Melodía de sueños imposibles

No están simple

Eddie continuó luchando para asegurarse de que Christopher recibiera el tratamiento médico que necesitaba. A pesar de la distancia entre él y Brooke, no pudo evitar pensar en ella y en los momentos que compartieron juntos. Sabía que había tomado una decisión difícil, pero su prioridad era la salud de su hijo.

Mientras tanto, Brooke también enfrentaba sus propios desafíos. Aunque su padre había logrado separarla de Eddie, su corazón seguía anhelando estar con él. Se sentía atrapada en una vida de lujos y restricciones, pero su determinación por encontrar la felicidad no disminuía.

Un día, Victor se acercó a Brooke con una sonrisa falsa en el rostro.

Victor: (condescendiente) Querida, hay algo que debes saber. Eddie decidió aceptar mi ayuda económica en lugar de estar contigo.

Brooke: (confundida) ¿Qué estás diciendo?

Victor: Sí, parece que prefirió el dinero sobre ti. Es una pena, pero al menos ahora sabes cuál es su prioridad.

Brooke sintió una mezcla de dolor y enojo. No podía creer que Eddie hubiera tomado esa decisión, y mucho menos que su padre se regocijara al decírselo.

Brooke: (con voz temblorosa) No puedo creerlo...

Victor: Debes ser fuerte, querida. A veces, las personas muestran su verdadera naturaleza cuando se les presenta una oportunidad.

Brooke se alejó de su padre, sintiendo una profunda tristeza en su corazón. No sabía si podía creer las palabras de su padre, pero no podía evitar sentirse traicionada y herida.

Mientras tanto, Eddie estaba en el hospital con Christopher, quien estaba mostrando mejorías en su salud. Aunque estaba agradecido por la ayuda que recibió, su mente seguía enredada en pensamientos de Brooke.

Christopher: (sonriendo débilmente) Papá, ¿por qué no estás feliz?

Eddie: (suspirando) Es complicado, Christopher.

Christopher: ¿Es por la señorita Brooke?

Eddie quedó sorprendido por la pregunta de su hijo.

Eddie: ¿Cómo...?

Christopher: Mamá solía decir que cuando algo te hace feliz pero también triste, es porque realmente lo quieres mucho. ¿La extrañas, papá?

Las palabras de Christopher resonaron en el corazón de Eddie. Sabía que tenía que encontrar una manera de explicarle a su hijo la complejidad de la situación.

Eddie: (acariciando el cabello de Christopher) Sí, la extraño mucho. Pero a veces las cosas no son tan simples como quisiéramos.

Christopher: (asintiendo) Entiendo, papá.