𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟯: 𝗙𝘂𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗱𝗲𝘀𝗲𝗼𝘀

254 25 32
                                    





Desear el amor de alguien que no conoce más de ti, es un dolor punzante que abre el pecho sacando la daga de la incertidumbre de saber ¿Atsushi me ama? Saber que está con ese estúpido de Dazai, hacía que las piernas le faltaran en el sostén, beber alcohol todas las noches, ¿Qué más debía hacer?

— Pido está noche que Atsushi Nakajima me ame, no quiero una noche, lo quiero para toda la vida — Cansado no saber que hacer, sale una noche oscura y encuentra una fuente de los deseos, tira una moneda esperando que su deseo se cumpla tener el amor de Atsushi, de rodillas se escucharon los ruegos del joven de lindos orbes azules.

A la cama fue desesperado de saber el el deseo de su amor, fuera una realidad nunca una mentira estúpida, en la noche paso en vela pensando ¿Por qué confío en esto? Si eso era de un cuento infantil.

— Woah, Atsushi ¿Eres tú? Si eres un sueño no quiero despertar — Ahí estaba, Atsushi Nakajima descansado en el sillón de la port mafia.

— Dazai-san, ese chazuke es mío, no queme la cocina otra vez — Joder esa voz que endulzaba el corazón de Chuuya se movía de lugar, revoloteando las mariposas de ese corazón desolado.

— Atsushi, mi Atsushi ¿Es pecado anhelar rozar mis labios con esa mejilla? Esa mejilla rosadita — Ahí inerte, el hombre tigre descansaba sobre telas de fina calidad, se movía a punto de abrir los orbes heterocromaticos que tenía loco a Chuuya Nakahara.

— ¡Aaahhh Nakahara! Umm ayuda, Dazai-san — Casi grita de la peor manera, el presidente de la agencia de detectives armados, le dió una advertencia, peligro eminente de nombre Chuuya Nakahara.

«Joder que buen golpe». Pensó Chuuya después de recibir un puño en la cara, afecto una parte de su cara, sabía defenderse algo que el oji-azul admiraba.

— Shh calla, no te haré daño, ¿Me puedes escuchar — Retiró la mano que había cubierto los labios escandalosos de aquel peli-blanco, quería ser lo más dulce posible.

— ¿Qué no me hará daño? Es uno de los líderes de la port mafia, ¿Cómo quiere qué reaccione? — Si el miedo que albergaba el cuerpo de Atsushi, era normal de sentir.

— Escucha estoy haciendo todo lo posible para eliminar tu nombre del mercado negro, tú no te preocupes — Por la expresión que mantenía Chuuya era que no mentía, deseaba estar un rato a solas con Atsushi.

— Pero es que usted me da miedo — De hecho el cuerpo de Atsushi era un manojo de nervios, a casa, con Dazai quería estar.

¿Miedo? ¿Su amado Atsushi le temía? Es peor que un golpe en el rostro, dolor eso sintió Chuuya así que fue a hacer una visita a su líder.

— Chuuya se lo que tratas de hacer, no es buena idea que un mafioso y un detective sean pareja — Mori lanzó la daga de la palabra, te lo digo pero pareces un burro siguiendo el camino que le place.

— Lo sé, eso no me detendrá en conquistar el corazón de mi Atsushi — Chuuya tomaría las consecuencias por si esto se salía de control, iba por riesgo propio que esto implicaba.

— ¿Sabés lo enojados qué están en la agencia? — El azabache esa misma mañana le había sido pasada la información, un miembro de la agencia de detectives armados en la temible port mafia.

— ¿Y? A mí solo me importa Atsushi, lo amo y conquistare su corazón — A como diera lugar quería esos ojitos puestos en él, lo único que quería era eso.

Después de esa pequeña charla, que podía ser calificado como un regaño, eso para el oji-azul era un toque de nada en su vida, porque ahí estaba el peli-blanco ¿En serio daba resultado la fuente de los deseos?

