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Han pasado 10 días exactos, cuando empezó todo creyó que Gala estaba bromeando. Fue cuando olió la ensalada de Angelique en el comedor que corrió directo a vomitar, se sostuvo con fuerza el abdomen mientras aquel aroma corría por todo su sistema, dándole más náuseas.

Gala fue y le preguntó si todo estaba bien, pero Emery solo respondió que el pescado que había llevado de almuerzo sabía extraño (cosa que Gala comprobó más tarde, dándose cuenta que sabia bien.) Pero no le insistió a Emery, le preguntó si estaba bien y ella solo respondió que si.

Emery abre sus ojos completamente asustada y grita desde el baño, no sabe si fue buena idea haberle dicho a Gala que si podía comprarle una prueba de embarazo antes de llegar al trabajo, ya que Gala vive en el centro y le queda más cómodo pasar a una farmacia que a ella.

Grita cubriéndose la boca y sientes las lágrimas en sus ojos, sintiendo como las mismas bajan a través de sus mejillas corriendo su maquillaje.

Gala se acerca al cubículo del baño, asustada. —¡¿Si es?!

—¡Si es! — grita, pero no emocionada, asustada.

Esto es algo que jamás creyó que pasaría, el corazón se le quiere salir del pecho mientras sale del baño caminando hacia su oficina y se sienta en su silla limpiándose las lágrimas. Gala entra detrás de ella, cerrando la puerta para una mejor privacidad, mientras acaricia la espalda de su mejor amiga de arriba hacia abajo.

—Sabes que debes decirle. — murmura Gala.

Emery asiente cubriéndose el rostro, sabe que es culpa de ellos por falta de la protección necesaria, pero igualmente será como una bomba que caiga a destrozar la poca relación que tienen. Después de todo ella siempre seguirá siendo la segunda en la vida de Vincent.

Emery suspira. —Le diré pero después.

Gala resopla. —¿Después? Cuando estés en el hospital dando a luz, claro.

—Confía en mí, todo estará bien. — murmura Emery. —Todo estará perfectamente bien

Todo estaría bien si Emery no hubiese decidido seguir el juego con Vincent, maldita la hora en la que ella decidió seguirle el juego, pero ¿Esto? Esto es jodido, MUY jodido.

Se esperó a que todos se fueran, aunque no tenía nada que hacer porque ya todo lo había entregado y podría haber llegado a su casa desde hace poco más de 4 horas, sigue aquí esperando a que Vincent en la sala de juntas, después de que le enviara un mensaje con lágrimas en los ojos sintiendo que su corazón se le iba a salir del pecho.

Emery escucha la puerta abrirse, siente aquel aroma de ese hombre que la ha vuelto loca. Que la hará madre y eso le aterra.

Vincent cierra la puerta quedándose ahí, suspirando.

—¿Qué pasa?—

Emery se levanta de la silla. —Estoy embarazada Vincent.

Ella es testigo de como se pone pálido con lentitud mientras la ve fijamente procesando sus palabras que fueron como un balde de agua fría, es algo que no se esperaba (aunque siempre fue una posibilidad, ya que no hubo cuidado alguno.) Y se acerca lentamente.

La joven aprieta las manos contra su pecho, viéndose al espejo mientras ahoga un llanto que le hace un nudo en la garganta impidiéndole respirar correctamente, acelerándole el pulso.

—¿Qué pasa? — pregunta Vincent, sentándose detrás de ella y rodeando una mano por su cintura.

Ella se voltea, sus ojos verdes se encuentran con los grandes ojos grisáceos del pelirrojo que está sentado en la silla giratoria en medio de la sala de reuniones. A las 12 de la noche, donde no hay nadie, solo están ellos.

—¿Qué pasa? — ella resopla una risa. — Vincent, ¡Tienes esposa y un hijo en camino! Yo no puedo seguir jugando a esto.

Él se levanta cruzándose de brazos frente a ella, no se me molesto pero su rostro adapta una expresión seria. —¿Jugar? Yo no estoy jugando.

—¡Necesito sacarte de mi vida, de mi corazón, de mi mente! — grita ella rompiendo en llanto, las lagrimas se deslizan por sus mejillas y caen al suelo. —Te amo pero tú no eres mío.

Emery camina a un costado de la mesa de reuniones y él sostiene su brazo, pero la chica de baja estatura de gran melena negra se suelta bruscamente.

—¿Esto terminará así? — pregunta Vincent. —¿Si más?

Emery se da la vuelta, besándolo con fuerza, un beso que sabe agridulce a tal punto que las lágrimas bajan por las mejillas de Vincent.

Ella suspira, alejándose. —Toma eso como un beso de despedida.

Vincent resopla una risa, abriendo ambos brazos. —¡¿Y te vas así, sin más?!

Emery se voltea, las lágrimas bajan a través de sus mejillas. —¡Perdí mi dignidad y mi fuerza por un hombre que está casado y será padre! — ella solloza, retrocediendo. —¡Ni se te ocurra dirigirme la palabra para algo que no sea trabajo! Hablo enserio, esto se acabó.

—Decides acabar todo cuando vas a ser madre.—

—Prefiero decirle a mi hijo que su padre murió, a decirle que anda con su esposa número uno y su hijo número uno. — justifica Emery.

Vincent intenta acercarse pero Emery retrocede.

—Buenas noches, Vincent. — murmura ella, dándose la vuelta y saliendo del pasillo.

Emery baja a través del ascensor, limpiándose las lágrimas con ambas manos en su vientre. Está en problemas, pero está sola y eso le da algo de alivio.

Vincent suspira, está solo. Sale de la sala de juntas y camina a su oficina, sentándose en la silla en medio de la oscuridad. Jamás se ha sentido así, es como algo que le rompe desde dentro a tal punto que sus lágrimas corren a través de su rostro.

𝓟𝓪𝓼𝓲𝓸́𝓷 𝓐𝓶𝓪𝓻𝓰𝓪. || terminada, [BORRADOR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora