Tenias razón

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El peso de las decisiones seguía afectando a Brooke. A pesar de su amor por Eddie, la influencia de su padre y las dudas sembradas sobre él la atormentaban. Se encontró en una conversación con su padre, tratando de buscar respuestas en medio de su confusión.

Brooke: Papá, te escuché y seguí tus consejos sobre Eddie. Parece que tenías razón sobre él. Optó por el dinero en lugar de estar conmigo.

Victor: (satisfecho) A veces, querida, es difícil ver a las personas como realmente son. Pero siempre debes poner tu bienestar primero.

Brooke: (resignada) Tienes razón, papá. A veces me pregunto si alguna vez podré encontrar a alguien que realmente me ame y me valore por quien soy.

Victor: (suavizando su expresión) Quiero lo mejor para ti, Brooke. Y estoy aquí para protegerte.

Brooke: Lo sé, papá. Gracias por preocuparte por mí.

Victor: (con una sonrisa) Eso es lo que los padres hacen, hija.

Con el tiempo, Victor decidió que había castigado suficientemente a Brooke. Le permitió recuperar parte de su libertad, dejándola salir de la casa bajo la supervisión de los guardias. Sin embargo, Brooke sabía que esta "libertad" seguía siendo limitada y controlada por su padre.

Después de un largo debate interno, Brooke tomó la decisión de ir a la estación de bomberos donde sabía que Eddie trabajaba. Se sentía nerviosa mientras caminaba hacia la entrada, pero no podía ignorar la voz en su interior que la instaba a seguir adelante.

Eddie estaba en medio de sus labores cuando notó a alguien acercarse. Levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Brooke. Se sorprendió al verla allí, pero no pudo evitar que su corazón latiera más rápido.

Eddie: (sorprendido) Brooke...

Brooke: (nerviosa) Hola, Eddie.

Eddie: (tratando de parecer sereno) ¿Qué te trae por aquí?

Brooke: Solo... quería asegurarme de que estuvieras bien y de que has seguido adelante.

Eddie: (con una sonrisa forzada) Sí, Brooke, he estado ocupado y tratando de enfocarme en lo que es mejor para mi hijo.

Brooke: (asintiendo) Entiendo.

Eddie: (tratando de ser amable) ¿Y tú? ¿Cómo has estado?

Brooke: (evitando su mirada) He estado bien, tratando de encontrar mi propio camino.

En ese momento, una joven se acercó a Eddie con una sonrisa. Era Ana, la maestra de christopher.

Ana: Hola, Eddie. Estuve pensando en ir a tomar un café después de mi turno. ¿Te gustaría unirte?

Eddie miró a Brooke, sintiendo una mezcla de emociones. No podía evitar sentirse incómodo en esa situación.

Eddie: (mirando a Ana) Lo siento, Ana. Tengo algunas cosas que hacer después de mi turno. Tal vez la próxima vez.

Ana: (asintiendo) Está bien, entonces otra vez.

Eddie se volvió hacia Brooke, viendo la sorpresa en su rostro. Aunque había decidido seguir adelante, no podía negar que todavía tenía sentimientos por ella.

Brooke: (tratando de disimular su sorpresa) Veo que has hecho nuevos amigos.

Eddie: (serio) Sí, he estado tratando de seguir adelante, como dijiste.

Brooke: (bajando la mirada) Me alegro por ti, Eddie.

Eddie: (mirándola intensamente) Y tú, ¿has encontrado la felicidad que buscabas?

Brooke: (con tristeza en los ojos) Sí, estoy intentando hacerlo.

Eddie: (suspirando) Supongo que ambos estamos tratando de encontrar nuestro camino.

Ana se despidió y se alejó, dejando a Brooke y Eddie solos de nuevo.

Brooke: (casi en un susurro) Eddie, quiero que sepas que...

En ese momento, una llamada de emergencia sonó en la estación, interrumpiendo la conversación. Eddie miró hacia la alarma, sintiendo un nudo en el estómago.

Eddie: (preocupado) Tengo que irme, Brooke. Espero que encuentres la felicidad que mereces.

Antes de que Brooke pudiera decir algo más, Eddie se alejó rápidamente para atender la emergencia. Brooke se quedó sola, sintiendo que las palabras no eran suficientes para expresar todo lo que sentía.

Mientras tanto, Eddie y sus compañeros de trabajo se prepararon para responder a la llamada de emergencia.



Melodía de sueños imposiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora