Pov: Garyn.
Buenas, me llamo Garyn, y mi historia comienza, como cualquier otra, con una chica terriblemente atractiva, una chica que era soltera de mi instituto.
Bueno... Ella era soltera.
Todos los días, veía en sus ojos verdes que pensaba que era la chica invisible. Pero yo, cada mañana, clavaba mis ojos en ella con la esperanza de poder quedarme así toda la vida. Era muy inteligente, tanto que pasaba todas las clases, aparentando aburrimiento, garabateando en su cuaderno, y cuando los profesores le preguntaban algo, la respuesta era siempre correcta.
Cada vez me prometía qué "Hoy sí me voy a atrever a sentarme con ella". Durante cuatro meses. Pero hace un par de semanas, por fin me animé, y me levanté de mi asiento, ante la vista de todos mis compañeros... que susurraban y reían. Mi corazón latía con fuerza, con mucha fuerza, contra el pecho, al ver las caras de los alumnos que miraban y cuchicheaban. Katie Gardner no levantó la vista hasta que la saludé.
-Hola!- le dije, como si no hubiera imaginado este día desde cuando la conocí. Ella levantó la vista de su ensalada para fijar sus ojos en los míos. Esos ojos verdes con los que había soñado desde hace cuatro meses.- He visto que te sientas sola desde que llegaste al curso, así que decidí venir aquí. Mi nombre es Garyn. ¿Y tú?- dije ya sabiendo la respuesta.
-...Katie. Katie Gardner.- dijo con delicadeza y precaucion. Al parecer no confiaba en mí.-Y bueno... en qué escuela estabas antes de venir aquí?- Pregunté fingiendo interés. Solo quería meter conversación.
-Me educaron en casa.- contestó, ahora menos secamente
-¡Ah, interesante!- le dije.- Si algún día necesitas ayuda con alguna materia, o algo así, no dudes en llamarme. Ah, y para eso, vas a ocupar mi numero de teléfono...- Antes de que pudiera terminar la frase, Katie me interrumpió.-Muchas gracias, pero... no tengo teléfono desde el cual llamar.- No contaba con eso, así que mi sonrisa desapareció.
-Ah...- fué lo que atiné a decir.- Entonces... mejor en ese caso me avisas en el colegio.- dije restaurando mi cara de alegría.
-Gracias.- dijo Katie, sonriendo con expresión algo forzada.- Te hablaré.
Con el tiempo, todos los días, me acerqué a ella, al almuerzo, y aunque ella parecía incómoda al principio, se fué acostumbrando.
-Ah, verdad, quería decirte que mañana mi casa está desocupada, por si quieres venir.- le propuse al cabo de unas semanas de hablar todos los almuerzos. Ella se puso su brillante pelo castaño detrás de sus orejas, dejando ver sus aros de plantitas.
-Estaría encantada.- confirmó sonriendo.- ¿Algo que querrías que llevase?-
-Estaría bien si trajeras algo de beber, una soda o algo.- Le devolví la sonrisa para luego despedirnos e ir nuestras respectivas clases.
Al día siguiente, como siempre, nos reunimos en la cafetería.
-Ah, en mi casa te voy a devolver ese plato que me prestaste cuando se me olvidó el mío.-
-¡Oh, verdad! me acabo de acordar. Oye, me gasté mi presupuesto semanal ayer en el mercado, pero puedo hacer un jugo de frutas o algo así, si te parece.
-Sí, si, está bien con eso. Ah, oye, hoy tenía que irme antes a mi sala de clases a agarrar asiento en la primera fila para poder prestar más atenciónen esta materia.- me excusé de la mesa.
-Ah, entonces que te vaya bien, Garyn, nos vemos en la salida.- se despidió esbozando con aquellos labios, una expresión de felicidad que aceleró mi corazón.
A la salida, la esperé en la puerta algo nervioso, hasta que ví aparecer su cabellera marrón sujetando su mochila que rezaba "Salvemos nuestro hogar" decorado con signos de reciclaje y así.
Había planeado, en ese momento, besarla y proponerle ser mi novia. Cuando se acercó a paso rápido, la atraje hacia mí y aprisioné sus labios en los míos.
Torpemente, iba a correspondió, cuando se separó súbitamente, dejándome confundido, pero aún sosteniendo mi mano.
-¿¡Travis?!- exclamó sorprendida. Nos miró a los dos, como si estuviera decidiendo. ¿Quién era ese chico de ojos azules y por qué sabía su nombre?
-¿Katie?- se extrañó el tal Travis.- ¿Que haces aquí?
-Estudio en este instituto desde hace meses, Stoll.- Lo analizó con la mirada.
-¿Quién es él?- se quejó mirándome
-Es Garyn, mi... amigo.- me gustó que dudara en la última palabra.
-¿Es un amigo especial?- dijo con tono amargo
-Si te soy sincera... No... no lo sé.- dijo con culpabilidad.- Lo... lo siento, me tengo que ir.
Huyó por la puerta del edificio y nunca la volví a ver.
***
Holiss :D
Un capitulo después de muchos en donde el mortal es un chico. Menos de 800 palabras, re poco, de todas maneras espero les guste, tomen awa, los quiero :D
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Mortales Entrometidos
Fiksi PenggemarCómo sería si mortales se metieran en las relaciones de nuestros semidioses/as/es/lo que sea favoritos? Aqui algunos relatos originales sobre lo que ocurriría en este mundo. Los shipps incluidos en esta colección son: -Fierrochase -Percabeth -Caleo ...