UNO

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Y cuando miras lo suficiente al abismo, el abismo te mirará a ti.

Friedrich Nietzsche.


Beatriz Lewis siempre se había caracterizado por su belleza angelical, sus cabellos claros que casi llegaban a un rubio, su piel de porcelana y una sonrisa dulce que portaba la mayoría del tiempo, siempre bondadosa y dispuesta a ayudar a todos los que podía sin pedir nada a cambio, todos la amaban, podrían hasta decir que era perfecta y Victoria lo sabía muy bien, esa perfección y pureza era justo lo que necesitaba, la que pedía su Señor.

—Por cómo la miras podría decir que te gusta—. La voz de Carrington hace que Victoria quite la mirada de Beatriz para regresarla a la rubia.

—Es linda, pero no es mi tipo.

—Porque tu tipo es James, ya todos lo sabemos—. Victoria solo puede sonreír ante la mención de James, para nadie del aquelarre era sorpresa la innegable atracción que sentían el uno por el otro, sin embargo, por las leyes por las cuales se regían no podían estar de manera oficial hasta que Victoria hiciera su ceremonia de nacimiento.

—No lo voy a negar, es diferente—. Es todo lo que dice la chica y su mirada una vez más se dirige a Beatriz quien se encuentra abrazando a Harry Walker, el chico más deseado por la mayoría de las chicas y algunos chicos gay de la escuela, el chico tenía algo que hacía que todos lo miraran, era como un faro en medio de la oscuridad absoluta.

—Si Harry no fuera un simple humano, podría salir con él—. Habla Savannah haciendo un ligero puchero a lo que su gemela rueda los ojos.

—Es un humano, por muy sexy que sea, no es nada en este mundo o en otros.

—No, pero nos podemos divertir con él—. Victoria habla y emprende su camino hacia la tan aclamada pareja llegando frente a ellos—. Harry, tuviste un increíble juego la noche de ayer.

—No sabía que te gustaba el baloncesto—. Es la respuesta del chico que ve a Victoria con atención, no es que fueran amigos íntimos, podría decirse que eran solo conocidos.

—Si, no sabíamos que te gustara el baloncesto—. Beatriz habla y la mirada de Victoria va hacia ella sonriéndole amable y ligeramente divertida por la intervención de esta en la plática.

—No es que sepan o en todo caso, que Harry sepa mucho de mí—. La mirada de Beatriz pasa de Victoria a su novio con duda, ¿qué tan cercanos eran?

—¿A qué se refiere? ¿Por qué deberías de saber algo de ella?

—Porque somos algo así como amigos, intercambiamos más palabras nosotros que tu y ella, cariño.

—Ohhh, en eso tienes razón—. La chica menciona y se acerca aún más a su novio, como si de algún modo intuyera lo que Victoria quería hacer.

—De todas formas, buen juego, Harry—. Es todo lo que dice Victoria para alejarse de la pareja, debía de ser paciente para lograr sus objetivos.

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