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Jugar con fuego no es malo, especialmente si lo aabes manejar o bien, si no tienes miedo a quemarte. Y Emery entiende eso a la perfección cuando jadea contra la boca de Vincent en un acalorado beso que les acelera la respiración, dejándolos agitados, con ganas de más.

Emery se aparta con una sonrisa, jamás se había sentido así y a este punto no sabe si es algo bueno o es algo malo, pero lo que es verdad es que no tiene intención de que termine.

Están en el estacionamiento de la fábrica, así Emery se podrá ir en su auto. Pero son discretos ante las cámaras esperando en el rincón donde las luces del estacionamiento no llega.

—Muchas gracias Vincent, hasta mañana. —se despide Emery, bajando del auto.

Vincent sonríe asintiendo, desea agarrárla y quedarse con ella hasta que salga el sol y para siempre.

—Hasta en la mañana Alicia, nos vemos. — se despide Vincent.

Puede jurar que jamás se sintió así, ni con Alicia ha sentido ese calor que le quema vivo cuando la besa de la misma forma que besó a Emery, eso que les dejó los labios cosquilleando a ambos. Emery siente que su corazón se va a salir de su pecho, pero aún así sale con rapidez del estacionamiento, camino a su casa es todo un calvario.

El perfume de Vincent clavado directamente en su nariz, oliéndolo en cada respiración, aquellos besos que le dejaron sedienta de algo más e incluso aquella sensación en su vientre que crecía constantemente. La cena fue de todo menos de negocios, ese era el propósito de Vincent desde que la invitó a cenar y al final se entretuvo bastante, se conocieron más de la cuenta y una chispa de confianza se creció entre ellos cuando Emery le dijo que ella no tenía miedo de quemarse con fuego, besándolo después de eso.

Baja de su auto y se recuesta contra el mismo, acariciándose con lentitud mientras suspira con una sonrisa, cierra los ojos y en su mente se repite el nombre de Vincent una y otra vez, hasta que se pierde en sus propios roces y pensamientos, sonriendo para si misma con los ojos cerrados.

Vincent sonríe mientras llega a su casa, puede ver que Alicia está dormida ya que no lo está esperando y la ventana de la habitación que comparten está con una luz tenue que es la pequeña lámpara que pasa encendida ya que a Alicia no le gusta la oscuridad. Baja del auto sin hacer ruido y con la misma cautela entra a la casa, desvistiéndose a medida que sube las escaleras hasta el baño, cepillándose los dientes y buscando la ropa que dejó doblada cuando llegó por la mañana al bañarse.

—¿Vincent?—

Él suspira rodando sus ojos ante la voz adormilada de su esposa.

—¿Vicent amor, eres tú? —

—Soy yo Alicia, vuelve a la cama, iré en un momento. — responde él con cansancio.

Fingir cansan para no tener que conversar hace que el hecho de dormir con ella sea un poco más llevadero, y siendo honesto, no es algo que le duela hacer. A veces Vincent se pregunta si Alicia sospechará que él no la quiere, que solo está ahí por el dinero y Atheus que viene en camino, pero nunca se ha tomado el tiempo de preguntárselo porque eso llevaría a otra cosa, la falta de amor de Vincent hacia Alicia y eso definitivamente terminaría rompiendo la relación.

Que es lo que Vincent quiere, pero ese niño debe crecer con una familia completa. Es un Firattzio, y Atheus tendrá la familia que él nunca pudo tener gracias al fallecimiento de su madre y la ausencia de su padre gracias al trabajo, creciendo con niñeras y los que hacían la limpieza de la casa constantemente, esos que fueron su familia más que su propio padre.

—¿Lo disfrutaste? —pregunta Alicia acomodándose en la cama.

Vincent asiente, deslizándose debajo de las sábanas con alivio ante aquella deliciosa sensación de estár acostado.

Alicia suspira. —¿Ella es más linda que yo?

Vincent suspira. Es obvio para él que si, es un poco más femenina de lo que Alicia es y Emery siempre se ve presentable, más de lo que Alicia puede verse.

—¿Otra vez vas a empezar, Alicia? — pregunta él totalmente irritado.

—No me siento segura de que estés con ella, me hace sentir menos y te recuerdo que estoy embarazada. Debes entenderme, debes mimarme, ¡No irte con una compañera de trabajo a cenar! — balbucea Alicia con molestia, cruzándose de brazos. —Deberías estár aquí amándome.

Vincent le da la espalda ignorándola. Ya tuvieron una discusión antes y no planea tener la misma discusión ahora, es una pérdida de tiempo, preguntas que Alicia se queda esperando a ser respondidas pero que es obvio que él no responderá incluso con la mayor insistencia por parte de Alicia.

Emery llega por la mañana, media hora más tarde de lo normal gracias a que decidió dormir un poco más gracias al cansancio que la resaca le dejó. Se bajó del auto con seriedad, con una vestimenta que combina el vino con el negro a la perfección, moviendo sus caderas al ritmo de sus pasos, sabe que atrae las miradas y la de Vincent no es la excepción, quien la ve cuando las puertas del ascensor se abren, dejándola expuesta frente a él.

Alicia captura la mirada de Emery desde que ella entra al piso, no la ve de buena manera. Vincent nota eso, pero para él es una cosa inmadura por parte de Alicia.

—Buenos días Licenciada Rossdale. — saluda Alicia.

Emery asiente con una sonrisa. —Buenos días Alicia. — vuelve a ver a Vincent y asiente. —Buenos días.

Él asiente correspondiendo a la sonrisa, sin decir nada más y a la espera de la respuesta de su esposa, la cual la ve con notoria hipocresía.

—Estoy bien, gracias por preguntar Licenciada. — responde Alicia con una pequeña sonrisa. —Tengo lindo día.

—Igualmente, Alicia. — responde Emery, caminando a través del pasillo.

Ella entra a su oficina, se da cuenta que Gala no está ya que la puerta está cerrada, la morena de gran melena rizada se encuentra en la planta, viendo el empaquetado del pedido que China había solicitado días atrás. Se sienta en silencio, encendiendo el computador y esperando pacientemente.

Vincent se detiene en el umbral de su puerta, suspirando con suavidad. —¿Quién te dió permiso de verte tan hermosa?

Emery sonríe viéndolo por encima del computador. —Usted también se ve guapo el día de hoy.

Vincent entra, sentándose frente a Emery. —Deja las formalidades.

Ella ríe asintiendo.

—Estás bien, Vince.—

𝓟𝓪𝓼𝓲𝓸́𝓷 𝓐𝓶𝓪𝓻𝓰𝓪. || terminada, [BORRADOR.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora