Sorry, I love you [Minsung] 📒

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Un rato antes de que la clase terminara, Changbin repartió algunas copias de "Voices", la revista que los alumnos de tercer año de Periodismo publicaban cada quince días.

Aunque incluía algo de información útil, novedades sobre la universidad y trabajos de distintas carreras, su contenido principal eran los chismes. Y era lo que mantenía a la revista funcionando, todo el mundo la leía para enterarse de la última cosa interesante que había pasado en la vida de los demás.

Minho la miró por encima, aburrido, esperando a que el profesor diera la orden de salir.

Justo en el medio, encontró su artículo.

La "Guía de diez pasos de Minho para enamorar a tu mejor amigo", completa, ocupando dos páginas enteras de una revista que leía toda la universidad.

— ¿Qué hace esto acá? —le preguntó a Changbin, que se estiró sobre su mesa para mirar la revista— ¿Quién dió el permiso de publicar esto?

—Viste cómo son... —dijo Changbin— No le piden permiso a nadie. ¿Ese artículo es tuyo? —Minho asintió; Changbin hizo una cara de dolor—. Ups.

Minho arrugó la revista dentro de su mochila y salió corriendo a buscar a Han. Lo encontró saliendo de su aula.

— ¡Lino! —Han lo saludó con una sonrisa— ¿Almorzamos juntos?

—Almorzamos juntos todos los días, Hannie —Minho contestó, pero no pudo sonreír.

— ¿Pasó algo? —preguntó Han, con la voz triste— Te ves preocupado.

Minho asintió. Fijó la mirada en el piso.

—Tengo que decirte algo —dijo, y dudó. No sabía cómo seguir, no tenía ningún plan.

Todas las aulas se estaban desocupando y los estudiantes circulaban por los pasillos y hacían ruido. Minho quiso pedirle a Han que fuera con él a casa o al patio o a algún lugar más tranquilo, donde pudieran hablar sin que a Minho le ganara el miedo.

Minho levantó la vista y encontró a Felix mirándolo mal.

Felix apoyó sobre el pecho de Han la revista abierta por la mitad y esperó a que Han, a pesar de su confusión, la sostuviera. Miró mal a Minho de nuevo, tomó a Hyunjin de la mano y se fueron sin decir nada.

Han empezó a leer.

—Hannie... Tenemos que hablar. —Minho dio un paso hacia él, pero Han no le prestó atención—. No mires eso.

Intentó tomar la revista, pero Han lo impidió y se inclinó sobre la pared sin dejar de leer.

—Por favor, amor, hablemos primero.

— ¿Qué es esto, Lino? —Han lo miró con los ojos muy abiertos—. ¿Es una coincidencia? —Su mirada pasó por la revista antes de volver a Minho—. Tiene tu nombre, pero debe ser una coincidencia, ¿no?

—No lo es —susurró Minho.

—Es... —Han lo miró con el ceño fruncido—. ¿Es nuestra historia? Parece nuestra historia.

—Sí. Lo escribí yo. —Minho tragó saliva—. Lo escribí sobre nosotros.

Han cerró la revista y caminó hacia la salida. Minho lo siguió en silencio. Han no quiso hablar con él en la fila del comedor, ni se puso contento cuando le sirvieron doble porción de bocaditos de pescado. Minho pidió una porción de cheesecake; no solucionaría nada, pero tal vez le sacaría una sonrisa.

—Pensé que estabas actuando —dijo Han, abriendo la revista sobre la mesa—. Me dolía lo suficiente pensar que estabas actuando. Pero era peor. Estabas... —Miró a Minho enfrente suyo, que no pudo sostenerle la mirada y se concentró en su ensalada—. ¿Qué estabas haciendo? ¿Un experimento? ¿Estabas probando una teoría conmigo?