𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟰: 𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗮𝘁𝗶𝗯𝗹𝗲𝘀

235 26 11
                                    







En la mafia el rumor que Chuuya Nakahara se ha enamorado de un detective, estaba en boca de todos los integrantes de dicho lugar, además que llevó al hombre tigre a casa donde tenían un especie de matrimonio. Esto era mentira, Chuuya le suplicó a Atsushi que se quedará un tiempo con él porque la soledad consumía su ser.

— Después de una semana por fin puedo descansar, no he visto a Atsushi desde ese día, pero, por fin lo podré ver — Esto de quitar el nombre de Atsushi del mercado negro le llevó una semana, semana que pasa Chuuya lejos del peli-blanco era un tormento espantoso.

— Chuuya-san ¿Es verdad qué está casado con el hombre tigre? — Voz femenina que habló desde un punto lejos de ese peli-naranja, Higuchi Ichiyo.

— Espera ¿¡Qué!? Pero es solo mi amigo, como les gusta alterar las cosas — ¿Esposo de Atsushi? El color de las mejillas de Chuuya subieron de voltaje, a un concreto fresa leve.

— Eso dicen Chuuya-san, bueno Gin y yo se nos hizo lindo que estuvieran casados porque hacen linda pareja — La muchacha de rubios cabellos nunca se enteraría de la magnitud de su comentario, puesto que el alma de Nakahara se había ido de visita al cielo.

El cuerpo quedó en la tierra, mientras el cerebro de Chuuya procesaba una escena de lo más romántica con toques tiernos.

— Bienvenido a casa mi amor, Chuuya ¿Cómo te fue en el trabajo? ¿Quieres un baño o quieres comer primero? — El peli-blanco corría estando de buen humor hacia su esposo, que esté era la linda fantasía de Chuuya.

— Dios Atsushi te ves igual de precioso que siempre, llego a nuestro nidito de amor y lo primero que quiero es comerte a ti — Cierto, en esa fantasía era una cobertura de suaves sueños fugaces, escena digna del Titanic a bordo.

El cuello del oji-azul dolía mucho el cuello, estrés de manejar el asunto del muchacho que pedían mucho por su captura. Ese apodo le permitió a Nakahara hacer una mini reflexión, tigre, eso para él era un gatito en su casa.

— Bienvenido Nakahara-san, como lo prometí no me he ido desde ese día como se lo prometí — Linda bienvenida del heterocromatico recibiendo al propietario de la casa, encantado de hacer lo que sea por su nuevo amigo.

— Atsushi, tengo buenas noticias hice todo para cumplir mi promesa, ya no estás en la lista del mercado negro — Aunque para el muchacho de amor por las bebidas alcohólicas, ver a su amado peli-blanco era un martirio no poder abalanzarse sobre él para besarlo hasta quedar sin pizca de aire.

— Muchas gracias Nakahara-san, eres un gran amigo aunque no hemos hecho nada juntos — "amigo" si, en la cabeza del contrario esa palabra se clavó como puñal de saber que el chico que deseaba que fuera su pareja dijera eso.

El amor es un poema en si, explorando varios aspectos espléndidos al momento de estar con la pareja que se desea, por esto Chuuya estableció una promesa al órgano bombeante que en estos días estaba dando la lata, estar cerca de Atsushi Nakajima esperando que la amistad parará página al próximo capítulo, que es amor.

— Pensé que tendrías hambre, nada mejor que una manzana para una sana comida — El de melena naranja trajo una manzana para su invitado, eso venía al recuerdo a blanca nieves que era un tema extenso para hablar.

— Gracias Nakahara-san, la verdad estar solo aquí me ha hecho reflexionar sobre la compañía humana ¿Qué opina usted — Después de una semana sin nadie a su lado, comenzó a extrañar a su superior sobre todo en las estupideces que decía.

— Pues nunca me pare a pensar, dime tu opinión y lo discutimos — Buen tema de conversación para ir rompiendo el hielo, así iría conociendo más a Atsushi, anotando datos valiosos de ese amor.

— Dazai-san me hace reír mucho, la compañía de Dazai para mí es muy valiosa — Oh no, ese nombre del bastardo de Dazai Osamu, por todos los sombreros del mundo ¿Ese imbécil estaba en cada esquina? Esperando hacerlo sufrir.

¿Qué proseguía en la conversación? Oh sí, agregar una observación para dar continuidad a está, pero si Chuuya pensaba en extención a esto en estás pequeñas singularidades de la vida nunca se paró a pensar.

— Nakahara-san ¿No sabe cómo continuar la conversación? — Preguntó Atsushi solicitando que a los orbes lo mirase, calmar el estado de incertidumbre del contrario.

— Perdón Atsushi, lo que sucede es que tus ojitos no me dejan concentrarme — Para no dejarse en evidencia, usó una frase que escuchó en la serie francesa romántica que consumía hace unas semanas.

— Nakahara-san dice unas cosas lindas, pero yo creo que su compañía es reconfortante — El peli-blanco le aumento color en las mejillas, pero obstrucción de mostrar las emociones que sentía en casa del amante de bebidas alcohólicas.

Remando en las incómodas conversaciones iba Nakahara, aunque el paso obstruir no se permitía a él mismo porque en un ambiente de paz, basada en una relación de amistad que poco a poco se construía.

En muchas de estás la coincidencia resultaba ser inexacto, ambos muchachos escuchaban a su contrario hablar de sus intereses. Chuuya, alcohol, moto, cenas en restaurantes caros, Atsushi un alma libre, gatitos, chazuke, ayudar a los demás, que hermosa amistad estaba en construcción en ascenso.

Un detalle más a destacar en Atsushi era que la naturaleza la adoraba mucho, el contacto con ella hacía que el corazón se regocijara de una paz estable de gran magnitud.

Pasaron una bella tarde intercambiando palabras, opiniones diversas en cuanto a esos temas extensos basados en la compañía humana de los amigos, los gustos, etc, así las horas pasaron para ambos masculinos, escuchar sobre uno del otro formó una conexión profunda entre ellos.

— Bien, creo que debo pagar mi estancia estando en su casa Nakahara-san — Concluyendo la conversación, el heterocromatico se puso de pie a empezar con una limpieza general.

— Atsushi eres mi invitado no es necesario que pagues tu estancia aquí — En realidad no importaba mucho si quisiera limpiar, tampoco ocultaba algo más que una amplia variedad de vino.

— Pero yo quiero ganarme la estancia en su hogar, la comida, los recibos de agua y luz, tiene que pagar eso — Esto el peli-blanco había tomado en cuenta, si se quedaba ahí podía ser de utilidad en ese aspecto. Formó una amistad con Nakahara Chuuya, en la conversación que tuvieron Atsushi hizo aún lado todas sus miedos de aquel oji-azul.

«Si hubiera sido Dazai, ya se hubiera tomado muchas libertades, vaciaria mi alacena, y más». Pensó Chuuya.

— Ya veo, eres interesante Atsushi Nakajima, jamás me arrepentiré de haberte conocido — Estando los dos viviendo solos, una cantidad de situaciones llegaban a la mente de Chuuya Nakahara, suficiente para sentir amor. 

 ¡꒷🐯 𝗦𝗮𝗰𝗶𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗯𝗲𝘀𝘁𝗶𝗮 🍛 Ꮺ ¡!   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora