POV Frank
Parecía un millón de años desde que cumplí los dieciocho.
Mi peor cumpleaños, definitivamente...
Ese día, Hades y Marte se aparecieron en mi cuarto. Yo estaba hechado en mi cama, leyendo un libro que me recomendó Annabeth, algo sobre un chico en un mundo postapocalíptico, cosas como un virus raro, llamaradas solares, radiación e inundaciones, sinceramente no muy mi tipo, pero entretenido. El caso es que después de el sobresalto inicial, los dos se pusieron serios.-Mira, Frank, sabes que si nos pusimos de acuerdo...él...- dijo Hades, con un leve asco en la última palabra.- y yo, es algo importante.- Si, como si fuera necesario decirlo. Inmediatamente, me incorporé y alterné mirándolos a los dos a los ojos. Había aprendido que era lo mejor cuando un dios quiere hablar contigo: prestar atención antes de que te lo tengan que pedir más de media vez.
-Mira, voy a hacer que nuestra idea (la más obvia, diría yo) entre en tu cerebro igual de fácil que una bala, ¿ok?- Lo único que pude pensar en ese momento fué que no era la metáfora más fina posible- Mira, ¿cuántos años cumples hoy?
Traté de no vacilar al responder dieciocho.
-¿Y cuántos años tiene Hazel?
Enseguida supe que algo andaba mal.
-...Quince.-
-Okey, chaval, ahora lo último: ¿Te das cuenta de que eres un adulto y Hazel es una niña? Tu sabes muy bien que la ley no permite eso, ¿O no?
-Ay, por favor... Ustedes son dioses griegos, no les importa en realidad la diferencia de edad. Yo ni siquiera hubiera nacido si les importase...- solté una risa nerviosa.
-Hm, sí, tienes un punto, pero nada que no hayamos considerado antes. Mira, hacemos esto solo porque una persona de dieciocho años es muy diferente a una de quince. Y no estoy muy cómodo hablando de esto, pero cuando tenía tu edad, más o menos, como unos 180, me fijé en una preciosa náyade mucho menor que yo, prefiero no decir la edad para no correr el riesgo de terminar más cancelado de lo que yo estoy. No terminó bien para ninguno de los dos, ¿Sabes? La vida de la mayoría de los amantes de los dioses terminan destruidas, pero ella no quiso que eso le sucediera, y puso fin a su sufrimiento. Las náyades pueden vivir cientos de años, pero ella...- Marte suspiró, anomalía que no me esperaba- Por mi culpa no pudo disfrutar de los muchos años que le quedaban.
-Si, y lo convencí para que me ayudara a que Hazel no le pasara lo mismo. Parezco un verdugo desalmado, pero me preocupo más por mis hijos de lo que Zeus nunca podrá hacer.Sentía mi pecho oprimido. Me faltaba el aire. ¿Qué estaba sucediendo?
-Claro, comprendo, pero... Yo no... Hazel, ella... No voy a dejarla bajo ningún concepto, ¿Ustedes han pensado lo enojada que estará cuando se lo digan a ella? Va a estar peor de lo que imaginan, yo la conozco, su modo de reaccionar será explosivo... Hades, tu esposa es Perséfone, su relación está mal en todo sentido, ella es muchos siglos menor, y además es tu sobrina... No... no.- casi dije. El oxígeno en mis pulmones era cada momento más escaso.--Yo y Perséfone no tenemos nada que ver en esto.- replicó el señor de los muertos, todavía con la barbilla en alto.- Somos deidades. No tenemos ADN, y cuando nos casamos, ella ya era una mujer madura.
-La edad es solo un número.- gruñí.- Y ustedes más que nadie deberían saberlo. El paso de los años los beneficia, para los dioses, un año nuevo es solamente otro más cercano a la muerte de un mortal, un instante, un pestañeo. Se comportan como si realmente significara algo para ustedes una diferencia de tan solo tres años, y cuando se trata de ustedes, pueden llegar a obviar siglos de disparidad.-
Marte se quedó de piedra. Pasados unos segundos, su mano se desvió hacia el cinturón, donde la culata de una pistola aguardaba impaciente que su dueño la empuñara y apretara el mortal gatillo de bronce.
Cerré los ojos y esperé acongojado el tacto del proyectil atravezando y destrozando músculo y huesos. Pero en lugar de dolor, me encontré con sorpresa con un helado vacío. Me fijé en los dos dioses y Hades fulminaba a Marte con la mirada.
-El diosecillo tiene razón.- cedió el rey de las tinieblas.- No me genera ningún remordimiento ordenar misiones a semidioses, pero entrometerme en sus vidas personales es otra cosa. A mí no me incumbe su relación.
Hades asió con fuerza el hombro de mi padre y ambos desaparecieron dejando tras de sí un leve olor a azufre.
No pasaron ni veinte minutos cuando Hazel atravezó la puerta. Sostenía una caja, prolijamente envuelta de color amarillo suave. Me la tendió con delicadeza. Sin decir una palabra, envueltos en un silencio cómodo, rasgué con cuidado el papel y abrí la caja. Dentro se encontraba un cinturón de oro trenzado, de cuatro centimetros de grosor. Una vaina de cuero con brillantes incrustados pendía del costado.
Comprendí que se trataba de un cinturón con una vaina para la espada, probablemente la más lujosa que hubiera existido jamás.
-Gracias, Hazel, es precioso.- murmuré, y la abracé.****
Ahh! He estado fuera mucho tiempo!!
Espero que me perdonen, semidioses wattpadianos. Llegamos casi a las 3k de visitas, y todo esto es gracias a las personitas que se esforzaron leyendo mi fanfic y me apoyaron desde el comienzo. Se los agradezco mucho, Hijos de los Dioses.
Cambiando de tema, sé que ya lo he propuesto antes, pero lo haré oficial ahora: Tengo planeado hacer un Pregunta al Semidiós como especial por las 3k. O sea, yo pondría los nombres de los personajes y ustedes harían las preguntas, y yo contesto como si fuera el personaje al que se le hace la pregunta. ¿Qué les parece?
Esta cazadora de Artemisa se despide, adiós!
ESTÁS LEYENDO
Mortales Entrometidos
FanficCómo sería si mortales se metieran en las relaciones de nuestros semidioses/as/es/lo que sea favoritos? Aqui algunos relatos originales sobre lo que ocurriría en este mundo. Los shipps incluidos en esta colección son: -Fierrochase -Percabeth -Caleo ...