Mortales Entrometidos

Invocación a Ronald McDonalds

AYUDA MIS GANAS DE ESCRIBIR UN CROSSOVER DE HOMESTUCK Y PERCY JACKSON 😭😭😭Bueno, pondré a un personaje de Homestuck como protagonista mortal, pero será reinventada para parecer original. Tan solo dejo esto aquí para que se sepa que no pretendo robar el personaje, sino hacer un crossover sutil.

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La chica caminando por el parque era una persona interesante de analizar. Contaba con numerosos intereses, pasiones, historias... Como casi cualquier otra persona. Pero en este fanfic, tiene algo de especial: es nuestra protagonista.

Su nombre es Aradia Megido, y está con audífonos escuchando grabaciones de sus propias canciones. Suele ser una chica alegre, pero hoy está demasiado perdida en sus pensamientos. Aradia es un nombre algo raro, sí, pero es bonito, no creen?

Aradia tiene una obsesión con la arqueología. Quiere dedicar su vida a las cosas muertas. A pesar de ser algo tétrico, Aradia es algo así como una pequeña ranita venenosa: pequeña, aparentemente inofensiva, adorable y bonita, pero si la amenazas, no durarás mucho.

Aradia estaba muerta por dentro, en pocas palabras. Sí, seguía siendo alegre y divertida, pero muerta. Era difícil de explicar. Pero así se sentía.

La chica tenía el pelo rojizo cayendo por su espalda como una cascada de ondas color fuego. La piel morena y suave estaba tersa en las comisuras de sus labios, y ocultaba su cuello con un sweater cuello de tortuga encima de un vestido rojo óxido. Era atractiva, podríamos decir. Pero mantenía un perfil bajo.

Su historial romántico era una mierda. Tan solo una pareja en sus 18 años de vida, un chico con bipolaridad severa sin medicar que era una excelente pareja. Ni siquiera ella estaba segura de porqué habían terminado. Se había enamorado de una chica que la molestaba porque así era ella. Hasta que ella literalmente le mandó una manada de imbéciles a golpearla. No le hicieron daño, (se escondió), pero dejó de pensar en la chica de esa forma.

Una mierda, volvió a pensar. Básicamente todo era una mierda. Todo lo vivo.

Absorta como estaba, apenas se fijó en el chico a su izquierda, el adolescente de su edad que sostenía una cajita feliz y murmuraba alguna estupidez entre dientes. Tenía el pelo negro y la piel color oliva, y por alguna razón estaba escondido en el denso follaje de esa parte del parque con una pala, McDonald's y una cantidad de coca-cola suficiente para dar diabetes a una sala de clases completa. Su ceño se frunció con curiosidad. ¿Qué mierda estaba haciendo?

Y Aradia no se guardaba las cosas, así que le preguntó:

—¿Qué mierda estás haciendo?

Él se sobresaltó. La miró con confusión, como si fuera ella la que estaba haciendo un ritual con hamburguesas y bebida en un parque público.

—¿Qué..cómo...?

—Yo debería ser la que te pregunta eso, amigo.

—Pero...—su desconcierto había mutado hacia un ligero desprecio.—Eres mortal... Entonces... ¡Di immortales!— maldijo.—¡Me tenía que tocar a mí! Bueno, no importa. Me voy de aquí.

Emprendió el paso en la otra dirección, insultando a alguien por lo bajo por no dejarlo viajar por las sombras. Aradia ladeó la cabeza, intrigada por aquel elfo místico y su comida rápida.

—Tu no te vas, amigo. Primero contéstame que mierda estabas haciendo.

El adolescente se giró hacia ella, con el semblante aburrido. Clavó sus ojos vacíos, esas dos esferas verde aceituna, en los ojos de color óxido de Aradia.

—Tampoco es que quieras saberlo.

—Vamos, lo peor que podrías estar haciendo es invocando a un demonio, y eso ya lo he hecho yo en otras ocasiones. Sorpréndeme, amigo.