XIV.- Seductress.

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Kara POV.

Me quedo estática en mi lugar, con mis pies luchando por sostener todo mi cuerpo, qué se siente tan débil mientras continúo peleando con mis plumones para que tomen el poco aire que apenas logro respirar; tan jodidamente incapaz de hacer algo más qué no sea perderme en el profundo bucle en el que caí desde qué la mujer de mí vida, decidió que había tenido suficiente de todos, incluyéndome a mí.

Sus hombros lucen caídos y tan absolutamente cansados mientras huye de su comedor, cómo sí estuviera resignada y decidida a alejarse completamente de mí mientras mí mirada llena de lágrimas silenciosas continúa sobre ella por todo lo qué me acaba de decir y peor aún por lo que sus palabras significarán para las dos. Es qué acaso ¿Sólo nos unirá Clarence a partir de ahora? Dios, no lo quiera; porque definitivamente es lo que yo menos deseo, mucho menos ahora qué me sentía con la valentía necesaria para aceptarme y aceptarle a todos, empezando por mi hermosa ojiverde, qué quizás ya era hora de dejar descansar el pasado y con eso, empezar a vivir con toda las ganas mí presente, que me ha sorprendido más de lo que esperaba, empezando con lo bien qué tomó Lena todo lo de nuestro hijo, sin empezar una guerra de reclamos por todo lo que nos hicimos, por más qué ella tuviera todas las de perder; y es realmente una maldita pena qué Lena haya tenido qué dejarme con todas mis palabras en la boca para qué de una bendita vez fuera capaz de aceptar qué deseo de vuelta toda esa felicidad y la facilidad con la que ella y yo solíamos amarnos desde el principio, esa qué abruptamente quedó en pausa cuándo me dejó sola, desnuda y deliciosamente saciada de amor a tan sólo unos pocos metros de aquí en la granja de mis padres y aunque por años creí que no la quería ni le permitiría qué volviera de forma romántica a mi vida, ahora qué la ví tan decidida a dejar de insistir en lo nuestro, tan cansada de ser juzgada y atacada por mi familia por los errores que cometió ella en el pasado; lo único en lo que puedo pensar ahora es en qué debo ir detrás de ella y ser yo quién luche por las dos ahora porque así es justamente cómo funciona el amor, qué todo lo perdona y lo sufre y ya nos tocó sufrir demasiado a las dos y es justo qué disfrutemos finalmente porque sí hay algo qué he tenido siempre seguro en mí vida, es que yo la amo a ella y me cansé de negarme qué la quiero.

Siento ganas de vómitar de la vergüenza de mi comportamiento y el de mí familia a la que no les impedí ser tan groseros con Lena, qué sólo nos había reunido a todos en su casa para darle un gusto a nuestro hijo, tan incapaz cómo yo de negarle algo al pequeño y hermoso fruto de nuestro apasionado amor y no es justo todo lo que pasó frente a mí esta noche, y mucho menos lo fue lo qué tuvo que soportar ella cuándo sé qué sólo tenía buenas intenciones esta noche y sí soy justa, cómo quiero ser a pesar de mi orgullo, puedo reconocer qué ella ha estado actuando mejor qué nunca desde que regresó a Midvale, callando uno a uno mis miedos de verla huir de nuevo por no poder ser capaz de cumplir con su palabra; pero ahora, lastimosamente me doy cuenta de qué la única que ha estado fallando, he sido yo, al ponerle tropiezos en cada parte del camino, dejándola triste y desolada por no obtener mi perdón, aún cuándo yo no me sentía en la condición de perdonar; no cuándo yo tengo mucho por lo qué pedir perdón.

Ésta noche no probé ni un sólo bocado de la cena a la qué ella tan tímidamente me invitó, alentada por nuestro pequeño qué tanto insistió en qué su madre debería reunirse con todos nosotros, porque eso hacían las familias y me quiero morir de sólo recordar cómo todo se fue a la mierda apenas Clarence salió profundamente dormido en brazos de mí ojiverde, qué sé qué está intentando cambiar, y ya no puedo negárselo porque absolutamente la estoy amando más por eso, sí es qué es posible y me duele profundamente ver que no se lo reconocí a tiempo y ahora me encuentro en la maldita deriva de la incertidumbre.

Cierro mis ojos con fuerza, sintiendo mi pulso remarcarse más en mi cuello, y lo único que me muestran mis ojos cerrados, son sus preciosos ojos verdes, brillando en lágrimas mientras me decía que ya no quería escucharme. Suspiro con dolor a través de mis sollozos, porque yo ya sabía qué Lena estallaría en cualquier momento; pero me equivoqué al pensar que tendría más tiempo para encontrar nuestro camino de vuelta porque sí algo me quedó claro en las últimas semanas, es que la vida tenía una curiosa forma de mantenerme estrechamente unida a Lena.

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