Cap. 10

405 26 12
                                    

Edgar

Un rayo de luz me despierta poco a poco, siento algo pesado en el pecho así que bajo la mirada y recuerdo que Colette se ah quedado a dormir, le acaricio el cabello tranquilamente, veo su brazo abrazandome, todavía está vendado.
Aunque no creo que sean las mismas que yo le eh puesto, probablemente se las han cambiado cuando estuvo en el hospital, lo examinó un poco más hasta que parece despertar, me quedo quieto un momento, al parecer solo se estaba acomodando.

despues de un rato me estiró un poco con cuidado de no despertarla y luego me reincorporo, está recostada en mi pecho pero la retiro con cuidado.
Me levanto así que la arropó de nuevo para que siga durmiendo, le doy un beso y me dispongo a hacer mis asuntos.

Salgo del baño mientras seco mi cabello, veo que sigue dormida así que cierro las cortinas para que la luz de sol no la despierte, ahora que lo pienso bien creo que debería sacar una ropa más adecuada si se va a quedar aquí todo el día......
Rebusco un poco por ahí hasta dar con una sudadera y unos pantalones cortos, supongo que por el momento está bien. Le dejo ropa doblada con una nota para cuándo despierte y me dirijo a la planta de abajo para preparar algo cuando se despierte, a fin de cuentas es lo mínimo que podría hacer por ella, siempre está trabajando, manteniendo todo en orden además de aguantar al insoportable de Griff......ahora que lo pienso hace mucho que no se tomaba un día libre, cuando salió del hospital tampoco quiso descansar al menos un par de días antes de ponerse en marcha de nuevo....
CARAJO ME OLVIDE QUE TENÍA QUE RECOJER UNOS EXÁMENES, ¡¿AHORA QUE HAGO?! No creo que me quieran atender, ya pasó una semana o más.
Sigo haciendo el desayuno mientras pienso como poder recuperar esa información ¿Y si es algo importante? Podría ser el por qué del colapso de Colette y yo por andar con la cabeza en las nubes lo olvide.

Todo es silencio, a excepción de uno que otro ruido de sarten o simplemente el grifo abierto para lavar algo, muevo una olla hasta que escucho como tocan la puerta, le pongo una tapa encima y me dirijo para abrirla.

E: ¿Bibi? -digo algo extrañado.-

B: Hola Edgar ¿Colette está aquí? -decia asomando la cabeza sobre mi hombro.- Vine a traerle algo.

E: ¿Que cosa?

B: Oh, Un te, pero es que no estaba en su casa así que supuse que se quedó contigo -dijo como si fuera lo más obvio del mundo.- Como es tú novia y así, pero supongo fue mera suposición -sigue en tono burlón.-

E: Agh, si, ella está aquí, pero por el momento está durmiendo.

B: ¿Aja? ¿A estas horas? Si ella siempre está despierta desde temprano.....

E: Pues no, hoy no, se canso mucho ayer así que mejor vuelve en otro momento.

B: ¿Si? Mañoso....

E: ¿Eh? ¿Cómo que mañoso?

B: Nada nada, mejor dale esto cuando despierte -me entrego un termo entre risas.- es solo para ella así que ni se te ocurra agarrar

E: ¿Por qué?

B: Cosas de mujeres, para su resaca me refiero ¡Pero es solo para ella!

E: Como digas, ¿Algo más?

B: No, pero mándale saludos de mi parte -dijo despidiendose.-

Cerré la puerta y me disponía a seguir con mis cosas hasta que volvieron a tocar, ¿Que se han puesto todos de a cuerdo o que?
También escucho ruidos en la planta de arriba, supongo que ya está despierta.
Regreso y abro la puerta de nuevo.

•Ojos húmedos• Edgar X Colette (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora