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- Hueles mucho a alfa.

Nunew enarcó una ceja y se giró hacia su hijo mayor, Lian, que le observaba con el ceño levemente fruncido, sus labios abultados en una señal de disgusto. Nunew sintió su marca vibrar, tan viva en ese instante, anunciando que Zee iba de camino a su hogar luego de un largo día de trabajo, y no pudo evitar sonreír por el gusto.

Las cosas estaban bien. Muy bien. Nunew era muy feliz cuando las cosas iban así, a pesar de que hubiera muchas cosas por solucionar.

- Por supuesto -respondió Nunew, friendo las verduras en la sartén -tu papá es un alfa.

Lian hizo un mohín más marcado.

- No me gusta que huelas así -replicó Lian -, prefiero tus feromonas maternas. Kuea y Nat no te lo dirán, pero ellos igual las prefieren. No nos gusta tu nuevo olor.

Nunew suspiró, sabiendo que Lian tenía razón con el tema de sus otros dos hijos. Nat ahora lo abrazaba y frotaba su cabecita contra su cuello, desesperado por sentir sus feromonas dulces y que le calmaban para dormir, como si tuviera cinco años. En especial desde que le dijeron que no tuvieron resultados positivos en esa desastrosa cena con la familia Lee.

- Ustedes son mis cachorros -dijo Nunew, sacudiendo su cabeza -pero tu papá es mi alfa, Lian, ¿qué se supone que debo hacer? -le miró de reojo, afectado -. Toda mi vida me han enseñado que mi alfa siempre va primero. ¿No te lo enseñan a ti también, Lian?

- Pero no es justo -respondió Lian -, no... ¡no es justo que debas hacer tantas cosas por papá y él no hace nada por ti!

Nunew permaneció quieto, observando a su hijo con sus ojos completamente abiertos. Zee, que acababa de llegar y entrar a la cocina, observó a Lian también atónito.

- Lian -llamó él.

El muchacho se sobresaltó, girándose, con el color pintando sus mejillas. Sin embargo, cuando Zee hizo el amago de tocarlo, Lian endureció su mirada.

- No me toques - espetó, enfurecido -, me da vergüenza que seas mi papá.

Sin añadir más, salió de la cocina a paso enojado, sin voltearse hacia atrás. Zee pestañeó y regresó su mirada hacia Nunew, que volvió su atención a la cena que preparaba, pues olisqueó el ligero olor a quemado.

- No lo dice en serio -dijo Nunew, su voz temblando.

- Claro que lo dice en serio - Zee suspiró, caminando hacia él, abrazándolo por la cintura y dejando un beso sobre su cuello, encima de su marca -. ¿Te he hecho feliz, bebé?

Nunew apagó el fuego de la cocina para que la comida no se quemara, girándose para abrazar a Zee de vuelta y tratando de concentrarse en su aroma. En su presencia.

- Por supuesto que sí - dijo Nunew -. Tenemos una familia, me has dado hijos...

- Por presión mía -recordó Zee.

- Fueron apresurados -reconoció el omega-, pero desde que empezamos a salir que quise llevar a tus cachorros. Trabajas muy duro y tú nunca... nunca me has golpeado ni me has tratado como la mayoría de alfas tratan a sus parejas. Tú eres bueno, Zee, muy bueno.

- A veces -murmuró el más alto, besándole la coronilla de su cabeza -no me siento así. A veces me siento como un monstruo.

Nunew no sabía qué decirle exactamente para hacerlo sentir menos mal, sólo frotó sus manos en los brazos de Zee, soltando feromonas dulces que su esposo adoraba, según él. Zee volvió a darle un beso en el cuello, soltándolo y marchándose al cuarto matrimonial para cambiarse de ropa en tanto Nunew terminaba de preparar la comida.

🐺FOUR SEASONS🐱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora