.

— No me están observando a mi.— continuó su camino velozmente, obligando a la chica a perseguirlo entre tropezones.

— Lo están haciendo, créeme.— intento asegurar la menor, levantando su vestido para que no se ensuciara con el polvo del burdel.

— Si fuese así, ¿por qué te incomodaría?— avanzó hasta quedar al lado izquierdo de Elaine y evitar que el hombre que iba a pasar a su lado la tocara. Ella estaba demasiado concentrada en responder a su pregunta como para darse cuenta de su acción.

MIDNIGHT RAIN - kaz brekkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora