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No lo pensó mucho, pero si le arrebató el sueño cuando llegó del trabajo a tal punto que se sentó en su cama frente al closet con la mirada en su ropa, buscando con la mirada algo para llevarse extra en el bolso y cambiarse antes de salir e irse con Vincent.

Porque las palabras de Gala siguen rodando a través de su cabeza, mientras cierra sesión en su computador y la apaga, viendo que todo quede en el mismo orden que lo dejó al irse. Siendo ella muy quisquillosa con el orden en su oficina, ya afuera no es problema de ella.

Suspira para si misma, preguntándose donde está Vincent, ya que salió con su esposa minutos atrás para dejarla en el auto que la misma Alicia trae, jamás viaja con su esposo a no ser citas hospitalarias para el control prenatal, pero nada más. Emery sale de su oficina cerrando la puerta y camina hacia el baño, la mayoría del personal del edificio se ha ido, aunque las plantas siguen en su producción con el turno nocturno, ellos nunca cierran (a no ser que se presenten situaciones especiales que compliquen la labor, obviamente.)

Emery camina a través del pasillo hacia el baño y entra a uno de los cubículos, deslizando hacia abajo el pantalón de rayas que llevaba, despojándose de la blusa gris que llevaba. Está en ropa interior en el baño de su trabajo solo por aceptable una salida de "negocios" a su jefe.

Ella ríe procesando todo lo que está sucediendo y pensando en lo ridículo que es.

Desliza el vestido rojo por su torso y lo acomoda, es largo con una abertura en su pierna izquierda. Suspira para si misma, pensando en si es muy atrevido pero de igual manera ya es demasiado tarde para no ponerse otra cosa, no trajo nada más y ese fue lo mejor que encontró para la ocasión.

Emery sale del baño acomodándose los zapatos, altos y brillantes de un negro intenso. Se ve al espejo suspirando con pesadez, acomodándose el cabello alborotado, suspirando con la misma pesadez de antes pero esta vez con más ansiedad de la que tenía desde que llegó por la mañana a trabajar.

Vincent aclara su garganta a espaldas de Emery. —Con todo respeto, se ve preciosa.

Emery sonríe a través del espejo.

—Es la primera vez que la veo sonreír así. — comenta Vincent regresándole la sonrisa. —¿Está lista?

—Gracias Vincent, es usted muy amable. Usted también se ve muy bien. — comenta Emery asintiendo. —Si, estoy lista.

Combinan bien, incluso Vincent piensa que su vestimenta negra combina mejor con Emery que con Alicia, incluso si eso significa jugar con fuego y quemarse, o quemar a Alicia, a él no le importa. La forma en la que Emery camina a su lado con tanta confianza y con la mirada siempre al frente, con gesto de confianza y fuerza que no se rompe en ningún momento, ni cuando vuelve a ver al mismo Vincent, que se ve imponente a su lado gracias a la diferencia de altura. No es como Alicia, que baja la cabeza cuando va a su lado y camina aferrada de su brazo como un niño que teme perderse, aunque así no fue como se presentó cuando llegó, sentía que estaba siendo atacada por las miradas ajenas e incluso en la noche terminó llorando diciéndole a su esposo que ella no estaba preparada para ser secretaria.

Vincent no le dió importancia a sus palabras, solo suspiró harto diciéndole que él no estaba para su inmadurez, le recalcó que sería madre pronto y tenía que comportarse como una mujer, no como la niña estúpida que siempre parece ser. Pero todo se esfuma con una sonrisa cuando le abre la puerta del auto a Emery y esta entra con una sonrisa.

Tampoco se siente mal por imaginarse a esa mujer recostada en los asientos traseros gimiendo su nombre con fuerza y arañándole la espalda entre besos sucios y descuidados.

Emery nota la mirada de Vincent sobre ella y ríe suavemente. —¿Qué le dijo su esposa de esto?

—No se preocupe por Alicia, ella está enterada de eso. — responde Vincent.

Alicia sabe, fue una discusión corta que Vincent cortó yéndose a dormir, dejándola hablando sola en medio del pasillo, con el corazón atrofiado por la dolorsa discusión y sin una sola disculpa a cambio.

Emery asiente en silencio, perdiéndose en la vista tan preciosa que tienen del pueblo mientras bajan en el auto de Vincent, el cual huele a fresa, un aroma bastante intenso y embriagador.

—Esta vista es hermosa. — murmura Emery.

—Definitivamente lo es.—

Emery sonríe. —¿Porqué me eligió a mi para esta salida?

—Porque yo la quería a usted. — responde Vincent. —Es decir, usted se ve muy decidida y centrada en sus cosas, me inspiró mucha confianza desde que la conocí.

—¡Oh! — exclama ella asintiendo con una pequeña sonrisa. —En ese caso, muchas gracias Vincent. Agradezco mucho la confianza que me tiene.

Vincent suspira. —Y porque también quería salir con usted.

Emery ríe suavemente negando con lentitud. —Usted está casado Vincent, si acepté salir fue por trabajo, no por nada más.

Emery recuerda las palabras de Gala, intenta ignorarlo pero su autoncontrol se está yendo cada vez más rápido a tal punto que desea ponerle una mano encima y besarlo. Pero tiene miedo, es obvio, si jamás se ha dado el papel de...la otra.

—¿Le da miedo jugar con fuego, Emery? — pregunta Vincent.

—¡¿Yo?! — exclama Emery, llevándose una mano al pecho con una risa. —Yo nací del fuego, espero no quemarlo cuando intente ponerme una mano encima.

Vincent ríe. —¿Me está retando?

—Inténtelo. — responde Emery.

𝓟𝓪𝓼𝓲𝓸́𝓷 𝓐𝓶𝓪𝓻𝓰𝓪. || terminada, [BORRADOR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora