CERO

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Señor, en tu nombre me unto; de aquí en adelante yo he de ser una misma contigo, yo he de ser un demonio.



La luna se encuentra cubierta por nubes haciendo que la noche sea aún más oscura y la niebla que cubre las calles da un aspecto de peligro a todo aquel que esté en ellas tan tarde, hay un ligero aroma dulzón que proviene de la casona abandonada al final de la calle, un recordatorio para todos que el bosque que colinda con el lugar guarda miles de secretos en su espeso interior y los únicos testigos de ello son aquellos que han dado su alma a un ser que es la pesadilla de todos aquellos que alguna vez escuchen de él y que no estén acostumbrados a vivir entre las sombras.

En medio del bosque se encuentra una fogata lo bastante grande para alumbrar perfectamente a las más de cien personas que se encuentran allí, la diferencia de edad es notoria, pues hay desde niños que ríen y juegan, adolescentes que se reúnen en pequeños grupos o están en sus celulares, adultos y ancianos hablando y poniéndose al día de lo último que ha pasado en sus vidas, inclusive un par de bebés en los brazos de sus padres y en medio de todas esas personas allí se encontraba Victoria Kedward.

Una bruja de cabellos castaños, descendiente de Elly Kedward o como a los humanos les gustaba llamarla "La bruja de Blair" junto con sus padres quienes se encuentran entretenidos hablando entre ellos; la mirada de Victoria vaga entre los presentes viendo como hay expresiones de molestia y hastío como ella misma lo siente, pues la ceremonia debió de haber empezado desde hace una hora, sin embargo, la familia protagonista de esa noche parecía querer retrasar todo, incluso si quisiera quejarse de ello sabría cuáles serían las palabras de su madre.

—Son nuestras obligaciones, es lo que debemos de hacer.

Antes de que pueda dar un paso en dirección a sus amigas el suave susurro del bosque y el sonido de hojas siendo pisadas hace que todos los presentes miren hacia la entrada del claro viendo como la última familia que faltaba camina entre ellos, el patriarca saludando a algunos brujas y brujos hasta que un hombre un poco mayor se acerca a la familia para hablar con ellos, después de que intercambian un par de palabras haciendo que el patriarca y uno de los miembros más poderosos del aquelarre se alejen de la familia para empezar a preparar las cosas para el gran evento, no pasa mucho para que un joven de cabellos rubios siga los mismos pasos que su padre, alejándose de su familia, solo que no lo sigue y va hacia Victoria.

La suave sonrisa del chico hace que Victoria sonría levemente al verlo acercarse a ella, da un par de pasos para alejarse de sus padres y acortar el camino del chico que una vez están frente a frente su sonrisa se ensancha.

—James—. La chica dice su nombre y se inclina dejando un beso en la comisura de los labios del chico haciendo que este se ponga nervioso—. Llegan tarde.

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