Cap. 1

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—¡Kyu!—apretó los dientes meintras entraba al lindo auto del castaño—. Qué gran hijo de perra, eres.

JongWoon tenía puesto el gorro de crochet, los lentes oscuros y se retiró el cubrebocas de tela color negro, liberando su rostro sonrojado por la vergüenza que le había hecho pasar su amigo al esperarlo con una gigantesca bandera gay con su nombre grabado en ella a la sálida del aeropuerto. 

—Hola. Me da gusto verte—sonrió con falsa inocencia, como si no hubiera hecho nada malo. Kim lo miró con molestia—¿Qué? Fue divertido.

¿Qué mejor que recibir a JongWoon con una bromita?

—¡Cállate! Este lugar aún es muy conservador—se retiró los lentes y los dejó sobre sus piernas mientras esperaba a que su amigo dejara de reír. 

—¡Ay!—suspiró limpiándose las lágrimas por la risa—. Tenemos tanto de qué hablar.

—¿Seguro? Estuvimos dos años, tres meses, una semana, platicando sin parar—JongWoon se quitó el gorro y su cabello lacio cayó sobre su frente en una pequeña cortina grisacea que dejo boquiabierto a Kyuhyun.

—¡Wow! ¿Qué es eso?—estiró sus dedos y tocó el suave cabello de su amigo, aquien por años había visto de cabello negro y revuelto, no tan arreglado como ahora. De hecho, Kyuhyun se daba cuenta en sus videollamadas que poco a poco, JongWoon había comenzado a cuidarse más que nunca.
 
—¿Te gusta?—preguntó emocionado—. Me lo hicieron en la estética más exclusiva de París. Obviamente pagado por Jerome—concluyó un poco más serio, pues él ni en sueños hubiera podido pagarlo con su propio dinero. Su padrastro le daba una mesada pero siempre la hacía rendir en otras cosas y no en ese tipo de "arreglos".

—Te ves increíble, me gusta ese color—Kyuhyun le sonrió convencido, se veía muy bien. Puso en marcha su auto y comenzaron a platicar—.  ¿Cómo están todos por cierto?

—Mi madre, está feliz, Jerome también se ve muy contento con ella. Se irán de crucero, y yo... volví—.  París le gustaba pero... no era la gran cosa que se veía en las series y peliculas, de hecho era una ciudad complicada y le había costado mucho adaptarse al idioma. Volver a Corea y con Kyuhyun, le hacía sentir de nuevo en su hogar. 

Cho le dedicó una mirada algo nostálgica.
—Me habría encantado visitarte personalmente—torció los labios recordando que no había podido estar en su momento más difícil. Sería algo que Kyuhyun nunca iba a perdonarse, en cambio JongWoon sabía que el castaño pasaba sus propios problemas, y lo último que quería era ser uno más.

—¿Estás loco? ¡De ninguna manera! Estabas trabajando y tenías tus propios problemas.

—JongWoon nada de eso es tan importante, tu mismo lo decías—Kyuhyun se mostró más empático y tranquilo.

—¿Y qué? ¿Si yo me tiro de un puente tu también?

—Ja, ja—rió irónicamente—¿Por qué de repente sentí como si estuviera hablando con tu madre? ¡O peor! Con la mía.

—Bueno, sabes a lo que me refiero.

—Agradece que era pobre y esa es otra causa de mi ausencia—JongWoon sintió un pinchazo en el corazón al oír eso. Llevó su mano al cabello castaño de su amigo y lo acarició con ternura. 

—Nunca estuviste ausente, Kyu. Hablábamos diario, sin falta. Y eso lo aprecio muchísimo—sonrió con calidez—. Estuviste de alguna forma y eso lo aprecio como no tienes idea.

El momento se estaba tornando muy meláncolico, Kyuhyun asintió con una sonrisita.

—Oh de acuerdo—Jong volvió a mirar por la ventana—. Y en otros temas. ¿En dónde vives ahora? ¿A dónde debo arrastrarme cuando me sienta triste y al borde del suicidio?

Almas opuestas - {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora