I.- Subliminal.

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Lena POV.

La sensual música llena por completo mis oídos, mientras el aroma del lugar envuelve cada poro de mi piel cuándo mis pies cruzan el elegante umbral de la puerta.

Respiro profundamente, tratando de calmar un poco toda la ansiedad qué burbujea ahora más qué nunca dentro de mí, y qué consume todo mí cuerpo al estar a punto otra bendita noche más de vivir lo qué tanto he estado esperando desde la última vez.

Siento el ligero peso de mí Rolex oprimiendo levemente alrededor de mi muñeca izquierda, pero sé qué ni siquiera tengo qué observarlo ni un sólo instante para saber la hora exacta; porque he estado esperándola desde ayer qué terminaba su sensual acto y cada segundo desde entonces he estado rogando para qué llegara de nuevo.

Y deseaba tanto estar aquí, qué incluso me escapé de la cena en casa de mi madre, dejándola a ella y a su nueva esposa Cat llamando por un momento más de mi compañía, qué era demasiado escasa en estos días desde qué aquella rubia se cruzó en mí camino; pero no había absolutamente nada más importante para mí qué tomar mi coche y manejar cruzando deprisa toda National City para estar aquí a las diez en punto, de hoy jueves, cómo he estado viniendo exclusivamente a verla a ella cada bendita noche desde la despedida de soltero de mi hermano menor, justamente hace un mes.

Pero no sólo estaba faltando a mis visitas familiares en la ciudad; sino qué además debí haber regresado a Londres luego de la boda de Lex y mi cuñada Lana, para retomar el mando de LuthorCorp junto a mi padre; pero nada de eso me interesaba lo suficiente, cómo para impedirme faltar a nuestra cita de cada noche, porque absolutamente es físicamente imposible para mí obtener suficiente de Peyton, porque hay en ella, en su reticencia de devolver mi profunda mirada sobre ella y esa forma en la qué su cuerpo se vuelve uno con la sensual y decadente música, qué me hace desear poder mirarla contoneándose sobre el escenario para siempre.

En el pasado, habría estado mortificada por mi comportamiento y mi falta de tiempo para atender mis obligaciones familiares y laborales, pero ningún remordimiento de conciencia pesa en mí, porque absolutamente no hay ni un sólo lugar o persona en la qué quiera perderme, qué no sea ella, la joya de todo éste maldito lugar.

Mi mirada recorre la sútil oscuridad del lugar, cubriendo las caras de cada uno de los adinerados clientes, qué ya empiezan a lucir algo perdidos bajo los pesados efectos del alcohol, qué fluye cómo agua sobre las charolas de unas altas y delgadas mujeres, qué caminan cómodamente sobre unos tacones de puntilla, qué harían perder la cordura a cualquiera de los presentes hasta la tentadora unión de sus largas piernas, apenas cubiertas por unas cortas faldas de colegiala, qué hacen enloquecer a todos aquí por lo qué apenas logra esconder la tela, subiendo por un desnudo abdomen hasta encontrarse con unos senos llenos y tan jugosos a la vista; qué entretienen y seducen en la misma medida a cada par de ojos aquí.

Niego ligeramente con mi cabeza, sabiendo qué no me importa la vana entretención qué pueden encontrar en esas mujeres o en todo el aura de fingido coqueteo qué se maneja aquí; porque definitivamente no estoy en este lujoso club nocturno por sus lindas meseras, ni por la preciada clandestinidad qué dá todo el sitio a los qué vienen a perderse por al menos una noche en la ciega locura de la pasión; sino qué simple y sencillamente estoy aquí por Peyton, sólo por ella.

Mí Rolex marca las diez y quince ahora, y todo mi cuerpo se calienta desde la cabeza hasta los pies con ansiosa anticipación por saber qué la veré por unos sensuales minutos de nuevo.

El inconfundible sonido de sus altos tacones sobre el piso recién encerado del escenario céntrico del club, hace qué mi pecho se comprima lleno necesidad por verla; y juro qué con cada segundo qué sus largas y torneadas piernas se muestran a la incandescente luz, siento cómo sí al fin todo volviera a estar bien, porque Peyton finalmente está en toda su infinita gloria frente a mí.

PEYTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora