Capítulo 08: Regresando el Favor

57 9 5
                                    




💜Jane💜




~02/12/2022~




Giro la manija para irme de una vez por todas, pero al notar que esta no cede, volteo para observarlo.

—Déjame salir, tengo trabajo que hacer —cruza sus brazos sobre su pecho —. Si no quitas el seguro, voy a gritar —lo amenazo

—No lo harás si sabes cómo funcionan los hospitales cuando encuentran a una pasante en la oficina de un doctor —aprieto mis puños cuando se levanta de la silla —. La que estará en boca de todos como alguien que se insinúa, serás tú.

Dando algunos pasos estoy frente a él y mi mano va a parar a su cara, cacheándolo.

La base de mi mano arde y cuando lo miro, trato de demostrar que no me duele.

El primer escenario que tengo, es de él, con la cara un poco volteada, su mejilla roja y con los ojos cerrados. Dura unos segundos así, hasta que me mira para después tomarme del brazo y arrojarme al sofá con fuerza.

—A mí no me vuelves a pegar —me señala lleno de coraje.

—Entonces no vuelvas a insinuar que soy una regalada.

—No te dije regalada, solo dije que las personas hablarían de ti.

—¡Es lo mismo! —levanto la voz.

—No, porque nunca dije que fueras una puta o algo. De mi boca nunca salió esa palabra.

—Es lo que yo entendí —me levanto de golpe, empujando su pecho —. En tu vida, vuelvas a decirme así, porque te mataré y sabes que no lo digo como una ame...

De manera rápida veo como se acerca a mi boca, pegándome a su cuerpo y al mismo tiempo haciendo que caiga en el sofá con él sobre mí.

Su mano no pierde tiempo en acercarse a mi entrepierna y me toca aplicando mucha fuerza con la palma de su mano. Muerdo su labio con fuerza, para que se aleje y lo hace un poco nada más.

—Déjame ver tus ojos.

—No entiendo tu obsesión por mis ojos.

—No es algo que un doctor vea todos los días, Violett —lo empujo para que caiga acostado, en el otro extremo del sofá, y así subir sobre su abdomen

—Entiende. Que. No. Quiero. Un. Apodo. Que. Venga —coloco mi mano en su cuello para apretar —. De. Ti —aplico más presión, pero no parece afectarle.

Él solo sonríe y me baja de donde estoy, tirándome al suelo, para caminar a su escritorio y llevar su mano a la parte baja del mueble.

Sin decirle nada, salgo de ahí y camino al segundo piso por las escaleras.

—El hijo de puta me las pagará —murmuro sirviéndome un vaso de agua fría y tocando mi espalda que se lastimó por el impacto.

Observo a mi alrededor y el agua se va por mi nariz cuando a lo lejos veo al oficial de policía que me trajo esa vez al hospital.

Limpio el agua y en ese preciso momento él me sonríe al verme.

Le devuelvo el gesto para no ser grosera y lo único que quiero es salir corriendo cuando se acerca cada vez más.

Apariencias©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora