𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟲: 𝗖𝗲𝗻𝗮 𝗳𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮𝗿

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Luego de haber pasado tiempo de calidad con Atsushi, al de orbes azules Mori le encargó una misión más, después una más, esto se veía un eterno encargo de misiones desmedidas para poner en dudas al enamorado de la port mafia. ¿Cuándo será el día qué tendrá el amor de Atsushi?

Dolor de cuello, dolor de cabeza sufrido de estrés de esas misiones que consistían en pelear contra enemigos, otros supervisar que la extracción de vino para el jefe Mori sea una proeza.

— Atsushi, eres mi luz en la oscuridad que residía en mi vida — Soltar pensar por pensar romántico, en un charco de agua ahí veía la sonrisa de auténtica felicidad del albino.

En casa el albino recogía el desorden que se acumulaba, como buen amigo en algo debía pensar para complacer a Nakahara Chuuya pero ¿Qué podía ser eso? Un masaje gratis, eso lo vio en un comercial de la televisión, una crema para el dolor de espalda.

— Estoy en casa, Atsushi ¿Por qué está oscuro aquí? Si este mes pague el recibo de la luz — Dios que estúpido, el peli-naranja entró a su hogar adivinando donde ponía los pies.

— Nakahara-san yo quería darle un masaje, me conto que tiene estrés así que — Esa voz resonando en los pensamientos de Chuuya, pues delataba la preocupación.

— ¿Quieres qué me quite la camisa Atsushi? Si quieres puedes tocar donde quieras — Molestar a su amor un riesgo propio sería, aunque vale la pena así lo vería sonrojado.

— Eso no Nakahara-san, solo quiero ayudar a su estrés — En la mirada se veía las dulces intenciones de Atsushi Nakajima, esperó que el mayor de acostará en el sillón para comenzar a masajear en los hombros.

— Ahí, me duele justo ahí. Atsushi tienes manos suaves — Cada día que pasaba al lado del chico albino, lo adoraba más, sentía el masaje absorve la mayoría de ese estrés que guardaba en la espalda de lunes a viernes.

Presión, presión con espalda, de manos esbeltas recorriendo similar a un puente en movimiento de Atsushi, suave manos en la espalda haciendo que el estrés pasará de buena calidad. Aunque la mente de Chuuya daba gritos de besar la piel contraria.

— ¿Se siente mejor del estrés? ¿Le duele aquí? — Interrogantes de Atsushi borbandeando al chico acostado en la cama boca abajo, ejercía presión sobre la espalda y más partes.

— Siento un descanso profundo de mi estrés, gracias a ti Atsushi — Lentos vaivenes percibía en su rostro, algodón mojado con perfume a flores en las mejillas, de cortesía de Atsushi.

— Con esto puede refrescarse, aunque también podrías tomar un baño — Esos suaves tratos, ligeros, tiernos sin ninguna malicia del heterocromatico, lindo más que lindo.

— Atsushi espérame aquí, vuelvo en unos minutos — Ese día había una fecha importante en la port mafia, abrió las puertas de la oficina de Mori, su madre justo estaba ahí.

— Con que quieres invitar a Atsushi a la cena de esta noche — De vez en cuando los líderes de la port mafia tenían una cena, parar y tomar una cena de calidad para nadie estaba mal.

— Si así es, ¿Puedo jefe, mamá? — En los orbes relucientes el peli-naranja veía venir la respuesta, un paso más en la relación se amistad de ambos.

— Si puedes Chuuya, tengo que ver a ese chico — La madre de Chuuya si quería ver al chico que amaba su hijo, hablo sin objeción alguna.

— Yo estoy en desacuerdo, no creo que sea buena idea de un detective venga aquí — Por el contrario Mori lanzó negativa, dios ¿Ese doctor podía ser más frío?

— Cállate Mori, recuerda nada puedo coserte la boca — Habló amenazante la mujer que amaba a las rosas, una amenaza dispuesta a cumplir por suave que se escuchará el tono de voz.

— Mi opinión acaba de cambiar de improviso, puedes traer al hombre tigre —Yuju, el jefe dió el visto bueno a la cena familiar, ansioso fue a casa a comunicar la noticia.

— Buenas noticias Atsushi, hoy en la noche habrá una cena entre los líderes de la port mafia y tú vendrás conmigo — Crash, un plato que el peli-blanco lavaba pedazos en el suelo terminó, triste desenlace.

— Nakahara-san, no puedo ir a esa cena, lo siento mucho — Inútil, el plato se repartió en varias piezas en el suelo, paso a una mejor vida. 

— ¿Por qué no? Mira si es porque estás nervioso yo estaré contigo — Chuuya se encargó de recoger el resto de pedazos rotos en el suelo, así Atsushi no tenía que molestarse en recoger eso.

— De acuerdo iré a esa cena Nakahara-san — Tal vez aceptó en ir a la cena, para la visión que Atsushi tenía de esa cena era que una jauría de perros se lo comerían en carne viva.

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— Bienvenidos a la cena, pasen los dos por favor — El recibimiento del líder de la port mafia, el heterocromatico captó esto a propósito mirando por encima del hombro de los nervios y temor que su cuerpo albergaba.

Miradas nerviosas, tres mafiosos, un detective de la agencia de detectives armados, un encuentro crucial en la amistad entre ambos bandos de la ciudad de Yokohama.

— Aahh eres el muchacho del que mi querida Kyoka me habló, claro que puedes salir con Chuuya — Después la femenina recordó las cartas que la niña peli-azul le enviaba, en todas ellas decía lo lindo, agradable que es estar al lado de Atsushi Nakajima.

— ¿Salir con Nakahara-san? Pero él me dijo que — Amistad, en la perspectiva del ojos distintos había una linda amistad que pulían en el día a día.

— Así que Chuuya no te dijo nada, a él le gustas mucho — Empujon del amor gracias a la figura maternal de Chuuya,

Latido, latido en el corazón del recién informado albino.

— Tienen mi bendición, que sean felices juntos — Koyo Ozaki estaba fascinada saber que su hijo escogió bien al momento de decidir a su pareja, bueno esto solo lo sabía ella.

Concluida la "cena familiar", entre comillas porque después de el secreto amoroso de Chuuya se formó un silencio incómodo, súper incómodo para el que planeó está cena.

— Escucha Atsushi, me empezaste a gustar desde que me cuidaste esa vez — El tiempo fue su aliado para el amor del peli-naranja, Chuuya Atsushi volvieron a casa para discutir largo y tendido.

— Nakahara-san yo no lo veo de esa manera, para mí usted es un buen amigo — Espadas de rechazos de labios del huérfano, pero nunca pretendió ser un grosero en su rechazo.

— Por favor Atsushi, dame una oportunidad para ser tu pareja, me gustas demasiado Nakajima Atsushi ¿Me das la oportunidad de ser tu pretendiente? Después si quieres podemos ser pareja — La voz del peli-naranja se escuchó en un desespero, de rodillas para proponer aquello.

— De acuerdo Nakahara-san, le daré la oportunidad después de todo. Yo lo quiero mucho — Si, en esas semanas de compartir comida, vivir igual a un matrimonio, había despertado el deseo de querer en ambos.

— Eh repite eso ¿Me quieres Atsushi? — Dios, esas palabras sonaron el canto más preciado, combinado con precioso para Chuuya.

— Lo quiero mucho, la primera vez que me abrazo fue reconfortante y lindo, usted es tierno — Dijo el lindo albino haciendo memoria del día que se conocieron, de una forma peculiar a ser sincero.

Si lo quería así de bonito, el autoestima del mafioso se elevó a las nubes altas, si fuera por él podría emprender el vuelo por lo alto que el órgano bombeante se estremecía, amor, amor, más de ese tipo de trato urgente de obtener ¿Qué más podía pedir? Nada, Atsushi para él solo.

— Malditos sean ¿Cómo se atreven? Por su culpa tengo que patearles el trasero y no estar con mi Atsushi — Al peli-naranja esto le afectó mucho, el te quiero le brindo fuerzas en acabar rápido en las peleas, una patada reversa para no dar tregua al enemigo.

El amor de su Atsushi hizo esto en su ser, pies a cabeza conectaba con latidos, latidos moviendo la atracción, que pasó a nivel gustar, reciente un te quiero y así subir de nivel.





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