Chapter 3

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Con un día faltante a la llegada de la princesa primogénita a Desembarco del Rey,
la servidumbre de la Fortaleza Roja andaba de aquí para allá arreglando y corrigiendo los últimos detalles, o recibiendo a aquellos señores qué visitaban la capital para poder presenciar la irónica llegada de la princesa; mientras el revuelo tomaba forma en los pasillos del castillo, Jacaerys y Aegon estaban en la habitación del menor, acurrucados entre ellos y disfrutando de la comodidad. La canción For your Love se reproducía de un pequeño parlante, la misma había sido escogida por el castaño, pues era su canción favorita, perteneciente a su banda favorita.

Aegon había mordido su labio inferior para controlar su estúpida sonrisa al saber qué él era el cantante favorito de su amante; en aquél momento, la tentación de hacerle saber qué estaba hablando sobre él fue muy fuerte, sin embargo supo contenerse y morder su lengua antes de hablar.

— ¿Por qué es tan largo? — preguntó quejoso Jace, observando las letras en dothraki frente a él. — ¡No hay necesidad en qué sea tan largo!

— Es lo qué es. — se burló el de ojos amatistas, besando su mejilla. — ¿Prefieres ir con latín? Es más fácil.

— Puedo conseguir a un Maestre qué me enseñe latín.

El latín nació hace tan solo unos cincuenta años, durante la usurpación de los Baratheon. Siendo este visto por primera vez en una comunidad movida por una religión, llamada cristianismo. Sin embargo, la fe de los Siete y la gran influencia de los Hightower y su ejército acallaron por completo aquellas voces, pero eso no impidió qué en algunas partes, la lengua haya prevalecido.

— ¿Y tú dejas qué los Maestres te besen mientras estudias? — preguntó desde su regazo, bajando sus manos desde su cuello hasta su pecho, fingiendo indignación. — Infiel.

— Dioses, qué asco. — rió levemente, robando después cortos besos en sus labios. — Mh, aún así prefiero a cierto príncipe Targaryen, es mejor profesor qué todos aquellos viejos.

— Pero no negaste lo de infiel. — blanqueo sus ojos, apoyando su mejilla sobre su hombro. —

— Aunque quisiera, no podría encontrar a alguien mejor qué tú, mí amor. — su tono de voz meloso sacó un quejido en Aegon, sin embargo siguió hablando. — Yo te amo con todo mí corazón, eso no cambiará.

— Genial, porqué el otro día vi un tiktok donde menciona algo sobre Venus Retrogado. — el castaño lo vio interesado mientras acariciaba sus cabellos, repartiendo pequeños besos en su rostro. — Decía algo así como qué todas las relaciones inestables se iban a terminar.

— ¿Nosotros tenemos una relación inestable? — preguntó con verdadera curiosidad, dejando pensando a ambos. —

— No lo sé. — los rizos platinados se sacudieron levemente cuando cambió de posición, dejando su mejilla ahora sobre su pecho. — Tampoco podemos pedir opiniones.

Ambos suspiraron ante aquello. Sabiendo qué no fue nada fácil mantener esa relación clandestina qué tenían, mucho menos lo fue comenzarla. Luego de la muerte de sus hermanos, Aegon se había enfrascado en sí mismo, buscando consuelo con la música, el baile, los deportes y el estudio, siendo lo único qué mantenía su mente lo suficientemente ocupada para poder pensar en algo más; nadie parecía prestarle verdadera atención o tan solo lo dejaban con la excusa de "Necesita tiempo a solas", convirtiéndose ese tiempo en soledad con el paso del tiempo. Jacaerys y Lucerys, extrañados por el cambio de actitud de su feliz y siempre energético tío, fueron los únicos además de su abuela qué se atrevieron a acercarse al destrozado platinado.

Sangre Valirya (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora