Un extraño secuestro, una muerte inesperada, un tatuaje, una cárcel, nuevas amistades y una misteriosa puerta harán que Álex viva su peor pesadilla.
Una llamada. Un acto tan simple cambió totalmente la vida de Álex. Tras ser secuestrada por un desco...
—¡Alejandra!—la llamó la madre—¡Está sonando el teléfono!
La chica se asomó a la puerta de la cocina, donde se encontraba su madre.
—Mamá, sabes que no me gusta que me llames así. Álex, mamá, me llamo Álex.
—Ya lo sé cariño—la madre se acerca hasta ella para, acto seguido, besar su frente—. Pero recuerda que para mí, siempre serás mi pequeña Alejandra.
—¡Mamá!—contestó ella riéndose—. Me has llenado de babas.
Madre e hija se ven interrumpidas por el molesto sonido del teléfono.
—Más te vale ir ya a contestar.
Álex se separó de la puerta y caminó hasta el pasillo para contestar al teléfono.
—¿Diga?
—El paquete está en camino.
La persona que se encontraba al otro lado del teléfono colgó tras decir esa frase. La chica se quedó confundida, ya que sabía de sobra que su ni su madre ni ella habían hecho ningún pedido.
—¿Quién era?—preguntó la madre al entrar en el pasillo.
—Se habían equivocado.
Pero lo que ella no sabía es que esa llamada cambiaría su vida.
—Bueno. Tengo que irme a trabajar.
—¿Hoy? Me dijiste que te habían dado el día libre.
—Lo sé cariño, pero una compañera se ha enfermado y tengo que ir a sustituirla.
—Otra noche que me quedo sola.
—Pide una pizza y ponte una película. Otro día nos quedaremos las dos juntas para hacerlo—la madre volvió a besar la frente de su hija y, después, se despidió de ella, para, acto seguido, salir por la puerta de la vivienda.
Álex se levantó del sofá y regresó al pasillo para llamar a la pizzería. Pidió una pizza pequeña junto con la bebida para recoger en su domicilio y volvió a la sala. Encendió la televisión y buscó algo para ver. Tras varios minutos de zapping, se decide por un programa de actualidad. Nada más soltar el mando sobre la mesa, el sonido del timbre hace que se sobresalte. Se colocó sus zapatillas y, acto seguido, se levantó para abrir.
Lo último que consiguió ver es la sombra de un hombre golpeándola en su cabeza.
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