Extra 2

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I might be the writer, but you'll always be the words

I might be the writer, but you'll always be the words

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Si algo no había cambiado en la vida de Allison era su negativa a utilizar sus gafas cuando «no estaba tan ciega» y «lo que quería leer no estaba tan lejos». Allison, por supuesto, estaba haciéndose luz de gas a sí misma.

—Es la última vez que te paso los apuntes —le advirtió Hermione, tan ceñuda como de costumbre y harta de echarle más broncas a su mejor amiga que a los niños de primero.

Allison le sonrió con excesiva amabilidad, tomando el pergamino que, recelosa, le tendía Hermione. Ron soltó una risita que fundió con una tos para no molestar a su novia, cuando esta le miró de reojo.

—Te tiene cogido por los huevos, ¿eh, Ro-Ro?

—¡Oye! —A Ron se le coloraron las orejas.

—Déjale en paz, sabe dónde están los límites —le defendió Hermione, apoyando una mano en la rodilla del chico. Él se rascó la nuca y sonrió con la boca pequeña, olvidándose de la vergüenza.

Son adorables.

Y echo de menos a George.

Era finales de noviembre y llevaba sin ver a su novio desde Halloween. George había venido de sorpresa durante la excursión a Hogsmeade, a pesar de haberle dicho que no podría porque le sobreexplotaban (Fred) en la tienda. Allison le había dado una colleja por mentirle, y un beso porque le encantaban las sorpresas.

Pasaron el día entero juntos, con una pequeña escapada que se les salió algo de las manos, porque Allison podía Aparecerse y George también y el piso de los gemelos estaba libre. Era una oportunidad demasiado buena como para dejarla escapar, pero que le costó a Allison llegar más tarde del toque de queda y un castigo por parte de la propia McGonagall, a quien no le importaban las necesidades biológicas de la chica.

Mereció la pena cada segundo.

Pero claro, hacía casi un mes de aquello, y George trabajaba siete días a la semana en un horario infraumano, por lo que la única interacción que habían tenido, a parte de un par de cartas, fue una charla de media hora a través del fuego de la chimenea de la sala común a las dos de la mañana. Hasta que un pobre niño de primero que no podía dormir decidió bajar y les cortó el rollo.

Así que Allison estaba a dos velas, quería ver a su novio y no dejaba de juntarse con parejas a las cuales desearía estrangular. Como Ron y Hermione.

—Oye, Herms, creo que no he entendido el último ejercicio de Pociones.

—¿Cuál?

Hermione no despegaba la vista de su pergamino mientras escribía febrilmente con su pluma. Ron agachó un poco la cabeza para acercarla a ella y no llamar mucho la atención, sobre todo la de Allison. Tarde.

[4] ILLICIT AFFAIRS, wizarding worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora