Prólogo

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Prólogo


Un siglo atrás una rara enfermedad atacó a la raza humana, produciendo la muerte de muggles y magos por igual. Un grupo de magos crearon una vacuna contra el virus y esta funcionó. Pero con sólo un efecto secundario. Un nefasto efecto secundario. La esterilidad de la población femenina.


La población empezó a disminuir de manera alarmante. Sólo los hombres seguían siendo fértiles, pero de nada servía, pues las mujeres habían perdido su fertilidad y su natural don de tener hijos.


Fue entonces que todo comenzó. Que ocurrió. El primer embarazo después de cinco años, en que por mucho que se intentaba, por muchos cuidados y esperanzas que se ponían, las mujeres perdían a los bebés nada más embarazarse. Pero no fue una mujer quien cayó embarazada, sino un hombre. Pero no un hombre común, era un hermafrodita. Un hermafrodita con la apariencia de un hombre, pues eran las hormonas masculinas las que predominaban en él.


Entonces se empezaron a hacer estudios con los hermafroditas, tanto hombres como mujeres.


Aquellos hermafroditas que a primera vista parecían hombres, aunque también poseían el sistema reproductor femenino y las suficientes hormonas femeninas, podían sostener el embarazo, pues debido a tener una mayoría de hormonas masculinas, seguían siendo fértiles.


En cambio, aquellos hermafroditas que a primera vista parecían mujeres, que tenían una mayor cantidad de hormonas femeninas que masculinas no lograban llevar los embarazos a buen término, perdiendo los bebés en el segundo o tercer mes de gestación.


De pronto, los hermafroditas machos, como se les denomina, se volvieron la única esperanza de que la humanidad no se extinguiera. Lo que antes fue un gran tabú, dejó de serlo con escalofriante rapidez. Los matrimonios entre hermafroditas machos y hombres, se convirtieron en ley.


El hermafrodita que se negaba a contraer matrimonio con otro hombre, por el motivo que fuera, era obligado aún en contra de su voluntad a escoger pareja y casarse.


Quisieran o no, estuvieran listos o no, eran obligados a embarazarse y parirles varios hijos a su marido.


A veces el hermafrodita en cuestión era sumamente joven, apenas superaba los 14 ó 13 años.


Los hermafroditas machos eran grandemente disputados, pues apenas uno de cada siete hombres lo era.


Los hermafroditas machos eran prácticamente un objeto, un objeto que se quedaba el mejor postor.


Fueron las demandas de muchos padres preocupados, lo que desembocó en las leyes de protección hacia los hermafroditas machos.


Las cosas se fueron calmando aunque era el padre quien seguía escogiendo la pareja de su hijo, antes de la boda había de haber un periodo de cortejo (ya fuera corto o largo, a discreción de los padres) obligatorio.


Los hermafroditas machos, a los que se le denominaba donceles, acudían a escuelas especiales, donde además de recibir una educación en ciencias, matemáticas, historia e idiomas, recibían clases sobre arte, música. Sobre etiqueta, cómo hablar, cómo comportarse, cómo comer, cómo seguir las normas, cómo agradar al marido, cómo cuidar a un bebé y cómo llevar el embarazo.


Habían muchas normas o leyes, y los castigos por romperlas eran severos y a veces hasta crueles.


Por ejemplo, el aborto de un bebé estaba terminantemente prohibido e incurrir en esta falta, era castigado con la flagelación pública.


Si, por culpa del aborto, el doncel quedaba sin su capacidad de tener hijos, se le castigaba con la muerte; si no, se le obligaba a embarazarse una vez curado de las heridas de los cuarenta latigazos, y llevar el embarazo a buen término para dar a luz y así compensar con esa vida la del bebé abortado.


La norma de llegar virgen al matrimonio era sumamente estricta.


Si un marido se daba cuenta de que su esposo no había llegado virgen al matrimonio, este era castigado con quince latigazos, ya fueran públicos o privados, como deseara el marido.


Si el caso era que se sospechaba de que un doncel no era virgen antes del matrimonio, su prometido, con un grupo de ancianos y donceles por testigos, debía de mantener relaciones sexuales con él.


Si resultaba que no era virgen, se le castigaba y el prometido en cuestión podía romper el compromiso. Si resultaba que sí era virgen y todo fue una falsa sospecha, el matrimonio se aceleraba para salvaguardar el honor del doncel en cuestión.


Si se descubría que algún doncel casado usaba alguna hierba o producto para evitar el embarazo a escondidas de su pareja, con seis testigos (tres donceles y tres ancianos) era castigado, siendo encerrado en sus habitaciones, a base de sólo pan y agua, y baños de agua fría. Una vez pasada una semana, o el tiempo necesario para que la droga o lo que estuviera tomando para evitar el embarazo hubiera desaparecido de su organismo, era tomado por su marido frente a los testigos, y se le dejaba embarazado de inmediato.


El doncel soltero sólo podía ser atendido por otros donceles, eunucos o ancianos.


Pero también estaban protegidos los donceles, uno que era abusado o maltratado por su marido sin haber incurrido a algún quebrantamiento de normas, podía solicitar y obtener el divorcio.


Uno que hubiese enviudado podía guardar un luto de cinco años, y una vez pasado ese tiempo tenía que volver a escoger pareja.


Y muchas más reglas que iréis conociendo y entendiendo a lo largo de esta historia...


Continuará...



Uff esta historia es muy vieja y cuando digo vieja, me estoy refiriendo a 2003-2004 cuando la moda no eran los omegas, eran los donceles ^^U

Alborada (Harry Pottter, Slash Fiction)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora