•Ojos húmedos• Edgar X Colette (En edición)

mini cap

Ambos se encontraban cerrando la tienda, se les había pasado demasiado el tiempo y prácticamente ya casi era más de media noche.

     
E: Entonces........¿Bea vino hace un rato?

C: Así es -guardaba las llaves del local.-

E: Que raro........¿A qué podría venir?

C: Quiso contarme algo, pero........se quedó a medias.

E: Ya veo......¿Algo más?

     
Colette se quedó callada, no recordaba nada importante.
Así que Edgar prefirió dar por finalizada la conversación, empezando a caminar a casa.

Desde hace ya un par de días habían estado durmiendo en la casa del otro, mayormente en la de Edgar por el hecho de que a Colette no le gustaba estar en su casa.
De todas formas a ambos les sentaba bien la compañía del otro, así evitaban las pesadillas.

Principalmente las de Colette claro.

       

C: O bueno........-dijo, sacando de sus pensamientos al chico.-

E: ¿Si?

C: En un momento, Bea miro por el aparador y luego se congelo, como si hubiera visto un fantasma o algo.........

E: Eso si que está raro.

C: Lo se, me preguntó que quería decirme.

E: ¿De verdad no te dijo nada?

C: No, solo mencionó algo sobre Bibi pero........no, no creo.

E: ¿Bibi? ¿Que te dijo sobre ella?

C: No mucho...........nada en realidad, dejo todo sin terminar.

       
       
  
 
       
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
         
  
  3:45 a.m

       
  
         
  
         
  
         
  
 
Edgar estaba despierto, acariciando la cabeza de Colette la cual dormía plácidamente abrazándolo.
Habría seguido durmiendo de no ser por qué la chica despertó por una pesadilla.

   
Aún así el momento le servía para pensar, la plática que habían tenido le había generado muchas dudas, ¿Que tenía que ver Bea con Bibi? Ella no tenía pinta de ser muy "sociable" mucho menos de juntarse con gente como Bibi.
Siempre se la pasaba pegada a Rosa o Sprout.

Además, si llegara a tener problemas con ella, Rosa no dudaría en defenderla.
Si Bibi era grande Rosa era enorme e imponente, lo suficientemente fuerte para mandarte al hospital de un golpe.
Ni siquiera Bull se atrevería a retarla.

   
Con todo esto en cuenta, no había motivos para meter a Bibi en esto, al menos por el momento.
Aunque la idea seguía disponible claro.