💜Jane💜
~09/11/2022~
Observo al hombre que ingresa al ascensor, mientras trato de recordar su nombre. Sé que empieza por la letra A, ya que cuando el personal femenino habla de él, es la letra que usan.
—Buenas tardes, doctor Leone —saludo y él se coloca al otro extremo de la caja de metal.
—Hola, Evers.
—¿Qué tal el día de trabajo?
—La cantidad de niños con enfermedades terminales en el piso infantil, aumentaron —comenta en tono serio —. Agradezco terminar mis horas hoy —mete sus manos a los bolsillos.
—Yo también —las puertas se abren y empiezo a avanzar —. Nos vemos cuando sea posible. Tengo buen día.
—Igualmente —las puertas empiezan a cerrarse y antes de que lo hagan por completo, noto que sus ojos dan con los míos.
Mantengo la mirada hasta que no lo veo y me dirijo al ala de los lockers.
Cuando tengo todas mis cosas, voy por mi auto y agradezco que no haya tráfico porque así se me facilita llegar a la casa de mis papás, en un tris.
—¡Buena, buenas, familia! Ya llegué —escucho un ruido en la cocina.
—¿Jane? —mamá aparece en segundos y lo primero que hace es abrazarme —. Qué bueno que llegas, pensé que esta semana no ibas a venir —deja un beso en mi frente —. ¿Ya comiste?
—No mamá, apenas salí del hospital, vine hacia acá —asiente, indicándome que falta poco para la comida —. ¿Dónde está la abuela?
—En la sala, viendo su novela de las tardes —me abraza nuevamente, como si me fuese a ir —. Te extrañé, cielo. Me hace falta verte caminar por la casa —acaricia mi mejilla.
—Yo los extraño a todos. Pero a mi falta, tienes a la abuela.
—Es una vieja cascarrabias —responde y yo rio.
—También tienes a papá —añado.
—Está insoportable. Creo que es la andropausia.
—¡Mamá! —se me escapa una risa fuerte —. Todavía está Sammy —comento.
—Tu hermana está en la etapa en la que no soporta nada. Todo le molesta.
—Yo pasé por eso y me lo decías todos los días —sonrió y escucho la voz de mi hermana llamar a mamá.
—Mami, ¿Ya llegó Jane?
A los segundos de esa pregunta, Samantha Evers, aparece. Ella es bastante parecida, a mí físicamente, pero el color del cabello es distinto. Es una jovencita dulce, no le gusta buscar problemas y le gusta mucho cuando le regaló chocolates.
—Jane —corre a abrazarme cuando me encuentra —. Qué bueno que llegas —sonríe y junta sus manos al frente.
—Si los traje Sammy —saco los dulces de la mochila y ella grita de la emoción —. Ten.
—¡Gracias Danny! —usa el diminutivo de mi segundo nombre.
Ella se va feliz con sus chocolates y yo salgo de la cocina para ir a la sala. Ahí encuentro a la abuela en el sillón, muy entretenida en su novela.
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Apariencias©
Mistério / SuspenseSegún Jane, hay momentos en la vida que nos cambian para siempre, y que nos convierten en algo que nos esperamos ser, pero que a la vez, nos gusta. Pero, según Alessio, no todo mal momento en la vida nos cambia, convirtiéndonos en monstruos. A veces...