— Nakahara-san haré todo lo posible para no hacer que desate su irá en mi — Atsushi se disculpaba porque el corazón dictaba que debía hacer eso, alguien de por ahí le relato a algunas historias del de sombrero elegante.

— Atsushi bonito, ¿Por qué creés me enojare contigo? — Dazai, ese nombre vino a mente del imponente Nakahara de lindos orbes, si fuera de su propia voluntad ahora mismo tendría a Atsushi en su regazo.

— Dazai-san me dijo que usted se enoja mucho, suele romper todo perdiendo el control — Ese castaño sembró una semilla de inseguridad en el peli-blanco, mierda con más razón ese odio crecería.

— Con que Dazai dijo eso, pues déjame decirte que hay algo de verdad en eso, pero tampoco es como si Dazai fuera un santo — Otra razón en poder hacer que Chuuya aumentará en el odio a el oji-avellana, odio hacía el justificable.

«Quiero tocarlo, una cortina suave que transmita mi amor hacía Atsushi». Pensó Nakahara Chuuya.

— Dazai-san es bueno, me salvo cuando nadie más lo hizo, eso se lo agradezco mucho — Dijo Atsushi mirando a Chuuya con cierto miedo, aunque confiando en que estaría bien porque el castaño vendría a salvarlo.

— Desearía haber sido yo Atsushi, ¿Sabés por qué razón estás aquí? — El sonido encadenado a saber que el amor de su vida fue salvado al tipo que tanto odia, ¿Por qué la vida era una mierda?

— Lo que recuerdo es haberme ido a dormir temprano ayer, luego termine aquí de alguna manera, es todo lo que se Nakahara-san — Relató la travesía hacía el sueño profundo, que la cama junto con las sábanas le brindaba cobijo.

— Pues no necesitas saber nada más Atsushi, estarás aquí por un tiempo. Te llevaré a mi casa — El albino podía ser su pareja si se así lo quiere, aunque claro ¿Por qué ir con prisas hacía el bellísimo?

— Nakahara-san yo quiero volver con Dazai-san, con su permiso me retiro — Cortes en su forma de hablar estuvo a escasos centímetros de girar la perilla, a casa con Dazai-san debía volver pero algo inmovilozo todo paso.

— Atsushi por favor quédate, quisiera que fuéramos buenos amigos. ¿Recuerdas la vez qué me cuidaste cuándo me está muriendo en fiebre? Pues esa bondad estremeció mi corazón — Chuuya posó sus brazos en la cintura de su amado, cubrió la mentira de desear Atsushi como amigo, yacía en el otro extremo de su corazón que lo deseaba como pareja, por ahora es todo lo que podía hacer.

— Está bien Nakahara-san, podemos ser amigos — Atsushi contestó conmocionado de tener un buen amigo, aunque ese fuera Chuuya Nakahara un líder de la port mafia, el joven concedía dar oportunidades a los demás.

— Déjame mostrarte con acciones que no soy nada de eso que Dazai te ha contado, ¿Te puedo besar la mejilla? — Atrajó el cuerpo de Atsushi a su pecho, un beso, roce de los labios del oji-azul y el peli-blanco.

Atsushi se sorprendió de que un mafioso pidiera un beso, quizás el peli-blanco era la bondad en persona de ingenuidad no tenía un pelo, según lo que Dazai le relato ellos se mantenían en un margen de maldad. La capa de puas negras, clavada con corona de espinas que derrama líquido rojo que corre por las venas de los seres humanos.

— De acuerdo Nakahara-san desde ahora somos amigos — De nuevo la confirmación de la amistad que ellos dos hicieron ese día, pájaros cantar en el órgano que bombea sangre de Chuuya Nakahara.


 ¡꒷🐯 𝗦𝗮𝗰𝗶𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗯𝗲𝘀𝘁𝗶𝗮 🍛 Ꮺ ¡!   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora