𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟳: 𝗕𝗲𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗱𝗶𝘀𝗰𝗼𝗿𝗱𝗶𝗮

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Misión tras misión a Chuuya Nakahara, cuestión que un obstáculo en su intento de tener una relación con el albino que en su hogar residía.

Se sentó a reflexionar en la barra del bar que frecuentaba, pensar recordar esos meses llenos de soledad encerrando la felicidad. La definición de felicidad del de sombrero cambio, ese muchacho llamado Atsushi era su felicidad ahora.

— ¿Por qué tarda tanto Chuuya? Me dijo que estaría aquí a las ocho — El albino veía a la puerta esperando que alguien abriera, un viento resopló en el cuello de Atsushi desde que se sentó en la sala esperar que su pretendiente llegará.

¿En qué momento un mafioso empezó a amarlo? Tampoco daba crédito a ese hallazgo, desde la confesión de amor cada vez que veía a Chuuya perdía el control, parando en nervios.

— Atsushi~ hip hip estoy en casa, ¿Me das unos besitos? Anda no seas tímido Atsushi — Pum la voz de ese mafioso peli-naranja se escuchó, estaba demasiado borracho para atinar en que el contrario lo esperaba desde hace horas.

— Nakahara-san ¿Dónde estaba? Llevo horas esperando que volviera — Dijo Atsushi mirando la borrachera que se cargaba el mafioso, alto, una marca de beso en la camisa, bueno era un beso sin importancia ¿O si?

— Es mejor que vaya a dormir, nada de besos que todavía no somos pareja, habiendo tantos chicos lindos ¿Por qué no se va ligarse alguno? Buenas noches Nakahara-san — En últimas palabras si Chuuya no estuviera ebrio, podía escuchar un Atsushi celoso.

Beso en la camisa ¿Con quién estuvo contento esa noche? Si tenía a alguien más, ¿Solo jugaba con sus sentimientos?

Hip hip, unos lindos sueños le ofreció morfeo. Al estar en una borrachera grande, el oji-azul fue a la habitación de su invitado, durmió con él toda la noche sin que el dueño de la cama lo supiera.

— Atsushi déjame besarte, abrazarte y quererte para siempre — Se removía en la cama abrazando a Atsushi por la cintura, tomando confianzas sobrepasadas.

— Nakahara-san es hora que vuelva al trabajo — El albino despertó hablando pero después de despertar al cien por ciento cayó en cuenta — ¡Aaahhh! ¿¡Q-qué hace en mi habitación? — En lugar de tener respuesta, su cabeza se encontraba cerca del pecho de Chuuya, latido por latido en el pecho de Atsushi.

— Contigo quiero estar Atsushi, no hay chico más lindo, tierno y dulce que tú — Si fuese por él estaría todo el día pegado al albino, ellos haciéndose compañía en el extenso universo.

— Largo de aquí, nada de Atsushi hasta que vaya a darse un baño ¡Apesta a alcohol! — Pam Pam, el romántico Nakahara fue echado a patadas, gracias a su prometido.

— Joder Atsushi es lindo hasta enojado, eso me prende — Ser lanzado le provocó un amor aún más grande, además que el heterocromatico dormido a veces daba golpes para protegerse por instintos lo que para el amante del alcohol era atractivo.

Luego de reflexionar de ese beso, pensó dejar el tema que debatió con el mismo en su cabeza, bajó del segundo piso a preparar el desayuno.

La camisa que Chuuya usó la noche del beso, marca de beso en esa prenda cantaba que tuvo un encuentro más que casual.

— Esto Nakahara-san ¿Usted tiene un amante? Dígame la verdad — Si iban a ser pareja en un tiempo, sería mejor ser sinceros en esos aspectos.

— Oh esto, fue un beso de Tachihara, bebimos alcohol juntos y estaba más borracho que yo así que pensó que era Gin e intento besarme pero me lo dió ahí — El mafioso rio recordando esa divertida anécdota, quien lo hubiera imaginado, si Tachihara estaba peor en cuestión de alcohol.

— Menos mal, porque me dolió un poco el pecho pensar que estaba con alguien más Nakahara-san — Suspiro de descanso para Atsushi, esperen  ¿Por qué sentía celos?

— Atsushi bonito, ¿Eso significa qué estás celoso de ese beso? Ven aquí mi amor — Si eso esa acción se trataba de celos, a Chuuya le iba bien para sentir seguridad que Atsushi le correspondía los sentimientos.

— Por supuesto que si, dijimos que éramos amigos pero iba a darte una oportunidad de conquistarme así que, no te atrevas a besar a nadie más — En el tiempo conviviendo con Chuuya le agarró un cariño enorme, compartían una casa en común, a veces Atsushi hacia los mandados de la alacena, ¿Cómo no querer a Chuuya Nakahara?

— Uhh mi Atsushi está celoso, empezamos con unos besitos en la mejilla — Besos en la mejilla, establecer un contacto físico por medios de besos lo que más deseaba Chuuya del albino.

— Para hablar usted le doy mi número de teléfono, así estamos en contacto íntimo — De hecho este movimiento de ser más cercanos el albino estuvo pensando esto mucho,

— Atsushi eres el mejor, pero puedes llamarme por mi nombre, vamos, soy Chuuya no Nakahara-san — Animó el de abundante melena del color de la zanahoria,

— Si le digo por su nombre sería impertinente por mi parte — Negativa contestación que no puede ser realidad ser más cercanos, de momento Atsushi no le diría el nombre al mayor. 

Tiempo para las misiones de cosechar los brazos, las piernas, el cuerpo, el espíritu en si el pelear consiste en danzar en armonía con el cuerpo, está era la opinión de Chuuya en estás peleas, de alguna manera pensar que el vendado castaño eran los enemigos hacía el trabajo más eficiente. Dos pájaros de un tiro, pum pum, golpe tras golpe todas estás peleas se las dedicaba al lindo huérfano de gustos simples pero con gran significado.

— Atsushi ¿Me puedes hablar de tu día? Quiero escuchar tu voz — Dios la voz del peli-naranja se escuchaba serena, por dentro gritaba de felicidad por tener el número de su futuro novio.

— Si Nakahara-san, ¿Por dónde empiezo? Salí a comprar al supermercado para la alacena, vi pasar a unos gatitos cerca de mi, y luego — La conversación más rutinaria que alguien podía tener, para ambos chicos más que una excusa para llamarse y escuchar la voz del contrario.

Nakahara se fijaba en cada detalle da saber lo bien que lo había pasado en la travesía por conseguir alimento, adorable, hermoso, bello, precioso, describían a la mitad a Atsushi Nakajima. Amor puro, bueno, bonito además de se ser sincero.

Si le hacen la pregunta a Chuuya ¿Cuánto podrías pasar escuchando a Atsushi por teléfono? Diría que el tiempo necesario para amarlo cada vez más, el amor de ellos se estaba cosechando a la cima del monte Everest, gran tamaño para medir lo mucho que amaba a ese albino.

Besos, abrazos, iría despacio para evitar espantar al lindo gatito, ese apodo, se queda el apodo, gatito un bello apodo digno de Atsushi Nakajima, Atsushi Nakahara le iba mejor ¿No?



 ¡꒷🐯 𝗦𝗮𝗰𝗶𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗯𝗲𝘀𝘁𝗶𝗮 🍛 Ꮺ ¡!   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora