No recuerdo la última vez que mi madre me demostro cariño, o que lo haya hecho alguna vez. Siempre estaba tan ocupada trabajando en vete a saber que, o saliendo con un hombre diferente cada semana claro.
Pero ¿Donde quedaba yo? En ningún lado.
Para mí siempre era <Ahora no Colette, vete a jugar o yo que se.>
Solo quería que mi madre me amara y que hiciéramos cosas juntas, como se supone que debería o bueno, debió ser.Si, tuve a mis abuelos, agradezco mucho eso, pero, aunque mi abuela trataba de darme todo el cariño y atención que podía, jamás remplazo el amor que yo busqué tantas veces con mí mamá. Era pequeña y inútil ¿Que se supone que debía de hacer?
En cuanto nací mi mundo giraba en torno a ella, mientras que yo no era nada más que una posesión que solo le servía para aparentar algo que claramente no era, una buena madre.Cuando hibamos al parque comíamos helado, pero de vez en cuando "Por qué el helado engorda"
Nos sentábamos a ver a los niños jugar, y lo odiaba. Todos estaban jugando con alguno de sus padres mientras que la mía y apenas me volteaba a ver. Al parecer le importaba más cuidar de niños ajenos que de mí, fingía amar a los niños en frente de todos mientras que yo no era más que un fantasma, fue madre de todos menos mía.Mi único deseo era que, aunque sea por un día, solo fuéramos ella y yo. Sin que alguien más fuera a robarme su amor.
Uno de los peores recuerdos que tengo, fue en el día de las madres. Habían organizado un evento donde todos haríamos manualidades para ese día especial, todas vendrían y harían varias cosas. Y aunque pude haberle pedido a mi abuela que fuera en lugar de mi madre, estúpidamente la elegí a ella.
Lo peor de todo es que de verdad creí que podría ir.
Aquel día, nos sacaron a todos al patio donde ya habían organizado todo. Habían mesas llenas de cosas con las que se podían hacer infinidad de actividades.
Poco a poco empezaron a llegar las mujeres, un par le daban un beso en la frente o mejilla a sus hijos, otras les daban un abrazo enorme, algunas hacían ambos. Todas parecían encantadas e infinitamente alegres por algo tan simple, solo un ridículo corazon de arcilla pintado por sus niños.Yo miraba todo sentada en una silla, con mi regalo en manos mientras esperaba ansiosa a qué llegará, yo también quería que me diera un beso o un abrazo, con suerte podría recibir ambos. Despues de un rato dejaron de llegar personas, apreté las manos esperando que apareciera mágicamente y que se disculpara por llegar tarde, pero no pasó.
Una maestra llegó y me entrego una carta que solo decía el corto texto "Lo siento por no poder ir, la madre de un alumno no pudo venir y me quedé a acompañarle"
Tire con fuerza el estupido corazón al piso mientras aún tenía la carta en manos, estaba llena de ira, pero mas que nada, de tristeza. Ese día me había peinado lo mejor que pude, hasta había guardado unas galletas para ella para poder dárselas.Salí corriendo directo a mi salón mientras sentía como todos me miraban, odiaba llorar en la escuela.
Me límite a llorar mientras leía una y otra vez la carta, imaginando que decía algo diferente. Pero no servía de nada.Ese mismo día ni siquiera me recogió, así que tuve que regresar sola a casa. Mis abuelos lo hubieran hecho de no ser por qué se supone que mi madre lo haría.
Camine sola, tenía miedo, más del que eh sentido en toda mi vida. La distancia que tenía que recorrer era enorme, al menos para una niña de 7 años.Cada cierto tiempo me detenía en algún negocio para preguntar si hiba por buen camino, pero a veces me daba pena así que hiba por dónde mis pies me llevarán.
Cuando llegue era de noche, no tenía nada con que abrir así que me las ingenie para meterme por una ventana que daba a la sala, en cuanto puse un pie dentro escuche un:
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•Ojos húmedos• Edgar X Colette (En edición)
FanfictionCollete en realidad no se lleva bien con nadie,es solo la "loca" a la vista de prácticamente todos, no la chica feliz amante de los brawlers que presentan. No tiene amigos y mucho menos pareja, tiene una salud mental cuestionable y de estabilidad ni...