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Le gusta la forma en la que se mueve mientras presenta los gráficos en la pantalla de proyecciones, su cabello rojizo está suelto y Emery suspira con suavidad cuando sus miradas se encuentran. Se puede decir tango en el mismo silencio de las miradas a tal punto que uno que otro nota eso, dejando esa privacidad al descubierto y en peligro.

Emery escucha a una de las recepcionista murmurar: "—¿Viste la forma en la que el Señor Vincent vió a la Licenciada Rossdale?" Y su corazón late con fuerza, siente el sudor bajar por su frente a tal punto que su vista se torna borrosa gracias al nerviosismo, jamás se había sentido con tanto miedo.

—Emery, ¿Te encuentras bien? — pregunta Angelique que está al frente de ella. —Cariño, estás pálida.

Emery suspira asintiendo, y Vincent pausa sus palabras, viéndola.

—¿Se encuentra bien, Licenciada Rossdale? — pregunta él. —En efecto, se ve pálida.

"—Exacto, mira como le presta atención. Y le habla con tanta dedicación." Escucha vagamente mientras su mente comienza a dar vueltas, le duele el estómago y le da mucho nerviosismo estár en esa silla, al frente junto a Vincent, aquello que jamás sintió con el Señor Denarius.

Esa fuerza que antes sentía, toda esa confianza que llegó a sentir mientras entraba con la mirada fija y firme, completamente erguida con tanta confianza en si misma y en cada movimiento que hacía se ha ido, quizá sea la impotencia que desprende Vincent incluso cuando pasa metido en sus cosas, aquellos grandes ojos grisáceos que la ponen de rodillas sin decir una sola palabra y esas grandes manos recorriendo su cuerpo le han robado la fuerza y la confianza que sintió en sí misma durante muchos años.

Se ha esfumado.

"—Seguramente está esperando un hijo del Señor Vincent, por eso está así."

"—¿Segura? Yo la veo muy mal."

Vincent logra escuchar los balbuceos en voz baja que rondan por toda la sala de juntas y aclara su garganta cruzándose de brazos.

—Cadence, Cassandra. — comenta Vincent, apoyándose sobre la gran mesa blanca y ríe suavemente. —¿Algo qué deseen aportarnos?

Ambas mujeres suspiran incómodas, sus rostros se tiñen de un rojo intenso mientras bajan la cabeza ignorando las miradas que las atacan en total silencio.

—No Señor. — murmura Cadence, una mujer joven de ojos achinados. —No volverá a suceder.

Vincent asiente. —Gracias, por favor retirense. Ustedes no son necesarias en esta junta, ya se les pasará el resto de la información por su correo empresarial, gracias.

Ambas mujeres se ven la una a la otra con sorpresa, levantándose con lentitud y con mucha vergüenza. Recogiendo sus carpetas y sus teléfonos, saliendo de la sala de juntas en total silencio, balbuceando afuera de la sala.

—¿Estás bien? — pregunta Gala.

—Seguro fue intoxicación de comida. — responde Fabritzio.

Angelique ríe. —¿No estás embarazada, verdad Emery?

Todos los presentes ríen suavemente, mientras que Emery corresponde con la risa de manera incómoda ignorando que Vincent solo ríe por compromiso, se ve la incomodidad en su rostro mientras se da la vuelta, leyendo los gráficos como si no los hubiese visto.

—No eso jamás. — responde Emery, riendo. —Fue ansiedad, es todo.

Angelique suspira, acariciando su mano. —¿Estarás bien?

Emery asiente con una suave sonrisa. —Estaré bien, lo prometo.

Emery se ve de reojo al espejo que está en la sala de juntas, se be pálida y desanimada. Se levanta una vez la junta ha terminado y sale sin decir nada, Vincent la ve alejarse con cierto desánimo que le hace sentirse mal.

Al ser una mujer que ha estado sola mayor parte de su vida no se ve con un bebé, menos un bebé que no sería fruto de una relación sana a como lo es entre Vincent y ella, es un amor irregular que en algún momento se acabará a tal punto que saldrá con el alma en pedazos, Emery sabe los riesgos y un bebé no sería la solución a ellos. Obviamente si llegase a suceder tampoco abortaría, no es que tenga un rechazo hacia la idea, es solo que no tiene el corazón para hacerlo.

No le gustaría pensar que sucedería si llegase un día a la oficina y le dijera a Vincent que está esperando un bebé, se puede imaginar su rostro de decepción, o quizá el odio que puede desarrollar hacia ella.

Bueno, a este punto está sobrepasando.

—¿No estás embarazada, verdad? — pregunta Vincent.

Entra a la oficina y cierra la puerta, suspirando. Se ve nervioso, más no molesto.

Emery levanta la mirada de los papeles que está leyendo y resopla una risa, negando con lentitud.

—No te alarmes. Angelique solo estaba bromeando. — comenta ella riendo. —Ya es mucho con Atheus, no te pondría una carga más.

—Atheus no tiene la culpa de esto y un bebé tuyo tampoco. —

Emery asiente, suspirando y alejándose de los papeles. —Pero no sería correcto Vincent, Alicia y tú...

—¡No entiendes que a Alicia yo no la amo! — exclama Vincent en voz baja. —A la que amo es a ti.

Emery se levanta, suspirando con pesadez y se acerca a Vincent, besándolo con suavidad. Vincent corresponde con suavidad, ignorando el hecho de que la puerta se abre, separándose con rapidez.

Gala sonríe asintiendo. —Ustedes descuiden yo...yo no vi nada.

Emery ve, por un momento como Vincent recupera su color asintiendo.

—Disfruten. — murmura Gala, cerrando la puerta.

Vincent vuelve a ver a Emery y esta ríe.

—¿Qué?—

—Ella sabe, no te preocupes. —responde Emery. —Gala es de confiar, no te preocupes hablo enserio.

Vincent asiente convencido, besándola con mayor intensidad.

—Confío en ti. — murmura contra sus labios.

𝓟𝓪𝓼𝓲𝓸́𝓷 𝓐𝓶𝓪𝓻𝓰𝓪. || terminada, [BORRADOR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora