𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭: 𝗣𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗼 𝗲𝗻𝗮𝗺𝗼𝗿𝗮𝗿𝘀𝗲

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— Bien Chuuya tu misión consistirá en — Primera hora del día que se podía ver los rayos de sol, para un mafioso significaba un acompañante en ese camino plagado de soledad. 

En la travesía de encontrar el lugar en el mundo, rendía al cien por ciento en las misiones que su líder encomendaba después un día de arduo trabajo duro iba a parar a unos bares de la zona de Yokohama.

— ¿Lo mismo de siempre caballero? — Preguntó el barista que más que costumbre se volvió normal ver a ese chico de aura de lucha constante.

— Lo de siempre, mezclado no agitado — Estaba molido a golpes, esos hombres dieron más ajetreo que en misiones anterios.

Rutina que caí en la monotonía, diablos todo se convirtió en espiral sin final, ¿Qué hacía qué sintiera ese vacío en el pecho? ¿Un sombrero nuevo? ¿Alcohol del caro? ¿Un paseo en su moto? Ninguna de ellas, pensar en ello le trajo un dolor de cabeza sufrido en estrés.

Koyo, el nombre de su madre en la mafia, acudir a ella en caso de estar en está clase de aprietos.

— Con que estás aburrido, te recomiendo dar un paseo mañana y observar cualquier ser vivo paseando, créeme yo se lo que te digo — Ese guiño de la femenina prestaba a libre interpretación, si de alguna manera supiera que eso desataría un conflicto en su hijo.

Uno de esos días en los que aplicó salir a dar un paseo, traía heridas en los brazos, la pelea lo dejó mal era un chico que solía estar en problemas, de esa manera drenar el enojo que bien que caracterizaba a Chuuya Nakahara.

— Disculpe ¿Se encuentra usted bien? ¿Me deja curar sus heridas? — Ese era, el hombre tigre del que pedían mucho por su cabeza, a lo que al instante Chuuya cubrió parte de su rostro con una capa negra.

— Es mejor que no te relaciones conmigo muchacho, en todo caso estás heridas sanarán — Fuerte, directo en la actuación, cubriendo sentimientos de soledad que rondaba la esquina esperando atacar.

— Se equivoca, siempre es bueno ayudar a alguien que lo necesita — Animó el joven de mirada suave, de ahí nadie lo movería fácilmente.

— ¿Estás bromeando? Soy un desconocido para ti — ¿Por qué alguien se preocuparía por él? Pff que divertida ironía, reía en las entrañas aunque ardía las heridas hechas por el enemigo.

— Pero no puedo dejarlo así, seguro que le duele mucho — Después gotas bañaron a ambos, noche de luna, maldición que caía en los amantes que salían a escondidas, el chico de buena voluntad tuvo que llevarlo a casa porque pudo ver que además de herido estaba en fiebre.

Dejó al invitado de cabello naranja sobre la cama, corría de lado a lado buscando las toallas húmedas con el objetivo de bajar la fiebre, aunque primero vería la forma de curar las heridas. Pasó la noche esperando que la fiebre del hombre del sombrero bajará.

— ¿Todavía existe bondad en el mundo? Creí que se había extinguido — Dijo en una de las alucinaciones ocurridas del dolor que ya desde hace meses lo tenía bajo el dilema llamado amor.

— Solo hago lo que haría cualquiera, sus heridas están mejor, ahora descanse que yo lo cuidare — Aunque luego de esa especie de charla, el enfermo no abrió los ojos de nuevo gracias a que los cuidados de ese chico desconocido.

La lluvia baño hojas de árboles, más está ceso después de que el señor sol quiso dar los buenos días a los habitantes de Yokohama, el joven de linda mirada buscó al desconocido que cuido, abandonó el hogar después de todo ese era el último día que se verían, o eso pensaron ambos.

 ¡꒷🐯 𝗦𝗮𝗰𝗶𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗯𝗲𝘀𝘁𝗶𝗮 🍛 Ꮺ ¡!   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora