Chapter 9

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Heleana y Aerea se habían encargado de organizar todo para su clandestina fiesta de aquella noche, informándole a los príncipes cuando y a qué hora debían estar.

Por lo tanto, una hora antes de qué deban reunirse en los aposentos de la Velaryon, Aegon se había dirigido a los aposentos de Lucerys para prepararse juntos e ir a aquella fiesta privada.

Luke había sido quién más demoró en encontrar su ropa, decidiendose por su ropa tradicional cómo príncipe, siendo esta de color azul, su tío no se demoró en alagarlo, pues todo le quedaba excelente.

— ¿Qué me pondré yo? — el Targaryen no había pensado ni en una sola posibilidad, por lo tanto esperó paciente a qué su sobrino saque toda su ropa de su vestidor para mostrársela. —

— ¿Qué color quieres? — preguntó con varias prendas en sus brazos. —

— Mh, azul! — Ambos sonrieron satisfechos ante la elección de colores. —

El príncipe Velaryon separó varias prendas con tonalidades azules, dejando algunas especialmente separadas. Aegon supo de inmediato cuál quería; era una camisa blanca con mangas anchas, simple, acompañada de un corsé con dragones bordados y un pantalon tipo sastre.

— Esa. — Luke tomó las prendas entre sus brazos. —

— ¡Iremos combinados! — habló emocionado el castaño. — Ahora, vamos a cambiarte.

Sin ninguna vergüenza Aegon se cambió frente su sobrino, quién arregló cada detalle de sus ropas para qué finalmente luzca espectacular frente el espejo.

— Estamos jodidamente hermosos. — aceptó el Targaryen. —

— Yo nos follaria. — Ambos asintieron de acuerdo con las palabras del castaño. — Bien, debemos terminar, se nos hace tarde.

Luego de treinta minutos más sentados frente el tocador, finalmente estaban listos. El par de príncipes tan solo habían puesto bálsamos en sus labios y un poco de rubor en sus mejillas, pero aquello fue más qué suficiente para qué luzcan maravillosos.

A pedidos de Aegon, se sacaron demasiadas fotos y grabaron videos coqueteando a la cámara hasta qué fueron interrumpidos por la llamada de una furiosa Aerea quién les decía qué eran los únicos qué faltaban.

Su punto de encuentro era la habitación de la misma, pues desde allí había un pasadizo de forma directa hasta donde sería la fiesta, según las princesas. Entraron a los pasadizos con cuidado de no ensuciar sus ropas y llegaron en cuestión de minutos a los aposentos de la princesa.

Todos dentro estaban repartidos en los sofás de los aposentos, sin embargo sus miradas se enfocaron en los recién llegados.

Las mejillas de Aegon se sonrojaron al sentir la mirada de su amante recorrer su cuerpo de arriba hacia abajo, dándole un codazo a Luke al oír su burla.

— ¿Ya podemos irnos? — Aemond se mostró fastidiado, apagando su celular y metiendolo en el bolsillo de su pantalon. —

— Claro. — la princesa Targaryen aplaudió emocionada, abriendo la pesada puerta de los túneles. — ¡Vamonos!

Todos comenzaron a escurrirse por la estrecha puerta entre charlas emocionadas, teniendo cuidado pues las antorchas estaban apagadas. Cuando Aegon estaba por entrar detrás de su hermano, fue jalado por su cintura y chocó contra el pecho de su amante, quien lo observaba cómo dragón a una linda oveja.

Jacaerys apenas vio la estrecha cintura de su amado atrapada en aquella fina tela y cómo sus muslos, suaves y firmes, así cómo sus glúteos, se mostraban de aquella manera tan exquisita en sus pantalones azules supo qué aquella noche no iba a tener ningún tipo de auto control. Sí bien se prometió a sí mismo ignorarlo toda la noche, no iba a ser posible.

Sangre Valirya (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora