Padre..por favor

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-Brooke narra-

Llegamos a casa, y al entrar, vi a mi padre sentado en el comedor, absorto en la lectura de un periódico mientras bebía vino tinto Merlot. Era una escena común en nuestra mansión, pero esta vez, algo dentro de mí estaba a punto de romperse.

Brooke: Ve a tu habitación, Emily.

Emily: Sí.

Mi hermana subió rápidamente a su habitación, y luego de asegurarme de que estuviéramos solos, le pedí a los sirvientes que nos dejaran a solas, incluso a los guardaespaldas. Mi padre me miró con una expresión que parecía sugerir que ya sabía lo que estaba por decir. Bajó su periódico y me instó a hablar.

Víctor: Habla ya.

Mis manos temblaban un poco, pero respiré profundamente y me armé de valor para expresar mis pensamientos.

Brooke: Me enteré de que te irás en un viaje de negocios mañana. Quería saber si (fui interrumpida).

Víctor: Lo que sea que digas, la respuesta es no.

Mi frustración aumentó ante su reacción predecible. Respiré hondo nuevamente y continué.

Brooke: "Sí, padre". "Ya voy, padre". "¿Qué necesitas, padre?". Estoy cansada de obedecerte ciegamente. Nada de lo que hago parece ser suficiente para ti. Vivo en una casa con un monstruo. Nadie puede ser feliz aquí, ni siquiera tú. Desde que mamá murió, todo se ha vuelto una pesadilla.

Mi padre se puso de pie y se acercó a mí, sus ojos ardían con una mezcla de enojo y desdén. La tensión en la habitación era palpable.

Víctor: (con furia) Tu madre merecía morir. Yo la maté.

Mis ojos se abrieron con incredulidad ante sus palabras. No podía creer lo que estaba escuchando. Las lágrimas amenazaban con salir, y mis emociones se convirtieron en una tormenta interna de confusión y dolor.

Brooke: ¿Qué...?

Víctor: (con frialdad) Tenía un amante. Todas las noches se iba creyendo que yo no lo sabía, pero lo sé todo, Brooke. Sé adónde iba y quién era. Sé todo. Se enamoró de un hombre ordinario y estúpido, y no permitiré que sigas sus pasos.

El suelo parecía tambalear bajo mis pies. Las palabras de mi padre resonaban en mis oídos como un eco distorsionado. Mi mundo se desmoronaba mientras intentaba comprender lo que acababa de revelar. Las lágrimas finalmente brotaron de mis ojos, y en ese momento, la imagen que tenía de mi padre se fracturó en mil pedazos.

Víctor: Así que no me digas que soy el peor padre. Le di dos opciones a tu madre: regresar con nosotros, contigo y tu hermana, o irse con él y no volver. ¿Qué crees que eligió?

Brooke: (con un nudo en la garganta) A él... por eso ¿lo mataste?

Víctor: Lo hice por ambas, no iba a permitir que mis pequeñas sufrieran solo porque su madre las abandonó por un idiota.

Brooke: Pero aún así... padre... quiero conocer el mundo.

Víctor: Brooke, no lo harás. Así que quítate esa idea de la cabeza.

-Brooke narra-

Mis palabras habían salido impulsadas por la frustración y el enojo acumulados. A veces no sabía si mi padre intentaba protegernos o simplemente estaba atado a su propio pasado.

Víctor: ¡Ve a tu habitación! No puedo mirarte ahora. Y ni se te ocurra salir mañana. ¿Te queda claro?

Brooke: (con enojo) ¡Muy claro!

Sin más palabras, salí del comedor. Subí las escaleras con lágrimas deslizándose por mis mejillas. Me sentía abrumada por la tormenta emocional que se había desatado en nuestra conversación. No pude evitar llamar "idiota" a mi propio padre, lo que solo añadió más tensión a la situación. No sabía si lamentar mis palabras o simplemente dejarlas estar.

Al llegar a mi habitación, me dejé caer sobre la cama y cerré los ojos con fuerza. Sentía el peso de la confusión y la tristeza en mi pecho. Estaba cansada, cansada de sentir este dolor en mi corazón. Anhelaba poder mirar a mi padre y ver al mejor padre del mundo, pero las circunstancias a menudo parecían interponerse en ese deseo.

La ausencia de mi madre seguía siendo una herida abierta. A veces me consumía el resentimiento hacia ella por habernos dejado atrás. Ya no estaba segura de si incluso merecía ser llamada "madre". Las lágrimas seguían cayendo, y me encontré anhelando un refugio, un lugar donde pudiera liberar todas estas emociones complicadas y encontrar un poco de paz.

Por favor, padre... déjame ser feliz, al menos por unos segundos.

Melodía de sueños imposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora