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Paso 7: ponerme lindo

Ser amable, conversar con él, hacerlo reír... Nada de eso es muy distinto a lo que hacen los amigos. Para despertar interés en J por algo más que una amistad, tengo que parecerle atractivo. J me ha visto recién levantado, transpirando en el gimnasio, vomitando de rodillas en el piso de baños públicos... Difícilmente pueda gustarle después de conocer lo peor de mí. Pero no es imposible, solo necesito hacer un esfuerzo.

Voy a ponerme mi mejor outfit, con algunas prendas que estoy seguro de que le van a gustar; voy a cambiar mi peinado habitual para destacar mis rasgos más atractivos; voy a usar la colonia que compré el año pasado, aunque no recuerdo dónde la puse; y J va a notar mi encanto más superficial.

***

— ¡Ah, Lino! —exclamó Han, indignado— ¿Qué pasó con la pollerita?

Minho apagó el secador de pelo y se cubrió el frente del cuerpo con la camisa que planeaba usar, sintiéndose expuesto, aunque ya se había puesto ropa interior.

—Te quedaba linda. —Han entró a la habitación para sentarse en la cama inclinado hacia atrás sobre sus manos. Todavía tenía el pelo mojado y estaba sin remera—. Creí que ibas a dejártela puesta... para ir al cine.

— ¿Me estás jodiendo? —Minho pasó los brazos por las mangas de la camisa y la dejó desabrochada. Estiró un brazo para señalar la puerta—. ¿Te podés ir de mi pieza que me quiero cambiar?

—Ahh... ¿Vas a ir así? También me gusta. —Han acarició su propio pecho y se mordió el labio. Su mano se deslizó por su abdomen hacia abajo y Minho tuvo que taparse los ojos.

—Han Jisung, por favor.

—Jo, ¿por qué me decís así? —Han sonaba triste, y Minho lo vio haciendo pucheros cuando levantó la vista.

—Hannie, mi cielo. —Minho forzó una sonrisa; Han sonrió de verdad—. Mi vida, me quiero cambiar. ¿Podés irte a otro lado? —Minho pestañeó, esperando que Han se fuera para darle privacidad, pero Han no se movió—. ¿No querés ir a vestirte, mi amor, así no llegamos tarde por tu culpa, como siempre?

Mierda. Minho le dijo mi amor. Solo con pensar en esas palabras se sonrojaba. Todavía le resultaba difícil distinguir el sueño de la realidad, pero Minho estaba seguro de haberlas dicho la noche anterior.

Han se puso incómodo y se paró, mirando a todos lados menos a Minho.

—Lino... —empezó, jugando con un hilo en la pierna rasgada de su pantalón. No pudo terminar, porque sonó su teléfono en el living y corrió a atender, tal vez aliviado de tener un motivo para escapar. Dejó a Minho con el corazón atravesado en la garganta.

Le temblaban los dedos, pero Minho respiró hondo y siguió con el plan. Abrochó su camisa blanca y se puso un pantalón negro ajustado que destacaba los músculos de sus piernas. Ese pantalón era la clave del outfit; había descubierto a más de una persona chequeando sus muslos la última vez que lo usó para salir y tenía que despertar algo en Han.

Agregó una chaqueta de cuero que sabía que a Han le encantaba –probablemente duraría poco; Han iba a pedirla prestada cuando le diera frío– y se acercó al espejo para arreglar su peinado. Normalmente, lo dejaba caer lacio sobre su frente, pero esta vez lo peinó ondulado y un poco hacia atrás, despejando sus ojos. Se puso máscara en las pestañas y bálsamo en los labios y salió de la habitación.

Se cruzó con Han saliendo de la suya.

Minho había hecho su mejor intento, pero Han claramente se había esforzado el doble. Llevaba el mismo jean gastado y una remera negra con el logo de una banda que Minho no reconocía. Las mangas largas de la remera estaban dobladas hasta los codos y el frente metido dentro del pantalón, debajo de un cinturón que acentuaba su cintura.

Llevaba unos cuantos accesorios, las uñas pintadas de negro, el pelo desprolijo en ese estilo "me levanté así" que solo podía quedarle bien a él, y los ojos delineados. Había puesto algo en sus labios que los hacía brillar y verse más carnosos, y Minho podría haberlos mordido...

— ¿Por qué me estás mirando así? —preguntó Han, curvando sus labios en una sonrisita creída que le recordó a Minho que él tenía planeado causar esa reacción en Han y no al revés.

— ¿Eh?

—Te quedaste mirándome con la boca abierta, Lino, ¿qué te pasó? —Han empezó a caminar hacia el living y Minho lo siguió.

—Estás todo feo —dijo, tirando del cinturón de Han hacia arriba para subir su pantalón, marcando sus glúteos de una manera que hizo que Minho se mordiera el interior de las mejillas porque no podía clavar los dientes en otro lado. Revolvió el pelo de Han y pellizcó sus brazos y dió pataditas en sus tobillos mientras hablaba—: Estás despeinado y la remera te queda grande y te regalé esas botas hace tres años, están hechas mierda, no puedo dejar que salgas así conmigo.

—A mí me gusta —murmuró Han, mirando a Minho con esa carita de animalito abandonado que le salía tan bien, tan bonito, y Minho se sintió un poco culpable.

Rodeó la cintura de Han con los brazos, obligándolo a frenar, y acercó los labios a su oído. Recordó que el contacto físico era algo que estaba intentando incorporar en su relación, acorde al plan, y se le ocurrió que la situación era ideal.

Besó el cuello de Han, debajo de su oreja, apenas presionando los labios, y la suavidad con la que se encontró casi lo hace llorar.

—A mí también —susurró, logrando de casualidad dominar su voz entrecortada—. A mí también me gusta.

—Lino... —Han estaba susurrando, y su voz se escuchaba tan quebrada como la de Minho. Era reconfortante saber que él también se sentía afectado, lo que sea que eso significara.

Sus dedos recorrieron los brazos de Minho hasta sus muñecas y apretaron ahí por un instante.

Sorry, I love you [Minsung] 📒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora