↳Capitulo 25: Es una promesa

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— "Es una promesa" —

10 años atrás...

—Entonces, ¿Por que estás aquí? — La pequeña niña miro con mucha curiosidad al joven pelinegro. Este solo se dispuso a dedicarle una pequeña sonrisa. —Yo tengo Fenilcetonuria, es por eso que mis padres me enviaron aquí.

—¿Fenilcetonuria? Tienes un cuerpo bastante frágil para una enfermedad de ése tipo, glicina, ¿Cómo has seguido después de mi visita? — El niño miró con curiosidad a su acompañante, intentando confirmar sus dudas.

—Bueno, creo, mami dice que es por mi padre — Comentó acomodando las sábanas de la cama.

—Entiendo, así que es una enfermedad hereditaria.

La pequeña niña sólo asistió con una pequeña sonrisa, que ante la vista astuta del joven heredero, el cuál sabía que era forzada. Aquella enfermera que siempre la acompañaba, había ingresado a la habitación, no sin antes anunciar su entrada.

La mujer traía en mano una bandeja de plata, a lo que Tamayo soltó un puchero, mientras hundía su pequeño rostro en la almohada de su cama. Muzan por otro lado, intentó hacerla razonar sobre el importante significado de tomar sus medicamentos, sin embargo, todo eso era en vano, el sabía a la perfección lo berrinchuda que podía llegar a ser, con tener un poco de atención.

—Tienes que tomarlas, es por tú propio bien, si no lo haces morirás de la manera más dolorosa posible — Argumento Muzan mientras acariciaba suavemente los largos mechones de cabello de la pequeña niña. —No seas tan tonta, eso no es propio de una dama.

—No voy a tomar esa cosa, sabe a calcetines viejos, con salsa de soya — Dijo pausado brevemente, mientras se gana una mala mirada del joven pelinegro. —Quiero algo dulce, quiero galletas de miel.

—Señorita Ubuyashaki, no sea quisquillosa, si no lo haces, su madre se pondrá furiosa conmigo, además...

Antes que la joven enfermera pudiera finalizar su oración, el joven niño intervino en la pequeña discusión.

—Los medicamentos que tienen que ser consumidos para que puedan hacer efectos, si no los tomas, tu cuerpo empezará a debilitarse poco a poco. Así que se una buena niña y toma tus medicamentos — Al finalizar de decir eso, Tamayo parecía dudar aún más.

Sus deseos no eran simplemente consumir aquellos insípidos medicamentos, y obviamente sabía que era por su bienestar. Solo no le gustaba la idea de estar nuevamente sola en aquella habitación. En la mente de la pequeña niña sólo habían dos opciones:

Hacer un berrinche o no tomar sus medicamentos.

Ninguna de las anteriores le gustaban, pero no había de otras.

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⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

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