Colette había estado un buen rato en el hospital, pero tenía que volver a trabajar, o si no ¿Como hiba a pagar las facturas?Las preocupaciones se le estaban volviendo a juntar, estaba Edgar, el recibo del hospital, ir a hablar con Bea, trabajar el doble. Muchas cosas que hacer, para rematar por más que trabajará no le hiba a dar el dinero suficiente para pagar, y resultaba que Edgar también necesitaba una cirugía, vaya caso.
Podría vender algunas cosas, pero no garantizaba que cubriría los gastos ¿Debería tomar otro empleo nocturno? Habia demasiado que pensar.
El trabajo ese día estuvo terrible, aún más sin nadie que la ayudara. Ni siquiera pudo salir a comer o tomar el mínimo descanso, incluso cerro tarde la tienda, tan solo esperaba que por lo menos le dieran un poquito de dinero extra por el esfuerzo, eso le ayudaría.Solo movía un poco la comida en el comedor, realmente no tenía apetito. Estaba triste, demasiado, pero raramente, no tenía ganas algunas de llorar.
No era capaz de producir una sola lágrima aunque la vida se le fuera en ello. La cabeza le pulsaba, seguramente por cansancio.
Pudo haberse quedado en su propio mundo de no ser por el pequeño maullido que se hizo presente, haciéndola reaccionar.
—Supongo que tú también lo extrañas.....¿No?—dijo sarcástica. Recibiendo otro maullido más en señal de respuesta—. Claro que lo extrañas, a fin de cuentas el te saco de tú propio infierno.
Probablemente esa sea una de las cosas que tenía en común con el animalito. Y se sentía amargada, hasta con el pobre gato que de nada tenía la culpa.
—Yo también lo extraño. Y no a pasado ni un día, igual creo es más tiempo desde tú perspectiva.......¿Dos días? ¿Tres? Tal vez hasta una semana.
Lo levanto con cuidado para poder llevárselo a su habitación, probablemente seria la única compañía que tendría en días. Igual le siguió a todas partes, a la cocina, al ropero, y hasta al baño, necesitaba una ducha para despejar las ideas.
—Estoy segura de que en cuanto abra la llave saldrás corriendo.
El animalito solo se acostó en la tapa del inodoro, moviendo la cola mientras veía a la chica con curiosidad.
—¿Que? ¿Que me ves?
Solo le sonrió levemente.
Pero, de repente sintió un dolor terrible en el pecho, seguido de la misma tos de la tarde. Los pies le tambaleaban haciendo que terminara en el piso, ni siquiera sabía que le ocurría ¿Por qué pasó tan de repente?
Lo único que la sostenía para no desmayarse era la tina, el mundo le daba vueltas, se sentía desubicada y rara.Camino con cuidado hacia el lavadero, los ojos le lagrimeaban por la sensación de inestabilidad y los temblores de su cuerpo. Se hecho agua en la cara cuando sintió humedad en sus pies, al voltear la mirada se dio cuenta ¡La llave del agua!
La tina se estaba desbordando y empapando el baño entero, cerro rápidamente todo como pudo, la idea de la ducha era cosa pasada.Tomo al gato y de tiró a la cama, mirando fijamente a la nada, dejando que el sueño se la llevará al día siguiente.
El sonido de la puerta la desperto nuevamente, se levantó de inmediato, estaba asustada, no había persona alguna que tuviera acceso a su casa, además de Edgar claro, y el no estaba realmente en condiciones de ir, mucho menos a esas horas.
ESTÁS LEYENDO
•Ojos húmedos• Edgar X Colette (En edición)
FanfictionCollete en realidad no se lleva bien con nadie,es solo la "loca" a la vista de prácticamente todos, no la chica feliz amante de los brawlers que presentan. No tiene amigos y mucho menos pareja, tiene una salud mental cuestionable y de estabilidad ni...