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Parte 2

El día de la cena llegó.

Nat tomó la decisión de no hablarle a sus padres los últimos días, luego de que sus súplicas por cancelar eso no funcionaran. Ignoraba todo lo que ellos le decían, incluso ignoraba los intentos de Nunew por mimarlo, y eso tenía al omega muy triste. En la casa, volvía a sentirse un ambiente tenso y pesado, donde nadie sabía qué decir para calmar un poco los ánimos.

Incluso, ese día, Nat se negó a abrirles la puerta del cuarto, sólo lo hizo cuando Kuea intervino, hablándole suave y calmado. Fue Kuea, además, el encargado de ayudar a poner bonito al omega menor, pues los últimos días no se bañó y permanecía acostado, volviendo a deprimirse, como cuando fue el ataque.

- Mamá -dijo Nat, más tarde, un par de horas antes de que fuera la cena. Nunew se giró, viéndolo vestido, terminando de cortar las verduras-, mami, por favor...

Nunew dejó lo que estaba haciendo, caminando hacia el menor, y se acuclilló, limpiándole las lágrimas a su bebé.

- No te hará daño -prometió Nunew-, ni papá ni yo dejaremos que vuelva a tocarte, ¿está bien, cachorrito? Pero necesitamos que aguantes sólo unas horas, ¿puedes hacerlo?

- No -sollozó Nat -. Me da miedo...

- Lo sé - Nunew lo abrazó, meciéndolo -, lo sé, mi vida.

Nunew igual le tenía miedo.

Zee llegó a casa unos minutos después, yendo al cuarto matrimonial para darse una ducha y cambiarse de ropa. Se le notaba también muy tenso, con su mandíbula apretada, algo pensativo. Nunew dejó las papas cociendo antes de ir también a ver a su esposo. El alfa le sonrió con algo de debilidad al verlo entrar, con sus mejillas coloradas por el calor de la cocina.

- Te ves muy bonito - dijo Zee, abrazándolo por la cintura.

Nunew deslizó sus dedos por el cabello de su esposo, soltando un ruido de gusto por las feromonas que le rodearon. Podía notar el temor en ellas, sin embargo, decidió no hacer mención de eso por el pánico que le generaría.

- Tú también estás guapo - dijo Nunew, y aprovechándose que Zee estaba sentado en la cama, se inclinó para darle un beso en los labios. Al alejarse, sus labios se torcieron en un mohín -. Nat no deja de llorar, Hia.

- Sí, y lo entiendo -el alfa mordió su labio inferior un instante -. Si no fuera necesario, no haría que ese muchacho venga acá. Cuando hablé con él, me pareció tan grosero y petulante...

Fue Zee el encargado de contactar con Lee Juno para citarlo a esa cena, pues los mellizos se negaron a acercarse a él, porque ese alfa se la pasaba provocándolos. Lian estaba a sólo segundos de darle otro golpe. Así que Zee se comunicó con él, y el chico, para su propia fortuna, no se negó a ir.

- Lo siento -dijo de pronto Zee, llamando su atención - Por todo, Nunew. Por... por la forma en la que me comporté y... y por no ser un buen alfa para ti -su marido tenía una expresión desolada-. Por haberte presionado tanto en algunas cosas y pedirte cosas a cambio. No tuve... No estuvo bien pedirte e insistir mucho por otro cachorro, Nu...

- Oh...

Nunew, a esas alturas, ya lo olvidó por completo. Considerando los últimos hechos, ya dio por perdonado todo lo ocurrido, aunque también se sentía algo bien que Zee se estuviera disculpando forma en la que actuó.

La culpabilidad lo golpeó, repentinamente, al recordar los anticonceptivos escondidos.

- No importa, Hia -dijo, su tono temblando.

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