Cap. 2

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JongWoon empujó levemente la puerta de cristal con las letras YH grabadas en el mismo, caminó por el largo pasillo donde predominaban los muros grises y las pequeñas plantas. 
Observó a un muchacho que llevaba atado su largo cabello en tono rojizo. Vestía un atuendo en color negro que a simple vista parecía sencillo, pero cuando se giró a verlo, notó que llevaba un enorme broche al que no le encontraba ninguna forma especifica. 

—Hola, disculpa, vengo por el puesto de...

—¡Hola—lo interrumpió, o mejor dicho; asustó, su fuerte y animado saludo—. Ah que bien, seguro eres el nuevo. Soy Kim Heechul—el chico tomó la mano de JongWoon entre las suyas y lo miró como si hubiera llegado a rescatarlo de algo terrible. 

—Es un gusto, soy Kim JongWoon.

—¡¿Kim?!—lo miró estupefacto—. ¡Perfecto! Seremos los Kims

—Creí que vería a Tiffany, la chica me entrevistó.

—Ella renunció hace unos días—manoteó restándole importancia, pero Jong se preocupó, ¿entonces no había problema alguno?

—¿Eh?

—No te preocupes, llegas en buen momento. Este será tu lugar de trabajo—señaló el escritorio en forma de media luna en color oscuro con una pequeña maceta en la que se hallaba una suculenta violeta, el archivero y su propia computadora, nueva y reluciente. El asiento era bonito y parecía cómodo—. Yunho ahora necesita de nosotros. Y la verdad yo me sentía muy sólo aquí con tanta llamada, papeles y correo.

Heechul puso los ojos en blanco con lo último, parecía que en serio se aburría o simplemente era ese tipo de persona que le encantaba pasársela hablando sin parar. Cualquiera de las dos cosas, a JongWoon no le molestaba. Él era muy serio e incluso con Kyuhyun le llevó muchos meses entrar totalmente en confianza, aunque este último parecía ignorar ese hecho. 

—Hola, Hee, bonito broche—JongWoon giró a ver a la persona que caminaba por el pasillo de YH.
Y fue como si todo a su alrededor se viera en cámara lenta. Su caminar elelgante, la gabardina balanceandose de forma suave a cada paso que daba, la sonrisa armoniosa, blanca y perfecta; los ojos negros que transmitían una masculinidad imponente. 
Jung Yunho se detuvo frente a ellos con normalidad, pero cuando deslizo la gabardina por sus hombros y la colocó suavemente en su antebrazo, JongWoon sintió que su corazón explotaría de lo acelerado que se encontraba. 

—Gracias—contestó su compañero como si nada. ¿Acaso no sentía nada de ver a ese monumento?—. Él es el chico del que le habló Tiffany antes de irse.

La mirada y sonrisa de Yunho se posaron sobre el peligris, haciéndolo sonrojarse como un adolescente recién enamorado.
—Ya veo—lo miró de arriba hacia bajo, ayudando en nada a su nerviosismo; luego miró levemente a Heechul—. ¡Wow! Esto es justo lo que espero ver en mis oficinas. chicos con buen gusto y de buen parecer. ¿Cuál es tu nombre?

—Kim JongWoon—contestó con la voz temblorosa. Yunho soltó una risita amigable y le tomo el hombro para, tal vez, calmarlo.

—¡Bien! Kim el rojo y Kim el gris. Bueno, JongWoon espero que te sientas cómodo en tu trabajo y si necesitas algo o existe alguna queja no dudes en decirme—concluyó con dos palmaditas y Jong se sorprendió de lo bien que lo trataba, de lo guapo que era y lo educado que parecía.

—Gracias. Haré mi mayor esfuerzo.

—No sólo es esfuerzo... necesitas amar lo que haces—se tocó el corazón como si de un poema se tratase—, y si fuiste contratado, confió en que serás un gran elemento—le guiñó un ojo y JongWoon sintió que caería desmayado, se limitó a asentir y retiró la mirada a otro sitio del lugar—. Heechul, ¿puedes traerme café y un sándwich, por favor? 

Almas opuestas - {Kyusung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora