Área de Servicio

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05.


Jueves, 4 de mayo de 2017

Tras varios intentos más de encender la dichosa radio y no obtener resultado alguno, pasaron varias horas hasta que Álex pudo idear un nuevo plan de escape.

Metió despreocupadamente la mano en el bolsillo de sus vaqueros y se encontró con la agradable sorpresa de hallar su teléfono en él. Pero, al estar al lado de su supuesto secuestrador, no le fue de mucha ayuda.

Los minutos pasaban lentamente mientras miraba por la ventana de la furgoneta. Un cartel con un letrero de Área de Servicio 3km le dio una gran idea para poder usar su teléfono.

—Tengo que ir al baño—dijo llamando la atención del chico.

—¿No te puedes aguantar?—respondió él observándola tras horas sin hacerlo.

Ella negó con la cabeza como respuesta a su pregunta, lo que provocó un suspiro por parte del chico.

Tras varios kilómetros que a Álex se le hicieron eternos, por fin llegaron al Área de Servicio que sería la salvación de la chica. En ella había una gasolinera, situada en el centro de aquella pequeña zona; varios restaurantes, y lo que parecía un motel. El chico la mandó ir hacia la gasolinera, ya que allí tendría que haber un baño, y así, mientras tanto, él podría repostar y comprar algo para comer.

—¿Qué quieres para comer?—preguntó Álvaro sujetándola por el brazo antes de que entrara al baño.

"Pronto no tendré que verlo nunca más, así que para no perder tiempo pediré lo primero que encuentre", pensó ella.

Miró a su alrededor, en la sección de dulces, y encontró una palmera de chocolate que le pareció apetitosa. Sus tripas resonaron y el chico se percató de ello.

—La palmera de chocolate más grande que tenga para mi acompañante—dijo el chico sin darle opción a responder.

Asintió con la cabeza, y una vez su brazo fue liberado, continuó su camino hacia el amplio baño que poseía el local.

Una vez dentro, comenzó su trigésimo noveno—ya había perdido la cuenta de todos los que había hecho—plan de huida. Metió de nuevo la mano en el bolsillo de sus pantalones y sacó su teléfono. Lo desbloqueó lo más rápido que pudo y marcó el número de la policía.

—Buenos días. ¿En qué puedo ayudarle?

La señora que se encontraba al otro lado le dio confianza, así que comenzó a explicarle su situación.

—Verá, ayer por la noche estaba tan tranquila en mi casa, cuando llamaron a la puerta y al abrir un chico misterioso me golpeó en la cabeza y me metió en una furgoneta azul oscura...pero la matrícula no la recuerdo.

—¿Sabe algún dato sobre el chico o algo más que pueda ayudarnos?

Unos golpes en la puerta le impidieron contestar a la señora que intentaba ayudarla. Enseguida reconoció de quién se trataba.

—¡Álex, te estoy oyendo! ¡Sal de ahí ahora mismo!

"Perfecto, tengo veinte segundos antes de que tire la puerta abajo", pensó.

—¿Hola?—intervino la señora del teléfono al no recibir respuesta—¿Se encuentra ahí?

—Sí, aquí estoy.

—Bien. Le repito, ¿podría darme algún dato sobre el chico o de dónde se encuentran?

—Se llama Álvaro y nos encontramos en...

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