Cap. 25

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La alarma sonó junto a mí, la vibración sobre el colchón me trajo a la realidad y me apartó del sueño que aún me consumía. Con el brazo pesado alcancé el celular y calmé ese tortuoso sonido.

Aún boca abajo me apoyé en mis codos, reposando mi frente sobre la almohada. Con los ojos cerrados me replanteé todas las cosas que debía hacer durante el día. Realmente era demasiado, mucho.

Deslicé mi cuerpo fuera, observando la hora en mi teléfono, las 8:30am. Bostecé sentado al borde de la cama, tronando mi cuello hacia los lados antes de ponerme de pie.

El dolor en mis piernas, mis gemelos e incluso mis brazos era agobiante, cada movimiento se sentía quemar en mi cuerpo. Pero no me quejaría, debía acostumbrarme a ello a fin de cuentas.

Oriné y lavé mi rostro con pereza, intentando despavilar y mantenerme despierto para cepillar mis dientes. Ordenar mi cabello fué un reto luego de dormir con el pelo mojado, pero lo volví algo decente.

Puse mi pantalón corto deportivo y una musculosa del mismo color, sumado a una campera fina de abrigo y unas zapatillas deportivas.

"Me duele hasta el culo" pensé mientras caminaba a tomar mi mochila, sujetarla sobre mis hombros fué más doloroso de lo que imaginé.

─ Buen día Baek. ─sonreí al verlo salir del cuarto de al lado. ─ ¿Cómo dormiste? ─pregunté divertido. Suponía que estaba igual o peor de dolorido que yo.

─ Hecho mierda, me duele todo el cuerpo. Está pirado el pelado ese. ─reí al oírlo, golpeando su hombro mientras lo hacía.

─ No le saqués el cuero, pobre Rai. ─ambos subimos en el ascensor luego de decir aquello.

Ayer habíamos dejado el cuerpo en el gimnasio, el señor Rai se había tomado muy en serio nuestro primer entrenamiento. Fueron dos horas seguidas de sufrimiento y plegarias para poder huír de ahí.

─ Ojalá no nos haga hacer tanto hoy, levanto una barra y se me quiebran las piernas. ─mordí mi labio inferior y levanté mis cejas al oírlo exagerar.

─ Que fantasma que sos, te la tenés que bancar. ─agrandé mi pecho al decir, recibiendo una revoleada de ojos que me sacó risas.

El colectivo apestaba a sudor a pesar de ser plena mañana, el calor comenzaba a sentirse y mi campera a estorbar. Con cautela y algo de vergüenza jalé la ventanilla para abrirla, al menos respirando el aire fresco de afuera.

Ví la multitud de gente levantarse de sus asientos y no me quedé atrás, habíamos llegado a nuestra parada. Los empujones no se hicieron esperar hasta tocar el suelo de la vereda, cada uno de ellos incrementando mi dolor de cuerpo.

─ Voy yendo al gimnasio, ya estoy cambiado. ─avisé a Baek, desviándome del camino luego de despedirme.

Caminé a paso lento hacia el lugar, mis brazos caían a los lados mientras miraba el suelo. Me sentía algo nervioso por el nuevo trabajo.

Esperaba hacerlo bien y recibir buen trato de parte de toda la gente de allí. El trabajo era duro, al menos esperaba un buen ambiente durante esas horas.

La puerta del gimnasio frente a mí me sacó de mis pensamientos, obligándome a levantar la mirada antes de ingresar. Ví una fila de chicos esperando a pasar a un cuarto, cosa que me resultó extraña a simple vista. Los que eran mis compañeros se encontraban ahí.

─ ¿Pasa algo? ─pregunté mientras me acercaba, tomando lugar tras el último en la fila. Los cuatro chicos que esperaban se voltearon a mirarme al preguntar.

─ Nos están haciendo chequeo médico, van pasando de a tres por eso es la fila. ─asentí al recibir la información.

Tres de los chicos frente a mí pasaron al cuarto.

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2023 ⏰

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